El Castillo de Huerta se encuentra situado en las cercanías de la población de Huerta de Obispalía en la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha).
Nos
recuerda a un gran barco anclado sobre la colina, con su proa y su
popa amenazantes a saliente y a poniente. Se adapta perfectamente al
terreno y es la referencia visual del paisaje y del pueblo. Sus
murallas aún siguen en pie, desafiando el paso del tiempo.
Edificado
sobre los restos de un asentamiento ibérico se trata de un castillo
de fundación árabe del siglo X. Fue construido con piedra
guijarreña sacada de las canteras de las Peñas del Blanco cercanas
al mismo y se utilizó argamasa hecha con cal y arena.
Sus
torres extremas en forma de espolón nos hablan de su origen árabe,
construidas de esta forma para evitarse un flanco de ataque. Tuvo
otra muralla exterior por los vestigios que quedan bajo la torre del
homenaje y en la parte norte del mismo, donde todavía se notan sobre
el terreno, restos de murallas que probablemente rodeaban el núcleo
principal de la villa.
En
su interior se conservan todavía el horno, las trazas de las
antiguas dependencias, graneros excavados en la roca, así como las
mazmorras, con entrada original solamente por la parte superior, y
ahora, con puerta abierta al exterior para utilizarlas como cuadras y
bodegas. Ha sufrido grandes modificaciones en los últimos tiempos
para adaptarlo a las necesidades agrícolas y ganaderas de sus
propietarios.
En
su plaza de armas, un profundo pozo de aguas salobres servía para el
gasto cotidiano de los animales y demás labores, aunque intuimos que
para el consumo humano tendrían posiblemente aljibes.
Del
castillo destaca su magnífica torre del homenaje de buena fábrica
exterior rematada con matacanes y escudos de Jacobo de Véneris y
Gabriel Condulmario. Sobre portada de arco apuntado y enmarcada con
moldura plana de resalte, existe una lápida cuadrada en la que bajo
los escudos ya citados, con una inscripción en latín cuya
traducción sería:"Esta
torre fue construida por mandato del señor Gabriel Condulmario,
Arcediano de Alarcón en la iglesia de Cuenca, provisor en lugar del
muy reverendo señor Antonio de Véneris, obispo de Cuenca, su tío,
que, destinado como legado de la Sede Apostólica para apaciguar las
discordias de Castilla, por sus méritos y brillantes virtudes,
obtuvo primero la iglesia de León y después la de Cuenca. En el año
1473".
Este
documento extraordinario que ha permanecido durante cientos de años
en la torre del homenaje del castillo, es una señal inequívoca de
la importancia del feudo de la Obispalía, con Huerta a la cabeza, en
una época turbulenta en la que las luchas por el poder, hicieron de
Castilla una guerra cruenta entre los partidarios de «la Beltraneja»
e Isabel «la Católica». La iglesia, al igual que Huerta, tomó
partido, junto con otros nobles y especialmente el Marques de
Villena, por Juana, legítima heredera al trono por ser hija de
Enrique IV y Juana, su segunda esposa.
El
último dato histórico del castillo data de 1845. Don José María
Izquierdo, de vecindad y ocupación desconocida, compró en dicho año
un castillo en ruinas y una porción de tierra aledaña al mismo, en
Huerta de la Obispalía, por un importe de 4.004 reales de vellón.
Fuente: Castillos del Olvido
Galería:
Fuente: Castillos del Olvido
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