martes, 10 de diciembre de 2019

Castillo de Jódar (Jaén)


El Castillo de Jódar se encuentra en la población del mismo nombre en la provincia de Jaén (Comunidad de Andalucía). 

El castillo se encuentra situado en la falda del Cerro de San Cristóbal, dentro del casco urbano, sobre una plataforma rocosa. El castillo dominaba los valles de los ríos Guadalquivir, Guadiana Menor y Jandulilla, con sus importantes vías de comunicación. 

La fortaleza de Jódar podría datarse en la segunda mitad del siglo XIII, probablemente aprovechando fortificaciones más antiguas. Posteriormente sufrió profundas remodelaciones. Originariamente fue una pequeña alquería de fácil defensa, a la que se dotó de una pequeña fortificación amurallada para la protección de los aldeanos y el control de la entrada a los valles de los ríos Bedmar y Jandulilla, así como para la vigilancia de la Loma de Úbeda y del valle del alto Guadalquivir. También en el cerro de la Atalaya se levantó otro refugio fortificado para afrontar tiempos de peligro en la alquería. 

A finales del siglo IX, durante el emirato de Abd Allah, el muladí Jayr ben Sakir, se sublevó contra Granada y Jaén, alcanzando significativas victorias. Para resistir el contraataque del emir, acabó uniéndose a Ibn Haff que inesperadamente se alió con el emir, traicionándolo, mandando su cabeza a Córdoba en 890. A esta rebelión sucedió otra revuelta muladí, esta vez capitaneada por Ibn Saliya, que mantuvo la inestabilidad en la zona hasta que también fue aplastada. 

Una vez pacificado Jódar en el siglo X, se especializó en la producción y exportación de aceite, experimentó un importante crecimiento demográfico y se convirtió en uno de los Iqlims de la Cora de Yayyan, lo que propició el levantamiento de fuertes murallas de tapial de argamasa y la construcción de una alcazaba para residencia del gobernador con sólidas defensas y lujos palaciegos. En 1231, Fernando III tomó Sawdar como paso previo a la conquista de Úbeda y lo cedió a Sancho Martínez de la Torre, quien a partir de entonces se llamaría Sancho Martínez de Xódar, con el encargo de que asegurara el control del paso del Jandulilla, así de esta época data la llamada Torre Vieja o Sur. 

Alfonso XI, en 1272, le concedió el Fuero de Lorca. A la muerte de don Sancho, y como consecuencia de enlaces matrimoniales, sus dominios pasaron a propiedad de los Méndez de Sotomayor, señores de El Carpio y de Bedmar. De la mano de la familia cordobesa de los Méndez de Sotomayor el castillo es reconstruido en 1328 con la construcción de la Torre Nueva o Norte, y las murallas de la entonces villa de Jódar. 

La familia Sotomayor en 1371, vendieron el castillo de Jódar a don Ruy López Dávalos, condestable de Castilla. Don Ruy López Dávalos al enfrentarse con don Álvaro de Luna, fue acusado de traición, por lo que el rey Juan II le retiró sus títulos y dignidades y sitió y tomó Jódar para confiscar sus bienes que fueron entregados a los Stúñiga. Éstos pronto los vendieron a don Pedro de Girón, maestre del Maestrazgo de Calatrava de Martos, uno de los cabecillas en el levantamiento de la nobleza contra el rey Enrique IV, por lo que Jódar fue castigado al resultar el rey vencedor en la guerra civil. 

En la actualidad sólo se conservan del castillo las dos torres, que han perdido los típicos merlones de remate y parte del muro perimetral. El castillo de Jódar se asienta sobre un podio rocoso rectangular. Sobre el escarpe de este roquedo se elevan los muros del recinto y en el espacio libre interior dos torres del homenaje, próximas a los extremos del rectángulo, que dominan los puntos más débiles y el patio de armas. Se trata de una alcazaba musulmana, ejecutada en fábrica mixta de mampostería y sillares situados en las cadenas de los vértices, reutilizada por los señores castellanos con importantes reformas y transformaciones de época gótica, especialmente en las dos torres del homenaje que conserva en su interior. 

La torre norte, llamada también Torre Vieja, es casi cuadrada con unas dimensiones de 15,30 x 12,60 metros. Presumiblemente, la entrada se situaría por el lado sur, a la altura del primer piso, no teniendo la planta baja conexión con el resto. En la fachada norte dispone de dos series de saeteras, más largas en la planta segunda que en la primera y parcialmente cegadas. 

La torre sur o Torre Nueva, también es aproximadamente cuadrada con unas dimensiones de 13,50 x 12,40 metros, dista 41 metros de la torre norte y dominaba la doble puerta entrada al castillo. La entrada estaría en la fachada norte y consta de aljibe y muro central. Sus saeteras son similares a las de la torre norte y las cubiertas interiores son bóvedas vaídas del siglo XVI, conservando restos de estuco mudéjar. 

Las dos torres del homenaje constituyen un recinto interno desde cuyos adarves se domina el pie del recinto exterior constituido por la muralla. De este modo el castillo articula la clásica doble línea defensiva de recinto y alcazarejo con la peculiaridad de que el alcazarejo, constituido por dos construcciones independientes, dotadas cada una de ellas de su propia reserva de agua, permitía prolongar la resistencia en dos bastiones separados que además pueden prestarse mutua ayuda en caso de ataque. 

El recinto exterior de la antigua alcazaba está construido en tapial con técnica de tabiya, que aún se conservan partes del cerramiento este y algo del norte.

Galería:

(Fotos de Aurora Hiruz)













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