El Granero Fortificado del Cabezo de la Cobertera, también conocido como Granero Islámico de Andarrax, se encuentra situado en la confluencia de los límites municipales de Blanca y Abarán, en el término de ésta última población en el Valle del Segura de la Comunidad de Murcia.
El cerro, que se eleva unos cien metros sobre el cauce del río, se
convierte en un excelente punto estratégico desde el que se domina
buena parte de la vega fluvial. Desde su cima existe un pleno
contacto visual, por un lado, con los núcleos de Abarán y Cieza, y,
por otro, una excelente vista del Castillo de Blanca.
El
acceso a los escasos restos de este singular edificio se efectúa
desde la carretera que une Abarán y Blanca, tomando un desvío que
lleva, entre campos de regadío y a través de un camino asfaltado,
hasta los pies del cabezo. Desde allí la subida se ha de efectuar a
pie.
Según
los arqueólogos que excavaron el yacimiento del Cabezo de la
Cobertera a finales de los años ochenta y comienzos de los noventa
del siglo XX, los maltratados restos que hoy se pueden contemplar
pertenecieron una vez a un granero fortificado que se construyó en
época almohade, en torno al siglo XIII. Se trata, por tanto, de un
edificio excepcional en Europa, pues sus paralelos encuentran larga
tradición en el norte de África y no a este lado del Estrecho de
Gibraltar.
Según
la cerámica hallada en su interior, y un dirham (moneda de época
islámica), que se fechó en 1247, este granero fortificado hubo de
construirse durante el siglo XIII, y se ha de adscribir al periodo
almohade. Precisamente, la presencia de este edificio en tierras
murcianas evidencia la fuerte influencia norteafricana que se produjo
en aquellas fechas. Se trata, según sus estudiosos, de un "agadir" o
granero amurallado colectivo, destinado al almacenamiento del cereal,
al refugio de los agricultores y a un lugar donde conservar las
reservas alimenticias.
La
fecundidad del lugar, con excelentes tierras de cultivo y abundancia
de agua, hubo de provocar una gran concentración de población
agrícola entre los años finales del siglo XII y la primera mitad de
la siguiente centuria, quizá procedente también de lugares
africanos, arrastrados por los conquistadores almohades.
Esta
razón, y la presión bélica de los reinos cristianos de Castilla y
Aragón sobre el territorio musulmán de Murcia poco antes de su
conquista definitiva, hubo de llevar a los colonos islámicos a la
construcción de este edificio fortificado de carácter universal,
perfectamente destinado a la conservación del grano, en el interior
de almacenes y con áreas abiertas para poder airearlo y evitar su
pudrimiento, pero que también pudiera servirles de lugar de refugio
durante un ataque.
El
edificio fue abandonado en un momento indeterminado en torno a la
segunda mitad del siglo XIII, probablemente tras el fin de la
rebelión mudéjar de 1264-66, cuando se produce una despoblación
masiva y generalizada de los campos murcianos. Los antiguos
habitantes musulmanes huían hacia Granada y el norte de África,
mientras que Castilla no era capaz de instalar en cantidad suficiente
nuevos vecinos cristianos en el territorio. No obstante, se documentó
una última ocupación temporal por parte de las antiguas estructuras
que se produjo durante el siglo XV. Se habilitaron algunas
dependencias quizás para servir de vivienda a alguna familia de
mudéjares que trabajaba en las tierras circundantes.
La
planta del edificio se adaptó perfectamente a la forma plana que
presenta la cúspide del Cabezo de la Cobertera. Así, la
fortificación se extendió sobre una planta de cuadrángulo
irregular que medía, aproximadamente, unos 42 metros en sentido
norte-sur y 28 metros en sentido este-oeste. Murada esta plataforma
natural, el acceso a su interior se realizaba por la fachada
noroeste. Una vez dentro se abrían en su interior una serie de
dependencias adosadas a los lienzos exteriores y juntas una con otra
destinadas al almacenamiento del cereal.
En
el centro también se situaban diversas construcciones destinadas a
diferentes dependencias, y un área de distribución que, en sentido
circular, se extendía a modo de calle y espacios algo más amplios
para solear el grano. Un elemento significativo es la presencia de un
aljibe situado hacia el centro de la mitad norte que fue excavado en
la roca. Los muros de la construcción fueron levantados en tapial de
poca calidad, lo que contribuyó sin duda a su rápido deterioro tras
su abandono. Los lienzos exteriores presentaron un grosor aproximado
de unos 40 centímetros.
Fuentes: Wikipedia
murciamonumental.com
Ayto. de Abarán
Galería:
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