domingo, 8 de diciembre de 2019

Castillo de Haro (Villaescusa de Haro, Cuenca)


El Castillo de Haro se encuentra a las afueras del municipio de Villaescusa de Haro en la provincia de Cuenca (Castilla-La Mancha). Está situado en la cima de un cerro que domina la vega del río Záncara, a mitad de camino entre los de Belmonte y Garcimuñoz. 

La historia conocida de este castillo, muy bien documentada por su actual propietario, se remonta a finales del siglo XII. En el año 1177 el rey Alfonso VIII recupera las plazas de Cuenca y Huete, y en el 1184 la de Alarcón, tras nueve meses de sangriento asedio. La dureza del enfrentamiento se justifica por la importancia estratégica de la zona, un enclave situado entre los reinos de Toledo y Murcia, zona de seguridad fronteriza de los reinos de Aragón y Castilla, y cruce de los ejes de comunicación de la costa del Levante al Valle del Guadalquivir, y de las mesetas del Guadiana a la del Tajo. 

Para consolidar su control sobre la zona, Alfonso VIII la repuebla con cristianos traídos de Extremadura, concede señoríos a los capitanes que más destacarían en la campaña y, para asegurar neutralidad frente a ambos reinos, concede importantes derechos en la zona a la Orden de Santiago que, con centro en la vecina Uclés, instalan en Alarcón un hospital para redención de cautivos. De entonces datan la reconstrucción de los grandes castillos de Alarcón, Belmonte y Garcimuñoz, y el más pequeño castillo de Haro. En el de Alarcón estableció su corte y desde aquí preparó en el año 1211 la histórica batalla de Las Navas de Tolosa, que fue decisiva para la expulsión de los almohades y el definitivo control de Castilla por las tropas cristianas. 

El castillo de Haro fue construido por Don Diego López de Haro, Alférez Mayor de Castilla y Señor de Vizcaya. Los derechos de Haro quedan formalizados mediante el Forum Fari o Fuero de Haro, actualmente conservado en la Biblioteca de El Escorial, datado a principios del siglo XIII. El Fuero de Haro fue otorgado a la población y su castillo por Dicacus Lupus, término latino por Diego López, y está glosado en sus márgenes con abundantes comentarios en latín y en lengua romance del siglo XVIII, lo que prueba su utilización incluso en fechas en que el castillo tenía ya siglos en desuso. 

Don Diego López de Haro murió en 1214, poco después de Las Navas de Tolosa, batalla en la que seguramente participó, así como en la toma de otros castillos como los de Alcalá, Garaden, Surcacia y Xorquera, en expediciones realizadas por Alfonso VIII con unos pocos caballeros y peones de Transierra. A su muerte, el Castillo pasa a manos de la Orden de Santiago quien lo reconstruyó en el siglo XV, dándole la forma que vemos hoy día. 

Construcción militar renacentista, su alzado rotundo y sus torres circulares nos permiten disfrutar de la singularidad de esta fortaleza del siglo XV, que conserva su disposición original. De planta cuadrada, y con cubos circulares en cada esquina. A su alrededor se aprecian restos de un muro.

Fuente: Castillos del Olvido

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