El Castillo de Estepa es un antiguo recinto fortificado que se encuentra en la parte más alta de la localidad homónima de la provincia de Sevilla (Andalucía).
El
castillo se levanta sobre el cerro en el que se alzaba la
antigua ciudad de "Ostippo", y constituye un conjunto de
defensa que esta formado por el recinto de la vieja medina musulmana
o ciudad medieval y el alcázar que servía de defensa para la zona
más débil y la puerta de acceso. Se cree que en su mayor parte el
recinto que rodea el cerro es de origen musulmán, sin descartar que
pueda tener elementos comunes con otros sistemas defensivos de época
anterior.
Tras la reconquista de Estepa por Fernando III el Santo en el año 1240, la villa y su castillo permanecieron en manos de la Corona, hasta que Alfonso X el Sabio la donó en 1267 a la Ordem Militar de Santiago. Fue entonces esta orden la que se encargó de reparar los muros de la cerca y reforzar el recinto del alcázar. También de debió de edificar en ese tiempo la Torre del Homenaje, así como el sistema defensivo de la puerta de la villa. Se sabe que como puesto fronterizo avanzado frente al reino de Granada fue atacado en distintas ocasiones por los granadinos, cayendo su arrabal en poder de Muley Abulhacen, hijo del rey de Granada, en el año 1462, si bien poco después sería recuperado por Rodrigo Ponce de León.
Acabada
la reconquista, Estepa perdió su valor estratégico y su castillo,
junto con la villa, fue vendido a Adán Centurión, cuyo hijo y
sucesor sería nombrado primer marqués de Estepa. En poder de los
señores de Estepa, el castillo-alcázar se convertiría en palacio y
cambiaría sustancialmente su función, mientras que el resto del
recinto se iría deteriorando poco a poco. Así, con el paso del
tiempo, el progresivo despoblamiento de esta ciudad y el
correspondiente auge del arrabal situado a sus pies.
Se encuentra emplazado en el espolón occidental del cerro, defendiendo su acceso principal conocido como Puerta de la Villa. Su forma era aproximadamente triangular, con mayor desarrollo de muro que los de cerca. De sus suntuosas estancias apenas queda nada, sólo la Torre del Homenaje, también conocida como Torre del Palacio. A través de unos gráficos del siglo XVI se sabe de la existencia de un sistema de barbacanas y de acceso al conjunto, y también de una coracha que defendía el manantial de la ermita de Santa Ana, que abastecía a la fortificación. Recientes excavaciones en el antiguo lugar del cementerio se ha podido comprobar el origen almohade de la fortaleza (siglo XIII).
La Torre del Homenaje es el elemento de mayor interés que queda de este alcázar-palacio: es de planta cuadrada de unos 13 metros de lado y con una altura de 26 m. Su construcción es mediante aparejo de piedra labrada colocada a soga y tizón en la base, esquinas y elementos singulares. Se trata en realidad de una torre albarrana elevada sobre un cuerpo macizo y unida al muro al nivel del adarve. En su interior cuanta con una dependencia ochavada cubierta con bóveda de crucería, con nervios de piedra y el resto de ladrillo. Los capiteles sobre los que se apoyan dichos nervios están labrados con el escudo de los Figueroa, lo que confirma su construcción por el maestre Leonardo de Figueroa.
Fuentes: Wikipedia
castillos.net
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