El Castillo de Cogolludo se encuentra situado en la población homónima de la provincia de Guadalajara, en la Comunidad de Castilla-La Mancha.
Se
trata de una fortificación de pequeño tamaño que forma parte del
recinto amurallado de la villa de Cogolludo, a modo de reducto. A su vez, contaba con una cerca o
barrera de mampostería de menor altura que lo protegía,
aunque no abarcaba su recinto por completo, pues únicamente se
disponía en los lados sur, este y parte del norte, donde se
encontraba con la muralla urbana. En su parte meridional enlazaba con
la muralla de la coracha que ascendía hacia la Loma del Lomo.
El
edificio presenta una gran homogeneidad de aparejos en su camisa
exterior, al emplearse materiales de tipología autóctona aparejados
como mampostería ordinaria de tipo irregular, lo que unido a la
degradación de los materiales, ha homogeneizado enormemente los
paramentos. Este hecho, sumado al precario estado de
conservación de los paramentos, hace que sea extremadamente difícil
la identificación y secuenciación de fases constructivas.
El
elemento que más destaca del conjunto es la mal llamada Torre del
Homenaje, cuya adscripción cronológica no está exenta de polémica.
Todos los investigadores que han abordado el estudio del castillo la
han identificado como tal, pero las fuentes documentales no permiten
situar la ubicación de esta torre en el recinto y únicamente los
resultados de las excavaciones arqueológicas permitirán
identificarla. Hace casi 30 años Manuel Retuerce (1983: 74-75)
describió por primera vez esta torre, identificándola como un claro
ejemplo de qubba andalusí, y datándola en el siglo IX.
Se
trata de una torre de planta cuadrangular, con un acceso moderno
abierto al este, y cuyo interior es de planta circular. Se encuentra
actualmente exenta, habiendo perdido las conexiones con paramentos
perpendiculares a ella tanto al este como al oeste. Pero, observando
las huellas dejadas sobre la torre por estos, se puede ver como eran
posteriores a la torre, originalmente exenta. En el caso del paño
oeste, la huella dejada sobre la torre es el resto de un simple
acondicionamiento previo para adosar las fábricas de modo
descentrado.
En
cuanto a la técnica constructiva de la torre presenta un aparejo
mixto, alternando hiladas de mampostería ordinaria de diverso tamaño
y calidad con verdugadas dobles de ladrillo macizo, con la
particularidad de presentar, en muchas ocasiones, ladrillos puestos
a sardinel entre cada mampuesto, a modo de tabica vertical. Las
diferencias de altura de los mampuestos se solventan con abundantes
ripios, fundamentalmente en la fachada sur, frente a las abundantes
adiciones de mortero de cal y ladrillo en las fachadas norte y oeste.
Otro
de los detalles más interesantes de la torre es su cúpula
hemiesférica de ladrillos macizos al interior, que si bien es un
síntoma de modernidad a juicio de Pavón Maldonado (1984), no
presenta ruptura alguna en su conexión con los paramentos interiores
de la torre, realizada con la misma mampostería regularizada con
verdugadas de ladrillo que se ve al exterior, pero demostrando una
menor altura de hiladas y una ausencia casi total de tabicas
verticales.
Con
el estado actual del castillo y con la colmatación interna del
conjunto, es muy difícil hacerse una idea de cómo se practicaba el
acceso. A partir de la intervención arqueológica realizada en
el año 2007, se puede proponer una hipótesis para localizar un
acceso secundario o portillo. Consistiría en acceder al castillo
desde el interior de la villa, por la ladera sur del cerro,
aprovechando la barrera que tuvo y que se ha conocido a través de
las fuentes documentales estudiadas. Una vez atravesada ésta, y
alcanzados los muros del castillo bajo la torre principal, se
llegaba al extremo oriental del castillo, donde se abriría paso al
interior a través de un pequeño vano que comunicaba con el patio
alargado o patín, documentado a través de las fuentes.
En
cuanto a las estructuras y organización interna del castillo, Layna
Serrano ya adivirtó en su libro que resultaba muy aventurado hablar
de cuáles podría contener y su localización debido a la gran
cantidad de escombro acumulado. Gracias al documento de tasación del
año 1503 se puede confirmar la existencia de un patio (“ patin”
en el documento original), cuya ubicación exacta pudiera ser la
inmediata al acceso propuesto anteriormente. En este patio se
construyó una cámara o dependencia de mampostería destinada a
armería, que contaba con una única puerta labrada en sillería, con
una ventana y una techumbre plana o a una sola vertiente,
adosada al menos a una de las paredes del patio. Esta volumen tenía
una altura de trece tapias y veinte pies y sus muros un grosor de dos
pies. En la armería de Cogolludo se podían encontrar tiros de
pólvora grandes, bombardas, pasamuros, culebrinas, espingardas y
ballestas.
Fuente: Castillos del Olvido
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