El Castillo de Jerez de los Caballeros es una fortificación de carácter defensivo, cuyos orígenes se remontan al siglo XIII en época almohade, que se encuentra en la ciudad homónima de la provincia de Badajoz (Extremadura).
El
castillo se alza sobre la parte occidental de un cerro, a cuyo
alrededor se extiende la localidad del mismo nombre, es decir, un
altiplano que domina la vega que forma el río Ardilla y enclavada
en la Sierra de Santa María.
El
origen del castillo, sus murallas y de la propia localidad de Jeréz
de los Caballeros ha sido tema de discusión frecuente. La ciudad
aparece citada por los geógrafos árabes Al-Umari y Al-Idrisi por lo
que se deduce que pudo ser una plaza fuerte hasta que la reconquistó
Alfonso IX acia el año 1238 con la ayuda de las Órdenes del Temple
y Santiago. Este rey tuvo una gran actividad de reconquista y
recuperó para la cristiandad las ciudades de Cáceres, Mérida y
Bajajoz, y en general toda la mitad oeste de la actual comunidad
autónoma de Extremadura.
En el mismo año de su conquista, 1238,
Alfonso IX la donó a la Orden del Temple. La muralla da idea de la
capacidad defensiva que tuvo la ciudad durante la Edad Media si bien
pasado el siglo XV algunas barriadas comenzaron a construirse fuera
de las murallas debido al incremento de la población y de los
«oficios». Parece ser que el origen de la muralla fue fenicio,
aunque se han encontrado restos que evidencian la presencia romana y
visigoda.
El
castillo es de forma pentagonal irregular y está replegado en uno de
los extremos del recinto amurallado, precisamente en la zona donde el
terreno es más escarpado y difícil de atacar. En algunas de sus
esquinas dispone de torres defensivas entre las que destaca la Torre
del Homenaje en la zona nororiental. Esta torre tiene una ventana
gótica geminada, adjetivo que se refiere a un objeto formado por dos
elementos iguales o bien distintos colocados en parejas, y
polilobulada. También hay un par de ellas muy interesantes como la
«ventana de la Veleta» y la «ventana de las Armas», ambas en la
zona norte y las del ««Carbón»» y del «Reloj» en dos lienzos
diferentes que forman el ángulo meridional.
El interior de la fortaleza lo ocupa en su mayor parte un bello jardín pero han desaparecido la mayoría de sus dependencias. Sólo se conserva una pequeña capilla del siglo XV y un aljibe. El material utilizado para la construcción del castillo ha sido la piedra en forma de sillares de buen tamaño y se ha mantenido en bastante buen estado a pesar de los asedios que ha sufrido a lo largo de los años. Las almenas se han restaurado y como curiosidad diremos que el castillo sirvió de mercado hasta el año 1950.
Fuente: Edujoser
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