El Castillo de Fuente el Sol, también llamado Castillo de los Bracamonte, está localizado en la población del mismo nombre en la provincia de Valladolid (Castilla-León).
Fue
mandado construir por el el mariscal Álvaro de Bracamonte a
principios del siglo XV, aunque no pudo ser terminado como estaba
previsto, y al no poder elevar la torre, se optó por reducir la
altura de los muros para mantener la proporción típica de la
Escuela de Valladolid, que se pusieron de moda tras los arreglos que
hizo el rey Enrique IV de Castilla en el castillo de Portillo.
El
Castillo de Fuente el Sol carecía tanto de pozo como de
aljibe. La explicación es que delante de la puerta, como si fuera un
poso que lo separaba de la población, existía casi siempre una
charca, con una corriente esporádica hacia el arroyo Malpaso,
tributario del Zapardiel situado a unos 5 kilometros al Este.
Este castillo se alimentaba de agua por medios de una especie de embudo,
que penetra en el muro de la torre del homenaje próximo a la puerta
de entrada. cabe suponer que la servidumbre de la alcaidía se
ocupaba rutinariamente vertiendo jarras y cubos de agua por dicho
orificio, técnica que se practicaba tradicionalmente en las casas de
la región hasta la legada del abastecimiento público. Las reservas
del castillo, consistiendo probablemente en tinajas y cántaros, no
suponen mucha resistencia en el caso de asedio.
La
planta del castillo, rectangular, con cubos en tres de sus ángulos y
una torre del homenaje en el otro, es vallisoletana. Sin embargo, las
enormes dovelas de la puerta de entrada hablan de las calles de Ávila
y la bóveda de cañón que cubre la torre de homenaje es de ladrillo,
recordando así la proximidad de la Moraña. Las proporciones
originales del castillo iban a ser algo extrañas, pues las paredes
del recinto alcanzaba prácticamente la altura de la Torre del Homenaje.
En
algún momento, probablemente en el levantamiento de las Comunidades,
el recinto sufrió un desmoche brutal, perdiendo aproximadamente la
mitad de su altura. La torre del homenaje, sin embargo, quedó
solamente desalmenada. así, la silueta típica de torre y recinto,
ofrecida por este castillo, es consecuencia de estos estragos mas
bien que de las intenciones de su constructor.
Los
restos de tomas y piedras-espigas para el machihembrado, indican que
el recinto fue ocupado por un patio de cuatro crujías, que
albergaban el acceso a la torre al nivel de la primera planta. Las
plantas intermedias de la torre eran de madera, comunicadas por la
escalera intramural que partía de la puerta de acceso. Los niveles
han sido algo cambiados a consecuencia de la profundización de la
planta baja para facilitar la instalación de una bodega durante el
siglo pasado. Un habitáculo forrado de ladrillo en lo que era la
planta principal puede ser un horno de pan.
El
castillo ha sido conocido popularmente por «el palacio», y de hecho
carece tanto de troneras como de saeteras. Los cubos angulares son
macizos. En la planta baja de la crujía de poniente, hay nichos
practicados en la cantería que hubieran podido servir de pesebres
(como en Villafuerte). Dispositivos que pueden haber tenido una
finalidad defensiva son las hileras de modillones a la mitad de la
altura, en los paños exteriores norte y oeste. Suponen alguna
estructura exterior, como sería por ejemplo una especie de antepecho
de madera improvisado que se apoyaría sobre ellos, en caso de algún
intento de cercar el castillo, a modo de cadahalso.
El
conjunto está construido sobre la peña, y unas obras de excavación
debajo de la entrada han descubierto el tajamiento de la roca viva
por ese lado, como para crear un foso. No hay pruebas de que este
rodeara en algún tiempo al castillo, que de haber existido, habría
sido de los pocos en España que se podría inundar con facilidad.
Fuente: Castillos del Olvido
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