lunes, 9 de diciembre de 2019

Castillo de Hormaza (Burgos)


El Castillo de Hormaza, también llamado Palacio de los Castañeda, se encuentra situado en la localidad homónima de la provincia de Burgos (Castilla-León). 

Los primeros señores de Hormaza fueron los Carrillo. Al morir el sexto señor sin descendencia los bienes pasaron a Juana, casada con Gonzalo Muñoz (o Núñez) de Castañeda, con lo que se pierde aquella varonía. A finales del siglo XVII se daba el mayorazgo a María Luisa Crespí de Valdaura (o Delgadillo Avellaneda), uniéndose así al condado de Sumacárcel, que entroncaría con los condes de Orgaz, cuyos descendientes mantienen la propiedad. 

El castillo se encuentra a la entrada del pueblo. Consta de un cuadrado al que rodea una fuerte barbacana ya desaparecida al Norte y algo del Este. Debió de tener un cubo muy grueso en cada esquina fabricado de mampostería, casi sillarejo, con relleno de cal y canto. Son bajos con un reborde en la parte superior para que rebotasen los proyectiles. 

El cuerpo central tiene su ingreso ligeramente despla­zado hacia la izquierda. Los cuatro paramentos poseen balcones amatacanados en el centro, todos iguales (el del Norte ya desaparecido). Los vanos son escasos, abiertos bajo arcos rebajados o de medio punto, alguno con ador­nos de bolas en su frente. Uno de ellos conserva la reja. En el extremo de los ángulos superiores del Oeste pue­den verse los escudos de los Castañeda. Remata el edifi­cio en una breve cornisa, sobre la que permanecen vigi­lantes débiles almenas. Son en realidad monolitos orna­mentales acabados en punta de diamante, recuerdo en “negativo” del espacio que hubieran dejado los auténti­cos merlones defensivos. 

Haciendo honor al nombre del pueblo predominan las paredes de tapial, en las que se aprecian perfectamente los agujeros de la horma. Van forradas exterior­mente de piedra. Esta ocupa más de un metro de grosor, después viene una capa de piedra informe mezclada con cal y finalmente un metro de mampuesto. El tapial tuvo en algunos lados entramados de madera, en otros fue sustituido por adobe. En las esquinas, para mayor soli­dez, predomina la piedra con buenos sillares al exterior. 

Constó de planta baja y tres pisos. Alcanza unos 15 metros de altura. Por su extraordinaria extensión el pala­cio resulta muy apaisado, poco esbelto. Hoy día permanece íntegro únicamente el lienzo del Oeste. El del Norte ya ha desaparecido. Los del Este y Sur han sufrido graves deterioros, pues se han descon­chado en buena parte. El palacio parece que no tiene otro sino mas que “ir tirando” lo mejor que se pueda, re­signándose a desaparecer dentro de no muchos años. 

De los elementos de la fortaleza actual hay que dedu­cir que fue levantada, o al menos transformada, en los años del tránsito del siglo XV al XVI. Sin embargo, al fun­darse el mayorazgo ya estaba construida. Como allí se asegura, Alfonso la heredó de su abuelo Juan Carrillo, dando a entender veladamente como que fue él quien la levantó. Si fuera así los restos más antiguos pertenecen a principios del siglo XV. No se ve por ningún lado el escudo de los Carrillo y sí el de los Castañeda. 

En 1517 Alonso Muñoz de Castañeda recordaba en su testamento que “yo he labrado con doña Catalina de Zúñiga mucho en la Casa de Hormaza”. Efectivamente -según Sentenach-, sobre la puerta de la barbacana lucía el escudo de los Castañeda, encuadrado por el de los Zúñiga y Enríquez, apellidos de Catalina. De esta época parece el palacio y, por supuesto, toda la barbacana. 

Fuente: Castillos del Olvido

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