El Castillo de Abrucena, más conocido como El Castillejo, se encuentra situado en el término municipal de la localidad de Abrucena en la provincia de Almería (Andalucía).
En
Abrucena se han hallado restos Neolíticos sobre los que se
superponen algunos romanos, como el aljibe, perfectamente visible
actualmente, y otros elementos de ajuar. Hoy en día, en ese mismo
lugar, pueden apreciarse las ruinas de una antigua fortificación
árabe, de la que tan sólo perduran algunos paramentos de tapial y
piedra. Creemos interesante, recomendar la visita de este enclave
histórico, crisol de distintas culturas.
El
castillo se construyó sobre las ruinas de un castillo romano y
formaba parte de las construcciones de tipo defensivo que se
levantaron en el camino entre las provincias de Granada y Almería.
Escondido
en un pequeño cerro, en la parte este de la población, se apuesta
por un origen romano de sus bases estructurales, por los restos de un
aljibe romano encontrados y los asentamientos de ese momento
histórico localizados en la zona. Sin embargo, se han constatado
asentamientos árabes y resulta evidente la pervivencia del sentido
defensivo de la construcción.
Enmarcado
en una zona donde tuvieron lugar conocidos levantamientos moriscos de
la comarca de la Alpujarra, esta fortificación ha resistido el paso
del tiempo y hoy se conserva como uno de los atractivos propios del
municipio de Abrucena. Algunos estudios históricos lo definen como
un asentamiento militar romano.
Desde
el primer momento de la invasión musulmana en el año 711 se
establecieron en la zona muchos árabes, tanto beledíes como sirios,
permaneciendo muchos cristianos fieles a su religión. Pocos años
después el Emir Abuljatar se estableció con sus tropas en la
comarca, obligando a los cristianos a que les dieran la tercera parte
de los productos de la tierra. Con la llegada de los Omeyas con
Abderramán II se inicia un tiempo de intolerancia y sublevaciones
entre las distintas tribus musulmanas motivadas por intereses
económicos y políticos.
Sobre
el año 900 se producen insurrecciones en toda la zona, desde Guadix
hasta Alhama acaudilladas por Omar ibn Hafsún. Estas rebeliones son
violentamente aplacadas por las tropas califales de Abderramán. El
14 de mayo de 913 el ejército del Califa entra en localidad vecina
de Fiñana eliminando cualquier atisbo de insurrección.
Durante
los reinos de taifas y nazarí los conflictos en la zona perduraron
pero esta vez por razones distintas. Abla, Abrucena y Fiñana se
encuentran en la frontera entre las coras de Peyyna y Elvira. Además,
la vía que comunicaba Almería y Granada pasaba por la zona (al
igual que hoy en día), por lo que la comarca se convirtió en un
territorio conflictivo. Pedro Mártir de Anglería,
cronista
de los Reyes Católicos, en su carta al cardenal Arembolo de Milán
relata cómo en su viaje con los Reyes hacia Almería, reciben la
noticia de que Abrucena y otros pueblos de la zona se han entregado a
los Reyes cristianos.
El
castillo está casi desaparecido y tan sólo quedan algunos
vestigios, entre los que sobresalen los restos de dos torreones de
planta cuadrada en fábrica de mampostería irregular con revoco de
argamasa de cal, así como los restos esparcidos de lo que debieron
ser lienzos del recinto amurallado del mismo. Es de acceso libre.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
castillosdeandalucia.org
miancema (Fotos)
Galería:
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