jueves, 5 de diciembre de 2019

Castillo de Fuente el Sol (Valladolid)


El Castillo de Fuente el Sol, también llamado Castillo de los Bracamonte, está localizado en la población del mismo nombre en la provincia de Valladolid (Castilla-León). 

Fue mandado construir por el el mariscal Álvaro de Bracamonte a principios del siglo XV, aunque no pudo ser terminado como estaba previsto, y al no poder elevar la torre, se optó por reducir la altura de los muros para mantener la proporción típica de la Escuela de Valladolid, que se pusieron de moda tras los arreglos que hizo el rey Enrique IV de Castilla en el castillo de Portillo. 

El Castillo de Fuente el Sol carecía tanto de pozo como de aljibe. La explicación es que delante de la puerta, como si fuera un poso que lo separaba de la población, existía casi siempre una charca, con una corriente esporádica hacia el arroyo Malpaso, tributario del Zapardiel situado a unos 5 kilometros al Este. 

Este castillo se alimentaba de agua por medios de una especie de embudo, que penetra en el muro de la torre del homenaje próximo a la puerta de entrada. cabe suponer que la servidumbre de la alcaidía se ocupaba rutinariamente vertiendo jarras y cubos de agua por dicho orificio, técnica que se practicaba tradicionalmente en las casas de la región hasta la legada del abastecimiento público. Las reservas del castillo, consistiendo probablemente en tinajas y cántaros, no suponen mucha resistencia en el caso de asedio. 

La planta del castillo, rectangular, con cubos en tres de sus ángulos y una torre del homenaje en el otro, es vallisoletana. Sin embargo, las enormes dovelas de la puerta de entrada hablan de las calles de Ávila y la bóveda de cañón que cubre la torre de homenaje es de ladrillo, recordando así la proximidad de la Moraña. Las proporciones originales del castillo iban a ser algo extrañas, pues las paredes del recinto alcanzaba prácticamente la altura de la Torre del Homenaje. 

En algún momento, probablemente en el levantamiento de las Comunidades, el recinto sufrió un desmoche brutal, perdiendo aproximadamente la mitad de su altura. La torre del homenaje, sin embargo, quedó solamente desalmenada. así, la silueta típica de torre y recinto, ofrecida por este castillo, es consecuencia de estos estragos mas bien que de las intenciones de su constructor. 

Los restos de tomas y piedras-espigas para el machihembrado, indican que el recinto fue ocupado por un patio de cuatro crujías, que albergaban el acceso a la torre al nivel de la primera planta. Las plantas intermedias de la torre eran de madera, comunicadas por la escalera intramural que partía de la puerta de acceso. Los niveles han sido algo cambiados a consecuencia de la profundización de la planta baja para facilitar la instalación de una bodega durante el siglo pasado. Un habitáculo forrado de ladrillo en lo que era la planta principal puede ser un horno de pan. 

El castillo ha sido conocido popularmente por «el palacio», y de hecho carece tanto de troneras como de saeteras. Los cubos angulares son macizos. En la planta baja de la crujía de poniente, hay nichos practicados en la cantería que hubieran podido servir de pesebres (como en Villafuerte). Dispositivos que pueden haber tenido una finalidad defensiva son las hileras de modillones a la mitad de la altura, en los paños exteriores norte y oeste. Suponen alguna estructura exterior, como sería por ejemplo una especie de antepecho de madera improvisado que se apoyaría sobre ellos, en caso de algún intento de cercar el castillo, a modo de cadahalso. 

El conjunto está construido sobre la peña, y unas obras de excavación debajo de la entrada han descubierto el tajamiento de la roca viva por ese lado, como para crear un foso. No hay pruebas de que este rodeara en algún tiempo al castillo, que de haber existido, habría sido de los pocos en España que se podría inundar con facilidad. 

Fuente: Castillos del Olvido

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