martes, 3 de diciembre de 2019

Castillo de Elda (Alicante)


El Castillo de Elda, reconocido como Castillo-Palacio Condal de los Condes de Elda, está localizado en los márgenes del río Vinalopó a su paso por la ciudad homónima de la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana). 

Sobre el cerro que domina la población de Elda y el río Vinalopó, se encuentran los restos del Castillo de Elda, una fortificación fundamental para controlar la antigua via Augusta, camino natural que permitía penetrar desde el mar hacia la meseta y Valencia. Se trata de un recinto amplio de planta poligonal con una superficie aproximada de 2.700 m2, defendido por ocho enormes y macizos cubos en saliente de tapial de 1,35 m. por 0,90 m. sobre basamentos de mampostería , y dos torres de planta circular, levantadas en sillería a cara vista con relleno de tapial de mampostería. 

A su alrededor, el recinto se encuentra perimetrado por un antemural con un ligero alamboramiento en el frente meridional que genera un amplio espacio de barbacana (Poveda Navarro, 2003), desde donde parte el sistema de acceso, que se realiza por el frente este, desde la actual Plazuela del Castillo, formada por la desaparición de las primeras calles y casas que formaban el principio del “raval” que se extendía hacia la actual Plaza de la Constitución (antigua Plaza de Baix), donde se encuentra el Ayuntamiento de la localidad. Comienza con una rampa empedrada que salva un desnivel de 4,90 m., defendido por un cubo en saliente que cuenta con un arco de medio punto rebajado en sillería en los estribos y mampostería en la bóveda. 

En el interior de la fortaleza existen dos cisternas, una de ellas subterránea, con unas dimensiones de 11 x 5,5 x 4,7 metros y una capacidad de 255,7 metros cúbicos,recubierta de un enlucido de yeso pintado a la almagra en algunos tramos y construido entre los siglos XV-XVI. La segunda cisterna se encuentra en superficie y es de menor tamaño, habiendo confirmado los trabajos arqueológicos su origen islámico en época almohade hacia la segunda mitad del siglo XII. A la vista de estos resultados, parece indudable que este poblado fortificado fue construido en fechas posteriores a la derrota musulmana de la Batalla de Huete en el año 1.172, cuando el tercer califa almohade Abu Ya´qub Yusuf-al-Mansur (1184-1199) realiza una reorganización defensiva levantando una serie de fortalezas que aunaban vigilancia y defensa en el corredor del Vinalopó, agrupando en su interior a la población dispersa por las alquerías del entorno. 

Con la llegada de la conquista cristiana , la villa et castiello de Elda pasan a manos del rey Fernando III de Castilla, merced al pacto o Tratado de Almizra en 1.244 entre el rey aragonés Jaime I y el hijo del rey, el infante don Alfonso de Castilla, que reinó como Alfonso X el Sabio. El rey Fernando III lo entrega primero bajo la fórmula de “pro domo” a Guillermo el Alemán, de la Orden Militar de Santiago, formando parte brevemente del protectorado castellano bajo el dominio del infante don Manuel. Pero la Sentencia de Torrellas-Elche en 1.305, obliga a pasar el castillo a manos aragonesas, siendo Pere de Montagut su primer alcaide. La actual fisonomía del castillo se la debemos en parte a las reformas emprendidas desde finales del siglo XIV dentro de los diferentes confictos entre los reinos de Castilla y Aragón, y las tensiones entre la potente aljama musulmana de la villa eldense, que facultan a la reina Doña Violante , señora de Elda en 1.420 a “ ...hedifficar e construir cases e hedifficis per tuició de vostres persones e bens...”. 

Pero la gran reforma constructiva del castillo de Elda se debe a su transformación como residencia para el linaje de los Corella, uno de los grandes linajes nobiliarios del reino de Valencia en el siglo XV. El castillo se convertirá en sede habitual del cabeza de familia, Ximén Pérez de Corella, Conde de Cocentaina, y, sobre todo, de su hijo Joan Roiç de Corella, quienes utilizaron el castillo como lugar de descanso para dedicarse a su deporte favorito: la caza. Los espacios interiores van a ser lujosamente decorados con cerámicas valencianas y pavimentos, descubiertos en las excavaciones arqueológicas, así como tapices, cortinajes, muebles y adornos valiosos, como un reloj de contrapesos. 

En un inventario realizado a finales de la Edad Media se apunta la existencia de treinta estancias, distinguiéndose dependencias de corte militar, con cuatro nuevas torres identificadas con los nombres de Torre Redona, Torre del Pont de la Celoquía, Torre del Colomer y Torre Mocha. Asimismo, sabemos que existía una prisión y una armería, así como estancias dedicadas a las tareas del servicio y al descanso del personal y de la propian guarnición , como cocina, horno o bodegas; y las nobles, entre las que se encontraban la gran sala, las habitaciones y una capilla de planta rectangular y cubierta con bóveda de medio cañón, que se construyó al lado del inicial aljibe almohade. La presencia habitual de los señores en el castillo llevó a los Corella a no reparar en gastos en su construcción y reforma, y como ejemplo se observan los materiales que Joan Roiç padre llevó hasta Elda para restaurar la gran sala de su nuevo palacio, donde a la madera en una cantidad asombrosa y al alabastro de sus ventanales, se unían unos dos mil azulejos valencianos para el piso de la misma. Las reformas afectaron también al sistema defensivo de la fortaleza condal con la apertura de dos nuevos accesos y un foso que se podía cruzar con puentes levadizos. 

A partir de 1.513, la famila Coloma, de origen aragonés, liderada por Juan Pérez Calvillo de Coloma, quien llegó a ser Virrey de Cerdeña y general de los ejércitos españoles en Flandes, será quien culmine la transformación del castillo en residencia palaciega, una vez que se constituyó el Condado de Elda, hasta el largo dominio de la familia Coloma que alcanzó el siglo XVIII. Sin embargo, con la llegada del siglo XIX y las políticas desamortizadoras de los gobiernos de la reina Isabel II, el castillo será adquirido por el Estado en 1.841 y vendido en pública subasta en el año 1.848 por un valor de 121.000 reales, siendo a partir de entonces cuando empezó a sufrir demoliciones parciales, llegando a ser cárcel del Juzgado de Primera Instancia de Elda en 1.844, e incluso sus restos se convirtieron en dependencias teatrales para compañías de cómicos. Finalmente, el castillo fue adquirido por el maestro de obras Pedro León Navarro y Vidal en el año 1.866, quien lo utilizó como punto de aprovisionamiento de materiales para la construcción de viviendas y obra pública, como el nuevo Puente de la Estación, frente a la fortaleza. 

En la actualidad, el castillo de Elda se encuentra inmerso en un Plan Director de rehabilitación y puesta en valor, cuyas primeras fases vienen ejecutándose desde el año 1.996, aunque se lleva a cabo de forma muy lenta, y que deberán finalizar con la recuperación integral de este monumento declarado Bien de Interés Cultural. 

Fuentes: Historia de Elda
               Wikipedia
               Castillos de Alicante
               Castillos de la Comunidad Valenciana
                Ximo G. Rico (Fotos)

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