El Castillo de Javier está situado en una loma de la localidad del mismo nombre en la Comunidad Foral de Navarra. Se encuentra a 52 km. al este de Pamplona y a 6 km. de Sangüesa. Data del siglo X y en él nació y vivió San Francisco Javier, hijo de los señores de Javier de donde tomó su apellido.
El
castillo y la villa de Javier fueron ganados por Sancho VII de
Navarra en torno al año 1223. Un noble aragonés los había dado
como garantía por un préstamo de 9.000 sueldos, que le concedió el
monarca navarro, pero al acabar el plazo y no poder hacer frente al
pago, pasaron a la propiedad de Sancho. No era la primera vez, ni
sería la última, pues Sancho VII fue uno de los grandes
prestamistas de la Corona de Aragón y gracias a los préstamos no
devueltos, se adueñó de una serie de villas y castillos entregados
como aval que le ayudaron a reforzar sus fronteras con Aragón. En
1236 el castillo fue entregado por el rey Teobaldo I a Adán de Sada.
Tras
la conquista de Navarra el castillo y la villa como feudo pertenecían
a María de Azpilicueta, oriunda del Valle del Baztán, casada con
Juan de Caso, cuya familia defendía la independencia del reino. Por
este motivo el Cardenal Cisneros ordenó la demolición completa del
castillo en 1516, aunque sólo se realizó un desmochado de la parte
fuerte del mismo.
Tras
sucesivas herencias, la propiedad del castillo, junto con el resto
del pueblo de Javier, recayó en la Casa de Villahermosa. A finales
del siglo XIX, el castillo estaba prácticamente en ruinas, y por
iniciativa de sus propietarios, Maria del Carmen de Aragón-Azlor,
duquesa de Villahermosa, y su marido José Manuel de Goyeneche,
conde de Guaqui, se comenzaron las obras de restauración.
Ya
a principios del siglo XX, la duquesa de Villahermosa donó el
castillo y la basílica a la Compañía de Jesús, con la condición
de que lo mantuviera tal y como se le entregó. En la cripta de la
basílica descansan los restos de quienes contribuyeron a la
reconstrucción del castillo y erección de la basílica: la duquesa
de Villahermosa y su marido. En la época moderna, el Castillo de
Javier es el destino de una multitudinaria peregrinación a
principios de marzo, en honor del santo patrón de Navarra.
Consta de tres cuerpos, sucesivamente escalonados en orden de antigüedad. Destacan la "Torre del Santo Cristo", bastión y capilla donde se encuentra un interesante crucifijo tardo-gótico y una serie de pinturas murales representando la danza de la muerte, única en España. También es interesante la Torre del Homenaje, denominada "Torre de San Miguel", que es lo más antiguo del castillo, así como el museo dedicado a la vida del santo.
En sus basamentos hay huellas y zócalos musulmanes que podrían ser del siglo X. En el siglo XI se formó el primer recinto envolvente que cobijó las primeras habitaciones, y en el siflo XII se agregaron por las cuatro orientaciones dos cuerpos poligonales y dos torres flanquantes.
Fuentes: Wikipedia
turismo.navarra.com
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