miércoles, 11 de diciembre de 2019

Castillo de Jubera (La Rioja)


El Castillo de Jubera se alza sobre la cima y laderas de un cerro calizo, a cuyos pies y orientado al norte se encuentra el caserío de la localidad de Jubera, perteneciente al término municipal de Santa Engracia del Jubera, en la Comunidad de La Rioja. 

Parece ser que el castillo de Jubera es de origen musulmán. Existen varios documentos de los siglos X y XI que mencionan la villa y castillo de Jubera. Hacia 941 su tenente era Margo Asinari, y en 1056 Jimeno Fortuniones. En 1062 los vecinos de Jubera donaron muchas heredades para dotar la iglesia de San Andrés. En el año 1066 Doña Estefanía dejó Jubera y sus aldeas (Bucesta, Lagunilla y Oprela) en testamento al infante Don Fernando. 

En 1122, durante el reinado de Alfonso el Batallador, el tenente de la fortaleza era Lope Garcés. En tiempos del emperador Alfonso VII aparece unida a los Cameros en la familia de éstos, citándose como señor a Don Ximeno, y luego a su hijo Pedro Jiménez, entre 1165 y 1175, expidiéndose algunos documentos en Jubera. En 1207 los castillos de Jubera, Clavijo y Ausejo fueron dados por Alfonso VIII de Castilla a Sancho VII de Navarra como garantía de la tregua de cinco años pactada entre ellos. 

La había ocupado Diego Gómez Manrique, Conde de Treviño, quien a su vez la cedió hacia 1380 a Diego Fernández de Lezana, seguramente al conseguir Ocón. Más tarde, en 1419, Juan II de Castilla donó la villa de Jubera a don Álvaro de Luna, siendo señorío de los Luna desde entonces, tras la reiteración de concesión de señorío hecho a María de Luna en 1453. Fueron alcaides de este castillo y del de Clavijo Diego de Vergara y García de Badajoz (1451). 

Al comienzo de la primera guerra carlista, en 1833, se derribó la iglesia de Santa María, para utilizar sus materiales en la construcción de un castillo para la defensa de la población. A esta época pertenece el pabellón rectangular situado en la cima del cerro, en el interior del recinto superior, la barbacana y las troneras de las barreras exteriores, así como la utilización de la torre pequeña del núcleo principal del castillo como aljibe. 

La fortaleza se compone de un recinto superior, asentado sobre la cima en forma de meseta del cerro, y dos barreras defensivas exteriores adaptadas a la topografía del terreno. La puerta principal de acceso a la fortaleza está situada en el lado norte y defendida por una barbacana con troneras. La puerta es de arco doblado, inferior en mitra y superior de medio punto, con tosco dovelaje de lajas de piedra. Por ella se llega a un amplio recinto protegido por fuertes muros de mampostería en la vertiente norte de 1 metro de grosor, que conservan el adarve y almenas en capirote, mientras el muro occidental está prácticamente desaparecido. Sobre la puerta de acceso al recinto hay una ventana de medio punto y en el muro contiguo una aspillera con derrame al interior. 

Desde la primera barrera se accede a la segunda por el extremo suroeste. Esta segunda barrera tiene un amplio perímetro de forma casi circular, con muros de tapial de menor grosor, 0,60 metros, que posee torrecillas semicirculares en todo su contorno, excepto una cuadrada al noroeste. Esta barrera se encuentra prácticamente arruinada. En el extremo del muro noreste existen troneras. La comunicación de este espacio con el recinto superior se establece por dos caminos de acceso, uno situado al oeste, en rampa y protegido por un torreón cilíndrico, y otro en el extremo noreste, de trazado quebrado. 

El recinto superior y núcleo principal de la fortaleza es de forma más o menos rectangular, orientado de norte a sur, con muros del mismo grosor y aparejo de la barrera anterior, con torres cilíndricas de flanqueo en todos sus lados, excepto a poniente, donde existe un muro de 2 metros de grosor con un gran cubo en el centro, con múltiples aspilleras al sesgo, derramadas al interior. Paralelo a este muro y en su parte interna corre un foso hoy cegado en parte. En el centro de este recinto se conserva un edificio rectangular de 26 por 7,50 metros, orientado de norte a sur, y en los extremos dos torreones cilíndricos huecos de distinto radio, 2,30 metros y 1,10 metros. 

Los orígenes del castillo de Jubera parecen ser musulmanes. Los muros de la barrera externa, con su adarve y almenas en capirote, y el resto de murallas flanqueadas por torrecillas cilíndricas recuerdan al castillo de Clavijo y otros contemporáneos. Es probable que esta fortaleza formara parte del sistema defensivo musulmán por su estratégica situación ya que tapona perfectamente el valle del Jubera. Si con posterioridad sufrió alguna ampliación desde luego no mejoró la construcción primitiva por la evidente unidad de materiales y aparejos que existe en todo el conjunto. El arco menor de la puerta de acceso en arco de mitra y tosco dovelaje como se ha indicado, nos remite a una cronología muy antigua (siglos X-XI). Esto quiere decir que tanto pamploneses como castellanos hicieron uso de él por sus magníficas condiciones militares. 

Fuentes: Wikipedia
                lariojaturismo.com
                castillosdeespana.es

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