Los escasos restos del Castillo de Huertezuelas se encuentran localizados cerca de la pequeña aldea de Huertezuelas, perteneciente al término municipal de la localidad de Calzada de Calatrava en la provincia de Ciudad Real (Castilla-La Mancha).
Huertezuelas
es una pequeña pedanía que se localiza al sur de Calzada de
Calatrava. Se trata de un anejo que ofrece tranquilidad y un entorno
natural envidiable al mismo tiempo.
Respecto
a los orígenes de esta pequeña pedanía, se puede hacer referencia
a lo que recoge Inocente Hervás: "Huertezuelas
de Sierra Morena, quinto de las Huertas de la dehesa de Belvís, dio principio su
población por la casa que construyó la encomienda para abrigo de
labradores y ganaderos. Hasta del siglo XVII, no levantaron estos sus
casas propias y, en el censo de 1726, aparece como despoblado,
citándose de nuevo en 1772 la existencia de tres casas a 40 leguas
del Castillo, pero hasta años después no se constituyó en aldea.
En sus comienzos, era aneja y dependiente del convento y fue agregada
más tarde a la Calzada de Calatrava”.
En
cualquier caso, la actual aldea conserva el nombre de Huertezuelas,
pero no el de Huertezuelas de Sierra Morena. Además, su evolución
ha sido un tanto irregular, ya que la población empezó a crecer
entre el final del siglo XIX y el principio del XX hasta que llegó
la guerra civil. Y, pese a que en la década de los cincuenta
superase incluso los mil habitantes, la posterior emigración hacia
las ciudades o hacia pueblos más grandes han hecho que hoy en día
solo sobreviva el núcleo principal del anejo con apenas un centenar
de vecinos.
Lo
verdaderamente interesante es que en esta localidad se cree que están
los verdaderos restos del Castillo de Guadalimar, ya que,
erróneamente y durante décadas, se había asociado con el Castillo
de Baños de la Encina (Jaén), al que se le estaba denominando con
este nombre. Estudios muy recientes han demostrado que los documentos
atestiguan que el verdadero Castillo de Guadalimar se encuentran en
Huertezuelas.
Manuel
Corchado Soriano consideró que el verdadero Castillo de Burgalimar
debía de localizarse en un área comprendida entre Belvis, cercano
a Salvatierra, y San Lorenzo de Calatrava. Entre ambos poblados se
encuentra la aldea de Huertezuelas. Rodríguez Picavea, considera
posible que el hipotético Castillo de Huertezuelas situado en plena
Sierra de San Lorenzo, en el caserío denominado “El Castillo” o
“Casas del Castillo”, podría corresponder precisamente al
Castillo de Burgalimar.
Fue
el manuscrito del P. Francisco de Torres S.J. (1583 –1619) el que
nos dio finalmente la localización exacta del Castillo de Burgalimar.
Dice así:” El castillo de Bujalhame está como ha el camino de
Baños a la Mancha pòr la venta del Carbajal, distante cuatro leguas
de esta villa, antes de llegar a Naba Gallina, ai dos peñones
altísimos al modo de la Puerta de Arenas, junto al Campillo, camino
de Granada, este camino de baños ba a el Moral
lugar de la Mancha. En uno de estos peñones el de la mano izquierda,
que es el más capaz se ven encima las ruinas de un lugar que parece
ser de trescientas casas, arrimadas a esta peñas, junto al camino,
ay una fuente caudalosa de buenas aguas; a la otra parte derecha,
casi sesenta pasos está la otra peña, en cuia çima se ve un
castillo, entre estas dos peñas pasas el camino y se cerraba de una
a otra con cadena, es mui cerca del Río Grande”.
El
camino al que se refiere el Padre de Torres es la misma cañada de la
Plata, que desde Baños de la Encina se dirige hacia el Norte y cruza
la actual carretera que va desde El Centenillo a la finca de
Selladores. Siguiendo en dirección norte el camino, a unos 1200
metros del cruce con la carretera, nos encontramos las peñas
descritas por el P. Torres, que no son dos sino tres y que
actualmente reciben el nombre de “Las Tres Hermanas”.
En
la peña mas alta, la de poniente, que tiene una altitud de 926
metros, se aprecian una serie de muros antiguos, posiblemente
ibéricos , que el P. Torres describió como de las “trescientas
casas”. En la peña del centro se localiza, a nivel de la cumbre,
el Castillo de Burgalimar, a una altura de 891 metros.
Entre
ambas peñas discurre, como dice la crónica, el camino viejo. La
tercera peña, la que da a levante, tiene una altitud de 921 metros.
Por la cara oriental, cerca de su base hemos identificado un recinto
cuadrado de 7x 7 metros. Lo limitan muros de piedra de un grosor de
2 metros. El acceso actual a las ruinas solo se puede realizar por su
cara norte. Las caras sur y este son paredes rocosas de muy difícil
ascenso. En la cara oeste se aprecia una posible rampa, actualmente
impracticable.
El
recinto es irregular y en él se aprecian los cimientos de una torre
a nivel de su cara norte. Debajo existe una construcción de paredes
de ladrillo que en parte están enfoscados. Se trata de un recinto
rectangular, cuyas paredes sur y este han desaparecido
por derrumbe hacia las vertientes correspondientes. Consideramos que
bien podría tratarse de un aljibe. Persiste el arranque de una
muralla en la parte oeste, así como
la base de un muro en el lado sur. Desde esta zona la vista alcanza
varios kilómetros hacia el sur, y se identifican tanto el camino
como la carretera referida.
En
el recinto del castillo se han encontrado restos de cerámica, así
como algunos fragmentos de hierro oxidado. Desde el castillo, el
camino desciende en dirección norte hacia
la dehesa de Navalgallina, y a media ladera se reconoce otra
construcción cuadrangular que bien pudiera corresponder a los restos
de una atalaya.
El
camino viejo, en algunos mapas denominado como camino viejo de
Huertezuelas , discurre por el centro del llamado Cerro de Los
Caballeros. Actualmente se ha abierto una senda mas amplia por el
lado este del cerro, en cuya vertiente se encuentra una gran cueva
denominada “ Cueva de los Caballeros”. En su interior se aprecia
las vetas de mineral de plomo de su pared derecha, y en la entrada
hay esparcidos por el suelo
abundantes restos de escoria de fundición, lo que evidencia su
antiguo pasado minero.
El
camino cruza la finca de Carvajal y llega finalmente a la Venta del
Robledo ya en el término de San Lorenzo de Calatrava. El Castillo de
Burgalimar, como el castillo de Dueñas y el Ferral en el Muradal,
dominaban los distintos caminos que comunicaban el valle del
Guadalquivir con la Mancha en el territorio calatravo, y como dice
Castillo Armenteros jugaban un papel secundario en el esquema
defensivo. Su distribución espacial evidenciaba una frontera en el
reino de Castilla.
Estas
fortalezas cambiaron frecuentemente de dueño hasta la conquista de
Capilla por Fernando III en el año 1226. A partir de esta fecha,
tanto dichas fortalezas como los grandes
castillos de Calatrava la Nueva y Salvatierra en la vertiente
manchego pasan a ser la retaguardia.
Fuentes: Wikipedia
VV.AA.
Galería:
No disponible. Tan pronto dispongamos de algunas fotos serán incluidas en el presente post.
Fotos: El Cotanillo
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