domingo, 1 de diciembre de 2019

Castillo de Concabella (Lleida)




El Castillo de Concabella se encuentra situado en la localidad del mismo nombre, en el término municipal de la población de Plans de Sió de la provincia de Lleida (Cataluña). 

A comienzos del siglo IX, un siglo después de la llegada de los musulmanes a la península Ibérica y para garantizar su frontera meridional frente a los musulmanes, los condados catalanes construyeron entre los siglos IX y XI, y reaprovecharon otros musulmanes, una amplia red de castillos, atalayas y torres de defensa por toda la Marca, fortificando con más de cien castillos un territorio muy extenso que se extendía desde Barcelona hasta el Pallars, en tierras de Lleida. 

A partir del siglo XI, cuando los condados catalanes tenían estabilizadas sus fronteras del Cardener, o LLobregat, se embarcaron en distintas campañas para recuperar o reconquistar nuevas tierras a los musulmanes. Así, la comarca del Anoia, en la zona interior de Cataluña, fue reconquistada por los catalanes y, a medida que iba avanzando la frontera, nuevos ríos la marcaban, en este caso el Anoia, levantándose nuevas fortificaciones y aprovechando otras de los sarracenos para protegerse y defender el territorio ganado de aceifas musulmanas. 

El castillo de Concabella, situado en el margen derecho del Sió, y documentado en el siglo XI, formo parte de las fortificaciones de frontera con tierras musulmanas a partir del XI, en la linea defensiva de Sió, en la Marca de Lérida, junto con los vecinos castillos de Les Pallarques, al noroeste, Florejacs y Les Sitges a norte, Les Oluges y Malgrat al sureste y, ya en la otra margen del río, con Ratera al oeste, Pilar de Almenara al oeste, Montcortés, Aranyó y La Cardosa al sur y Montfalcó Murallat al sureste. 

En el siglo XIV el castillo de Concabella perteneció a los Peramola, a los Oluja, a los Ortiz y a los Erill, hasta la desamortización del XIX. Más tarde fue adquirido por los vecinos de Concabella, que lo emplearon para instalar residencias particulares y para aprovechar sus sillares en nuevas construcciones. 

Hasta el siglo XIII, el castillo conservó su función defensiva a partir de una estructura muy maciza y con pocas aperturas que dificultaban el acceso. Esta estructura es una gran torre situada en la fachada meridional. Su planta cuadrada y la disposición de los sillares del primer tramo hacen pensar a algunos autores que su origen sea islámico, del mismo modo que se especula en los próximos castillos de Castellnou de Oluja o de Ribelles y en algunos tramos de la muralla de Guissona. 

A partir de la Baja Edad Media, alejado el peligro sarraceno, las necesidades de comodidad de los señores van transformando la fortaleza hacia las elegantes casas señoriales que han perdurado hasta nuestros días. La robusta torre mantiene las características defensivas, pero más por razones simbólicas de ostentación de poder que por motivaciones militares. A partir de ella se alza el castillo de planta cuadrangular, dejando la torre en una de las esquinas. 

La ampliación del recinto se organiza en torno a un patio central, organizador de todas sus dependencias, y una torre en cada una de sus esquinas, de las que se conservan, además de la más grande en la esquina sudeste, una torre octogonal en el costado suroeste, único ejemplo de esta planta a la Segarra junto con la arruinada del castillo de la Manresana, y otra torre cuadrangular en el flanco noroeste, de la que sólo se conservan los arranques en talud de sus muros. En el lado noreste posiblemente hubo una cuarta torre, hoy perdida (o tal vez inconclusa). 

En la fachada principal se abre un gran portal de sillar, presidido con toda seguridad por el blasón de los señores (hoy desaparecido). Coincidiendo con el salón noble, hay una serie de ventanales alineados decorados con molduras. La parte superior está rematada por una galería de arcos pequeños, evolución natural de las antiguas almenas. En la fachada occidental hay otros dos grandes ventanales (uno de ellos bellamente decorado con representación de hojas, cabezas humanas y bestias) alineados con un tercero situado en el lateral de la torre cuadrada. En la fachada lateral hay una ladronera (tal vez una letrina), a la altura de la sala principal. 

En el interior han desaparecido la práctica totalidad de sus elementos, aunque aún pueden verse los asientos de cortejo situados a ambos lados de los ventanales, una sala cubierta con arcos en cruz en la planta baja (ocupada hoy por la cafetería) y las bodegas, tapiadas a la espera de su turno en el proyecto restaurador. 

El castillo ha sido parcialmente restaurado recientemente por el Consell Comarcal de La Segarra, quedando aún algunos sectores pendientes de intervención (la torre principal y las bodegas, principalmente). 

Fuentes: Wikipedia
               castillos.net

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