viernes, 6 de diciembre de 2019

Castillo de Garcimuñoz (Cuenca)


El Castillo de Garcimuñoz es una fortaleza localizada en la población del mismo nombre en la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha). 

El castillo se levantó por orden del maestre don Juan Pacheco, marqués de Villena, sobre las ruinas de una alcazaba anterior en la segunda mitad del siglo XV. Este castillo tiene la peculiaridad de que debajo del castillo que mandó construir don Juan Pacheco, existe el castillo que en su día habitó don Juan Manuel, que a su vez es continuación del que habitara Garci-Muñoz y del que en su día destruyó el califa Yusuf en su expedición de 1172 contra la ciudad de Huete. 

Su estado actual corresponde al de una construcción con un estilo de transición entre el gótico y el Renacimiento, mostrando influencias italianas. Está formado por un cuerpo cuadrado, con fuertes muros, flanqueados por gruesos torreones circulares y anchas plataformas. Se conserva todo el recinto de los muros exteriores con troneras, pero el interior está destruido, excepto las edificaciones de los sótanos, que fueron usadas como cementerio en el siglo XIX. 

El único motivo decorativo que se distingue en esta fortaleza es la portada, que aparece en un lienzo que se desplaza dentro de uno de los paños, supuestamente donde estaba ubicada la antigua portada del alcázar árabe. El origen previo es incierto; según documentos aparecidos debió de ser antes de 1177, año de la reconquista, cuando se edificó una primera fortaleza, origen de la actual. Sus restos se descubrieron en el año 1974 al proceder a la limpieza del antiguo cementerio. Son muros de material pobre; aún se conservan las conducciones de agua y el mismo aljibe de la fortaleza. 

Desde que en 1663 se comenzara a edificar en una crujía del castillo la actual iglesia de san Juan Bautista y se utilizaran su muros como cantera, el estado de la fortificación quedó semirruinoso, pero se conserva todo su recinto murado hasta el nivel del camino de ronda.Está construido de sillarejo y argamasa. Sus muros, de casi tres metros de espesor, están construidos para resistir el ataque de la artillería de la época. En la parte baja, además está reforzado por un talud que dificulta su conquista. 

Tiene forma de cuadrado irregular. Sus esquinas están fortificadas con cubos de planta circular. El del Norte era su torre del homenaje. Estos torreones tienen cúpula de ladrillo y estaban coronados con casamatas o amplias plataformas para el emplazamiento de la artillería. 

Tuvo en tiempos dos plantas más la baja, dispuestas en torno a un patio central o patio de armas. En la primera planta destacan troneras de última época, denominadas de cruz y orbe. En el segundo piso de su lado Noroeste destacan cinco ventanas góticas con forma de cruz. Tanto en los lienzos como en los cubos posee el clásico cordón o bocel decorativo, característico de las fortificaciones del siglo XV. Las ventanas del primer y del segundo piso en sus alas Este y Oeste dan testimonio de que una parte del castillo tuvo finalidad palaciega. 

Su portada de piedra de sillería es una de las más representativas entre los castillos de España. Su estilo es gótico isabelino y semeja un retablo de piedra tallada suspenso sobre el muro. En ella se pueden apreciar dos partes: la inferior corresponde a la puerta que se halla a dos metros sobre el nivel actual del suelo, sus jambas se rematan con arco carpanel. De la prolongación de las jambas arranca una orla ornamental que se cierra sobre la corona; debajo de ésta y en el centro, las armas reales de Enrique IV de Castilla; más abajo, una armadura y tres escudos borrosos. Es probable que el artífice de la portada sea el arquitecto Juan Guas. La parte superior es una buharda o ladronera. En ella hay cuatro huecos de troneras en forma orbe y cruz.

Fuente: Castillos del Olvido

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