El Castillo de Almansa se encuentra en la ciudad homónima de la provincia de Albacete, Comunidad de Castilla-La Mancha, en un cerro en el llano manchego que le da una grandiosidad espectacular mirando hacia Almansa cuando viajamos por la autovía A-31 Madrid-Alicante.
La construcción original pudo corresponder a los almohades al finales del siglo XII o comienzos del XIII, los cuales solían utilizar la técnica del tapial para sus construcciones defensivas. Sin embargo, los restos de los muros de tapial conservados en este castillo, interpretados tradicionalmente como almohades, fueron levantados durante las primeras décadas del dominio cristiano, seguramente a finales del siglo XIII o comienzos del siglo XIV, utilizando su técnica, tal y como demostraron las diferentes analíticas realizadas en 2008 con motivo de las restauraciones acometidas ese año en las actuaciones arqueológicas efectuadas en la campaña.
En el siglo XIV la fortaleza pasó a manos del infante don Juan Manuel, de la Familia de los Manueles, quien aprovechando la construcción precedente, mandó construir algunos elementos defensivos y murallas. Así lo indican algunos documentos publicados por Aurelio Pretel. En uno de ellos, de 1338, sobre el aprovechamento de aguas de la localidad de Alpera (Albacete), se establecen varias penas que, en todo o en parte, se habían que destinar al Castillo de Almansa.
Juan Pacheco, II Marqués de Villena, le dio la morfología actual al castillo, con la construcción de la espectacular Torre del Homenaje, las torres semicirculares de las murallas y la barbacana defensiva. Su escudo de armas aparece en las claves de las bóvedas de crucería sencilla y en las cuatro caras exteriores de su torre del homenaje, construida entre los años 1449 y 1454, horquilla temporal que pudiera extenderse a la totalidad de las obras de Don Juan Pacheco.
A partir del siglo XVI el castillo entró en un largo periodo de abandono y deterioro por desuso, al perder su funcionalidad como baluarte defensivo del municipio. Tal fue el deterioro y devaluación del monumento, que en el año 1919 el Alcalde de la ciudad denunció el estado ruinoso del mismo y solicitó permiso para su demolición, lo cual no le fue concedido afortunadamente, pues la pérdida de esta joya medieval albaceteña se hubiera perdido irremisiblemente.
Construido sobre el elemento rocoso denominado Cerro del Águila, se obtiene un acceso difícil, que ayudaba a su función de baluarte defensivo. Se divide en varios recintos a distintas alturas o niveles, que van desde la barbacana defensiva de acceso que es la más baja, hasta la Torre del Homenaje, que es la construcción que tiene mayor altura.
Su recinto amurallado está adaptado a los desniveles del terreno, con torreoncillos cilíndricos en las esquinas y almenas de tipo piramidal en todo su perímetro, aunque desconocemos si esta era su disposición original porque se tratara de simples merlones sin acabado superior y la reforma los ha hecho de esta manera para darle más vistosidad a los lienzos de muralla. El cerro tiene forma amesetada, alargada de norte a sur, y el castillo se adapta de forma asombrosa al terreno sobre el que se asienta. Ello hace que el castillo sea mucho más largo que ancho, pues tiene 100 m. de largo y tan sólo 30 m. de ancho. La muralla es de buena mampostería con torres semicirculares en los ángulos y una espléndida barbacana para defender el acceso principal.
Existen dos accesos al castillo: por un lado tenemos la puerta del lado oeste, por la que se entraba a pie y a caballo a través de la nombrada barbacana defensiva, que es la utilizada actualmente. Por otro lado tenemos la puerta este, por la que se accedía con carros y carruajes al patio de armas del castillo. Actualmente esta puerta es inaccesible desde el exterior, ya que la ladera por la que se accedía fue paulatinamente "desmontada" durante siglos al ser utilizada como catera de piedra para la construcción de numerosas viviendas y edificios del municipio.
Desde la Plaza de Santa María de la población accedemos al castillo por una amplia escalinata para llegar a una verja. A su izquierda se encuentra el Centro de Interpretación en una vivienda que accede por la parte trasera al recinto externo del castillo., zona ajardinada que no pertenece al castillo en sí. Subiendo un poco nos encontramos la puerta oeste por la cual accedemos a la fortaleza cruzando el matacán a la barbacana defensiva, construida a modo de curva, lo que permitía una mejor defensa del acceso a la misma, al tener que maniobrar las tropas atacantes para poder entrar al interior, además de que los defensores se posicionarían por encima de éstos.
Continuando el recorrido, y a través de una puerta abierta en el muro, entramos al Patio de Armas, que en realidad era una zona reservada para los artesanos y los almacenes, aunque hoy en día se le ha dado una función como si de un patio de armas se tratara. Desde este patio se accede a las distintas partes de la fortaleza: restos de la zona palaciega de la antigua edificación árabe; la puerta norte por donde subían los carruajes; las troneras para las armas de fuego, y el acceso a las murallas, donde su adarve permitía la defensa de la plaza. En algunos merlones se han puesto algunos manteletes para explicar su función a los visitantes.
Por una empinada escalera se accede al tercer recinto, en el centro del cual encontramos la Torre del Homenaje, el elemento más característico del monumento. De planta rectangular, se trata de un torreón fabricado en buena mampostería y sillería. En la cara exterior de sus cuaro muros se hallan sendos escudos heráldicos de Don Juan Pacheco, II Marqués de Villena. El estudio y lectura de la epigrafía existente en el escudo de la cara norte ha permitido datar la fecha de construcción de la torre entre 1449 y 1454, como hemos apuntado anteriormente.
La bóveda de la torre presenta una cubierta interior de crucería gótica con nervios de piedra y elementos de ladrillo, rematada igualmente con la heráldica de Juan Pacheco en sus dos claves. En el interior encontramos a ambos lados sendas ventanas abarta una al patio de armas y a su frente otra que se asoma a la ciudad, con sendos bancos de piedra. En la torre, tal y como nos indican los muros interiores de ésta, existía una planta intermedia más hoy desaparecida, y con ello quedaría establecido que tendría cuatro pisos o plantas:
1. Sótano, al cual se accede por una trampilla en el suelo de la planta baja.
2. Planta baja, donde se encuentran los accesos a la torre.
3. Planta intermedia ya desaparecida, y
4. Terraza en la parte superior de la torre, a la que se accede por una magnífica escalera de caracol gótica tallada en roca, con elementos de cantería desde la planta baja.
La muralla se extiende a lo largo del cerro en el que se asienta la fortaleza y su monótona estructura se rompe con las torres semicirculares y especialmente con la torre principal situada al centro de la edificación.
Además de los elementos mencionados, existen restos de elementos interiores tales como:
Dependencias o edificaciones situadas en el lado este del monumento, denominadas actualmente como "zona palaciega", a la que se accedía por el patio de armas, del que se conservan algunos restos de muros y una pequeña fracción de bóveda.
Torre de acceso a la Torre del Homenaje, de la que no se conservan restos físicos, pero sí gráficos, ya que en uno de los cuadros conmemorativos de la Batalla de Almansa, se aprecia esta torre situada en el patio de armas. Se piensa que, de existir dicha torre, el acceso a la Torre del Homenaje y a la zona más elevada del castillo no se realizaba por las escaleras existentes en la actualidad en el patio de armas, sino a través de un puente levadizo que uniría ambas torres, convirtiendo al macho en casi inexpugnable.
Recientemente, el castillo ha sufrido una remodelación en el año 2018, a raíz de un descubrimiento arqueológico de algunas partes subterráneas descubiertas en el patio de armas, lo que ha dado motivo para realizar unas obras de musealización y un Centro de Visitantes dignos de admirar.
Fuentes: Wikipedia
turismoalmansa.com
Ximo G. Rico (Fotos)
Galería:
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