El Castillo-Palacio de Santa Catalina se alza en el punto más alto del cerro de igual nombre, cerca del puerto de la ciudad y frente a la Isla de Tarifa, en la localidad de Tarifa de la provincia de Cádiz (Andalucía).
El
estratégico enclave del Cerro de Santa Catalina albergó
construcciones defensivas en diferentes épocas. En el siglo XIX se
ubicó un fortín de artillería (del que todavía quedan restos),
alrededor del cual se llevaron a cabo sucesivas obras de mejora hasta
1859. A partir de entonces el deterioro del enclave es progresivo
hasta su abandono en 1867, cuando Tarifa se descarta como plaza
fuerte marítima. Durante la segunda guerra mundial y posteriormente
volvió a estar muy protegido, con diversos nidos de ametralladoras y
búnkeres. En el cerro hubo anteriormente una ermita que quedó
reflejada en el dibujo que en el siglo XVI realizara Van der
Wyngaerde, en el que aparecen en primer plano los cerros de Santa
Catalina y de San Telmo.
A partir de 1926 el Ministerio de
Marina se plantea que el punto más alto del Cerro de Santa Catalina,
sobre los restos del anterior fuerte, es el lugar idóneo para
levantar un Semáforo o Telégrafo óptico de señales marítimas.
Una vez cedido el Cerro por la Corporación Municipal tarifeña al
Estado en 1928, se redacta en 1929 el proyecto para este edificio,
diseñado desde su origen siguiendo los cánones renacentistas pero
construido con materiales actuales. Entre 1930 y 1931 se levanta el
edificio con el aspecto de palacete renacentista que hace que se le
bautice popularmente como Castillo de Santa Catalina. Tras algunos
retoques al proyecto, en 1933 el edificio es recepcionado, pero el
semáforo que debía alojar no llega a instalarse.
En 1936 el
edificio es blanco de bombardeos por parte de la Escuadra
republicana, sufriendo desperfectos de tal magnitud que hacen que en
1937 se declare inútil para el servicio. Tras pasar por casi
cuarenta años de paulatino abandono, varios cambios de titularidad y
ocupaciones irregulares, en 1972 el edificio es rehabilitado por
Marina instalándose en él el Centro de control de paso de buques
del Estrecho de Gibraltar y, por fin, un centro de observación
meteorológica dependiente de la Armada Española y del Instituto
Nacional de Meteorología: la Estación Meteorológica de Tarifa, la
más meridional de Europa.
En el año 2000 el Centro de
control del Estrecho se traslada a instalaciones más modernas y el
Castillo pasa a servir como punto de vigilancia nocturna para la
Guardia Civil. En 2001 vuelve a titularidad municipal y se solicita
al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico su inclusión como
B.I.C., estando desde entonces a la espera de una necesaria
rehabilitación para su recuperación y puesta en valor.
El
Castillo de Santa Catalina es un edificio con una torre de
observación de considerables proporciones respecto al volumen total
de la construcción. A pesar de su factura con materiales propios del
siglo XX, su original diseño y decoración exteriores recuerdan a
los palacetes renacentistas italianos, estilo que fue justificado por
el diseñador del proyecto definitivo de 1929, Julio Murúa, por la
necesidad de dar al edificio un aspecto
de fortaleza que
armonizara tanto con la vista de Tarifa (desde el Cerro de Santa
Catalina desde donde aparece todo amurallado) como con el cerro en el
que se asienta si
se tiene en cuenta que el mismo cerro ha sido una fortaleza con sus
glacis y fosos y el estilo se armoniza con las mismas murallas.
En
el simple interior del cuerpo del edificio se distribuyen únicamente,
en dos plantas, varias dependencias inicialmente diseñadas para el
uso funcional propio del servicio al que iba a ser destinada esta
edificación: cuartos de guardia, cuartos de vigía, despachos y
cocina. El estado de conservación del edificio es, aún, aceptable.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
L.C. Gargallo (Fotos)
Galería:
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