El Castillo de Elda, reconocido como Castillo-Palacio Condal de los Condes de Elda, está localizado en los márgenes del río Vinalopó a su paso por la ciudad homónima de la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana).
Sobre
el cerro que domina la población de Elda y el río Vinalopó, se
encuentran los restos del Castillo de Elda, una fortificación
fundamental para controlar la antigua via Augusta, camino natural que
permitía penetrar desde el mar hacia la meseta y Valencia. Se trata
de un recinto amplio de planta poligonal con una superficie
aproximada de 2.700 m2, defendido por ocho enormes y macizos cubos en
saliente de tapial de 1,35 m. por 0,90 m. sobre basamentos de
mampostería , y dos torres de planta circular, levantadas en
sillería a cara vista con relleno de tapial de mampostería.
A
su alrededor, el recinto se encuentra perimetrado por un antemural
con un ligero alamboramiento en el frente meridional que genera un
amplio espacio de barbacana (Poveda Navarro, 2003), desde donde parte
el sistema de acceso, que se realiza por el frente este, desde la
actual Plazuela del Castillo, formada por la desaparición de las
primeras calles y casas que formaban el principio del “raval” que
se extendía hacia la actual Plaza de la Constitución (antigua Plaza
de Baix), donde se encuentra el Ayuntamiento de la localidad.
Comienza con una rampa empedrada que salva un desnivel de 4,90 m.,
defendido por un cubo en saliente que cuenta con un arco de medio
punto rebajado en sillería en los estribos y mampostería en la
bóveda.
En
el interior de la fortaleza existen dos cisternas, una de ellas
subterránea, con unas dimensiones de 11 x 5,5 x 4,7 metros y una
capacidad de 255,7 metros cúbicos,recubierta de un enlucido de yeso
pintado a la almagra en algunos tramos y construido entre los siglos
XV-XVI. La segunda cisterna se encuentra en superficie y es de menor
tamaño, habiendo confirmado los trabajos arqueológicos su origen
islámico en época almohade hacia la segunda mitad del siglo XII. A
la vista de estos resultados, parece indudable que este poblado
fortificado fue construido en fechas posteriores a la derrota
musulmana de la Batalla de Huete en el año 1.172, cuando el tercer
califa almohade Abu Ya´qub Yusuf-al-Mansur (1184-1199) realiza una
reorganización defensiva levantando una serie de fortalezas que
aunaban vigilancia y defensa en el corredor del Vinalopó, agrupando
en su interior a la población dispersa por las alquerías del
entorno.
Con
la llegada de la conquista cristiana , la villa et castiello de Elda
pasan a manos del rey Fernando III de Castilla, merced al pacto o
Tratado de Almizra en 1.244 entre el rey aragonés Jaime I y el hijo
del rey, el infante don Alfonso de Castilla, que reinó como Alfonso
X el Sabio. El rey Fernando III lo entrega primero bajo la fórmula
de “pro domo” a Guillermo el Alemán, de la Orden Militar de
Santiago, formando parte brevemente del protectorado castellano bajo
el dominio del infante don Manuel. Pero la Sentencia de
Torrellas-Elche en 1.305, obliga a pasar el castillo a manos
aragonesas, siendo Pere de Montagut su primer alcaide. La actual
fisonomía del castillo se la debemos en parte a las reformas
emprendidas desde finales del siglo XIV dentro de los diferentes
confictos entre los reinos de Castilla y Aragón, y las tensiones
entre la potente aljama musulmana de la villa eldense, que facultan a
la reina Doña Violante , señora de Elda en 1.420 a “
...hedifficar e construir cases e hedifficis per tuició de vostres
persones e bens...”.
Pero
la gran reforma constructiva del castillo de Elda se debe a su
transformación como residencia para el linaje de los Corella, uno de
los grandes linajes nobiliarios del reino de Valencia en el siglo XV.
El castillo se convertirá en sede habitual del cabeza de familia,
Ximén Pérez de Corella, Conde de Cocentaina, y, sobre todo, de su
hijo Joan Roiç de Corella, quienes utilizaron el castillo como lugar
de descanso para dedicarse a su deporte favorito: la caza. Los
espacios interiores van a ser lujosamente decorados con cerámicas
valencianas y pavimentos, descubiertos en las excavaciones
arqueológicas, así como tapices, cortinajes, muebles y adornos
valiosos, como un reloj de contrapesos.
En
un inventario realizado a finales de la Edad Media se apunta la
existencia de treinta estancias, distinguiéndose dependencias de
corte militar, con cuatro nuevas torres identificadas con los nombres
de Torre Redona, Torre del Pont de la Celoquía, Torre del Colomer y
Torre Mocha. Asimismo, sabemos que existía una prisión y una
armería, así como estancias dedicadas a las tareas del servicio y
al descanso del personal y de la propian guarnición , como cocina,
horno o bodegas; y las nobles, entre las que se encontraban la gran
sala, las habitaciones y una capilla de planta rectangular y cubierta
con bóveda de medio cañón, que se construyó al lado del inicial
aljibe almohade. La presencia habitual de los señores en el castillo
llevó a los Corella a no reparar en gastos en su construcción y
reforma, y como ejemplo se observan los materiales que Joan Roiç
padre llevó hasta Elda para restaurar la gran sala de su nuevo
palacio, donde a la madera en una cantidad asombrosa y al alabastro
de sus ventanales, se unían unos dos mil azulejos valencianos para
el piso de la misma. Las reformas afectaron también al sistema
defensivo de la fortaleza condal con la apertura de dos nuevos
accesos y un foso que se podía cruzar con puentes levadizos.
A
partir de 1.513, la famila Coloma, de origen aragonés, liderada por
Juan Pérez Calvillo de Coloma, quien llegó a ser Virrey de Cerdeña
y general de los ejércitos españoles en Flandes, será quien
culmine la transformación del castillo en residencia palaciega, una
vez que se constituyó el Condado de Elda, hasta el largo dominio de
la familia Coloma que alcanzó el siglo XVIII. Sin embargo, con la
llegada del siglo XIX y las políticas desamortizadoras de los
gobiernos de la reina Isabel II, el castillo será adquirido por el
Estado en 1.841 y vendido en pública subasta en el año 1.848 por un
valor de 121.000 reales, siendo a partir de entonces cuando empezó a
sufrir demoliciones parciales, llegando a ser cárcel del Juzgado de
Primera Instancia de Elda en 1.844, e incluso sus restos se
convirtieron en dependencias teatrales para compañías de cómicos.
Finalmente, el castillo fue adquirido por el maestro de obras Pedro
León Navarro y Vidal en el año 1.866, quien lo utilizó como punto
de aprovisionamiento de materiales para la construcción de viviendas
y obra pública, como el nuevo Puente de la Estación, frente a la
fortaleza.
En
la actualidad, el castillo de Elda se encuentra inmerso en un Plan
Director de rehabilitación y puesta en valor, cuyas primeras fases
vienen ejecutándose desde el año 1.996, aunque se lleva a cabo de
forma muy lenta, y que deberán finalizar con la recuperación
integral de este monumento declarado Bien de Interés Cultural.
Fuentes: Historia de Elda
Wikipedia
Castillos de Alicante
Castillos de la Comunidad Valenciana
Ximo G. Rico (Fotos)
Galería:
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