miércoles, 8 de septiembre de 2021

Castillo de María de Huerva (Zaragoza)

 


El Castillo de María de Huerva, también denominado Castillo de Al-Marya, se alza sobre un alargado y estrecho cerro a las afueras de la localidad de María de Huerva, a unos 15 km. de la capital en la provincia de Zaragoza (Aragón). 

Se puede llegar a él bajando por la calle Aragón hasta una señal de stop, girar a la derecha y luego la primera a la izquierda. Después de unos 200 metros la carretera se convierte en un camino que lleva al río Huerva. Tras cruzarlo (ya se ve el castillo a lo lejos) se llega a las ruinas de la fortaleza andando por un camino unos 20 minutos. 

Al-Marya es un topónimo de origen árabe que significa “la atalaya”. Sus orígenes se remontan a una población que los musulmanes construyeron a los pies del castillo en la margen derecha del río Huerva, conocida como el lugar viejo, donde parece que quedan algunos restos. Históricamente fue poblada por musulmanes, que permanecieron en la localidad aún después de su reconquista por el rey de Aragón Alfonso I el Batallador en 1118, hasta que Felipe III decretó la expulsión de los moriscos a principios del siglo XVII, quedando prácticamente despoblada desde entonces. A partir del siglo XVII se reorganizó la nueva población al otro lado del río, la que se conoce en la actualidad. 

El castillo de Al-Marya, documentado por primera vez en el año 935, fue construido por los musulmanes en el siglo X en la margen derecha del río Huerva, y formó parte de las fortalezas defensivas del distrito de Zaragoza de la Marca Superior de Al-Andalus. Su posición privilegiada sobre un cerro, dominando y vigilando la vega del bajo Huerva, y la escasa distancia que la separaba de Saraqusta, la Zaragoza musulmana, la convirtió en plaza fortificada de vital importancia en cuanto a la defensa de la capital de la Marca. 

Ya en época de taifas, un siglo después (siglo XI), el castillo formaría parte del amplio sistema defensivo de la Zaragoza musulmana, concretamente de su acceso sur por el valle bajo del Huerva, junto con los vecinos castillos de Quart (Cuarte de Huerva), Qadrit (Cadretre) o Muwala (Muel). 

La fortaleza de Al-Marya fue conquistada por el rey de Aragón Alfonso I el Batallador en el año 1118 durante del transcurso de su campaña de la reconquista de Zaragoza. En dicha empresa, el castillo jugó un papel importante en la defensa musulmana, pues desde él se ofreció gran resistencia al ejército cristiano. El sitio o asedio de Zaragoza comenzó en mayo de ese mismo año, 1118. 

Sea como fuera, tras la conquista cristiana de la población y fortaleza de María, el rey de Aragón Alfonso I el Batallador concede carta puebla, ofreciendo repoblar la población a los cristianos que quisieran. Algunos musulmanes la abandonarían, aunque la mayoría se quedaría y permanecería en ella durante siglos, hasta la expulsión de los moriscos de principios del XVII. 

En 1233, el rey aragonés Jaime I el Conquistador cedió María a Blasco de Aragón a cambio de Morella. Posteriormente pasaría a manos de diferentes tenentes, hasta que en 1428 fue adquirida por los Fernández de Heredia. María de Huerva tuvo importancia en la guerra de la independencia contra los franceses. 

Aún en estado de ruina, la fortaleza de María de Huerva es cautivadora, a medida que nos acercamos a ella puede sentirse su espíritu musulmán. Desde su privilegiada posición, su silueta, semejante a la de un navío, controla majestuosa y desafiante el valle que vigilará para siempre, el del bajo Huerva. Su planta es de forma irregular y oblonga, mucho más larga que ancha, de unos 70 metros de largo por entre 10 y 20 de ancho según las zonas. 

El castillo es el típico ejemplo de "hisn" o castillo levantado por los musulmanes con estricta finalidad defensiva o militar, presentando su tan común disposición: construido en tapial, de planta alargada e irregular, rodeado de fuertes murallas de duro tapial que se adaptan al terreno donde se asienta, levantado sobre un cerro de media altura al borde de un barranco o acantilado aprovechando sus defensas naturales, y con una gran torre situada en uno de los extremos del recinto. Se acedía al castillo por una abertura situada en su parte inferior, perforada en la roca, a través de un pasadizo con unas escaleras talladas en la roca. 

En la parte superior del recinto, la que se encuentra a mayor altura y es también la más ancha, se encuentra la gran torre, no muy alta y situada al borde del barranco. Su planta es cuadrangular, y le falta, sobre todo, la parte que da a intramuros. Se conservan fragmentos que dan a la línea de muralla del recinto. No conserva el remate almenado, como casi ninguno de este tipo de castillos de origen musulmán de Zaragoza (con la excepción de Qadrit). Conserva un par de ventanas en su parte superior que harían de aspilleras, en el lado que se conserva en mejor estado. 

La parte inferior del recinto es mucho más estrecha y de mayor longitud. Estaría rodeada por murallas de tapial, de la que se conservan algunos fragmentos. Probablemente estaría reforzada con torreones. Se pueden ver restos de un aljibe, aunque parece que debió haber varios, para abastecer a la población que se encontraba a sus pies. 

En el extremo sur del castillo se observan restos de muralla transversal, que se construyó con función de facilitar la defensa del lugar donde se asentó la primitiva población de María, situada a los pies de la fortaleza. 

Según las fuentes, el viejo poblado morisco fue uno de los más poblados de esta parte de la vega del Huerva, contando con más de 200 viviendas en el momento que fueron expulsados por el decreto de Felipe III a principios del siglo XVII. Se conservan algunos restos a los pies del castillo. Se encuentra en ruinas. 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net
               sipca.com

Galería:











No hay comentarios:

Publicar un comentario