El Castillo de Garcimuñoz es una fortaleza localizada en la población del mismo nombre en la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha).
El
castillo se levantó por orden del maestre
don Juan Pacheco, marqués de Villena, sobre las ruinas de una
alcazaba anterior en la segunda mitad del siglo XV. Este castillo
tiene la peculiaridad de que debajo del castillo que mandó construir
don Juan Pacheco, existe el castillo que en su día habitó don Juan
Manuel, que a su vez es continuación del que habitara Garci-Muñoz y
del que en su día destruyó el califa Yusuf en su expedición de
1172 contra la ciudad de Huete.
Su
estado actual corresponde al de una construcción con un estilo de
transición entre el gótico y el Renacimiento, mostrando influencias
italianas. Está formado por un cuerpo cuadrado, con fuertes muros,
flanqueados por gruesos torreones circulares y anchas plataformas. Se
conserva todo el recinto de los muros exteriores con troneras, pero
el interior está destruido, excepto las edificaciones de los
sótanos, que fueron usadas como cementerio en el siglo XIX.
El
único motivo decorativo que se distingue en esta fortaleza es la
portada, que aparece en un lienzo que se desplaza dentro de uno de
los paños, supuestamente donde estaba ubicada la antigua portada del
alcázar árabe. El origen previo es incierto; según documentos
aparecidos debió de ser antes de 1177, año de la reconquista,
cuando se edificó una primera fortaleza, origen de la actual. Sus
restos se descubrieron en el año 1974 al proceder a la limpieza del
antiguo cementerio. Son muros de material pobre; aún se conservan
las conducciones de agua y el mismo aljibe de la fortaleza.
Desde
que en 1663 se comenzara a edificar en una crujía del castillo la
actual iglesia de san Juan Bautista y se utilizaran su muros como
cantera, el estado de la fortificación quedó semirruinoso, pero se
conserva todo su recinto murado hasta el nivel del camino de
ronda.Está construido de sillarejo y argamasa. Sus muros, de casi
tres metros de espesor, están construidos para resistir el ataque de
la artillería de la época. En la parte baja, además está
reforzado por un talud que dificulta su conquista.
Tiene
forma de cuadrado irregular. Sus esquinas están fortificadas con
cubos de planta circular. El del Norte era su torre del homenaje.
Estos torreones tienen cúpula de ladrillo y estaban coronados con
casamatas o amplias plataformas para el emplazamiento de la
artillería.
Tuvo
en tiempos dos plantas más la baja, dispuestas en torno a un patio
central o patio de armas. En la primera planta destacan troneras de
última época, denominadas de cruz y orbe. En el segundo piso de su
lado Noroeste destacan cinco ventanas góticas con forma de cruz.
Tanto en los lienzos como en los cubos posee el clásico cordón o
bocel decorativo, característico de las fortificaciones del siglo
XV. Las ventanas del primer y del segundo piso en sus alas Este y
Oeste dan testimonio de que una parte del castillo tuvo finalidad
palaciega.
Su
portada de piedra de sillería es una de las más representativas
entre los castillos de España. Su estilo es gótico isabelino y
semeja un retablo de piedra tallada suspenso sobre el muro. En ella
se pueden apreciar dos partes: la inferior corresponde a la puerta
que se halla a dos metros sobre el nivel actual del suelo, sus jambas
se rematan con arco carpanel. De la prolongación de las jambas
arranca una orla ornamental que se cierra sobre la corona; debajo de
ésta y en el centro, las armas reales de Enrique IV de Castilla; más
abajo, una armadura y tres escudos borrosos. Es probable que el
artífice de la portada sea el arquitecto Juan Guas. La parte
superior es una buharda o ladronera. En ella hay cuatro huecos de
troneras en forma orbe y cruz.
Fuente: Castillos del Olvido
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