lunes, 9 de diciembre de 2019

Castillo de Huelma (Jaén)


El Castillo de Huelma, también llamado Castillo de los Duques de Alburquerque, se encuentra situado a las afueras del casco urbano de la población homónima en la provincia de Jaén (Andalucía). 

Se trata de un castillo de corte renacentista construido probablemente por el señor de la villa, el duque de Alburquerque, en la primera mitad del siglo XVI. 

Tanto el castillo como la villa quedaron de hecho en poder del marqués, pues, aunque no le fue concedido en señorío, sino que se consideró posesión de la corona real, quedó como alcaide de él. La plaza pasó a ser dominio del linaje de los Cueva unos años después, cuando D. Beltrán consiguió entroncar con la gran nobleza castellana al casarse con Dª María de Mendoza, hija del Marqués de Santillana. 

Su suegro le regaló la villa de Huelma, y poco después D. Beltrán obtuvo de Enrique IV en 1464 que la tenencia de esta villa pasase, también a su padre con el título de vizconde. Así pues, hacia 1464 D. Diego Fernández de la Cueva, padre de D. Beltrán, de ser regidor de Úbeda había pasado a convertirse en vizconde de Huelma y señor de Solera. A su muerte, acaecida en 1472, dejaba a su hijo Juan las villas de Solera, Huelma y Torreperogil, que formarían señorío jurisdiccional que heredarían los primogénitos del linaje. 

Es de planta cuadrangular (13,95 x 11,40 metros), dotado de cuatro torres cilíndricas, una en cada esquina, unidas entre sí por paños de muros y una puerta abierta en un arco de medio punto a nivel del suelo. Los dos grandes torreones del lado Sur están dotados de buzones para la artillería distribuidos en al menos dos alturas. En el ángulo Oeste se apoya directamente en un gran peñasco, cortado a pico, que supone en sí mismo una poderosa defensa. 

El castillo se construyó, según los datos documentales que se poseen en la actualidad de él, sobre el antiguo castillo musulmán que fue destruido para este fin. Efectivamente, en el cerro en cuya cima se sitúa el actual castillo hay abundantes restos de una antigua población musulmana, que los documentos del siglo XVI denominan "la villa", que se despobló a mediados de ese siglo. Se conservan, efectivamente algunos lienzos de murallas y dos torreones de las mismas, situadas a media ladera, construidas en mampostería concertada en hiladas. 

También se conserva otro pequeño trozo de muro construido aprovechando una roca y otros restos de muros destruidos por la construcción de la carretera que une a Huelma con Montejícar. Aún así, los restos que quedan no son suficientes para poder reconstruir el perímetro original de la villa. 

Más arriba, cerca del actual castillo, se conservan otros muros, que debieron pertenecer a la alcazaba musulmana que delimitan una planta poligonal, que claramente no tiene nada que ver con el castillo del siglo XVI, ni por la orientación de los mismos ni por su factura: aunque construidos también en mampostería, tanto el tipo de piedra utilizada como la argamasa son distintos. Finalmente, en el interior del castillo se conserva un gran aljibe, cimentado en la roca que ocupa casi por completo la totalidad del espacio interior del castillo. Está construido en hormigón muy duro, con un grosor de paredes que oscila entre 1,20 y 1,50 metros. Las dimensiones interiores son las siguientes: 8,30 metros de largo y 3,25 de ancho. La profundidad, en aquellos puntos donde se ha podido apreciar, es de 1,65 metros. 

El aljibe original conserva señales de haber sido reutilizado en varias ocasiones. En primer lugar una reparación con ladrillo de una grieta abierta en las paredes Suroeste y Noreste, quizás a causa de un terremoto, puesto que la solidez de la obra hace difícil pensar en otra causa. Posteriormente sufrió una reforma total en su interior efectuada en ladrillo, que redujo sus dimensiones a 7 metros de largo por 3 metros de ancho, siendo impermeabilizado con un enlucido de almagra, tapado por otro posterior. 

Probablemente en la época en que se construyó el castillo cristiano, al aljibe se le quitó la bóveda y se arrasó su superficie. En todo lo largo de la pared Noreste se horadaron en el hormigón asientos para vigas que debieron de servir como suelo de una planta alta del castillo, situada por encima de la puerta principal de acceso, y de la que al aljibe servían de base. 

Fuente: Wikipedia

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