El Castillo de Fontán está situado en el cabo que protege la costa norte de la la bahía de Sada, población de la provincia de la Coruña (Galicia). Fue edificado, al igual que el de Corbeiroa en el siglo XVIII como batería de costa defensiva.
Entre
1674 y 1762 se instalaron fábricas textiles de varios tipos, todas
ellas promovidas por los flamencos Baltasar de Roo y Adrián Kiel,
que llegaron a Galicia exiliados de su país natal. En 1674 fundarían
la fábrica de lona y jarcias que habría de ser la más duradera.
Comenzaron empleando mayoritariamente a personal especializado de
origen flamenco, pero pronto incorporarían a buena parte de la
población sadense, hasta el punto de abandonarse en gran medida las
tradicionales labores pesqueras. La mayor parte de la población de
la villa trabajaban en la industria, aunque los cargos de
responsabilidad los seguían ocupando los flamencos. La fábrica
surtía de telas y cordeles a la Armada Real, por lo que recibió
numerosos privilegios del rey Carlos II.
También,
a finales del siglo XVII, el gremio de mareantes disponía de 31
barcos de pesca y cuatro rapetóns (especie de traínas de pequeñas
dimensiones). Había siete lagares al servicio de la salazón de la
sardina, en manos de otras tantas compañías de negociantes
catalanes, que permitían despachar el valioso recurso
industrializado a la costa mediterránea y a otros mercados
españoles. Como consecuencia de la llegada de los industriales
catalanes, la industria florece y mejora la técnica de salazón,
creándose industrias pesqueras que se instalan desde Sada a
Fontán.
Al
objeto de garantizar la seguridad de todas estas industrias se
construyen los castillos de Fontán y Corbeiroa que, con
posterioridad, pasaría a formar parte del emblema o escudo de la
Villa. Se sabe el papel significativo que tuvo la villa durante la
Guerra de la Independencia, durante la cual recobraron sus funciones
defensivas los castillos de Fontán y Corbeiroa y en la que,
supuestamente, el regidor de la Jurisdicción de Miraflores, a la que
pertenecía Sada, Manuel Colmelo Freire de Andrade, protagonizó una
gran gesta, tal como nos refiere Manuel Lugrís Freire. El 1 de junio
de 1809 llegaron a la villa un oficial francés y veinte soldados a
caballo, solicitando a Manuel Colmelo que les proporcionara una
lancha para cruzar la ría. Colmelo lo hizo así, pero de camino
retiró una tabla de la embarcación, hundiéndola. Esta acción
sería decisiva, según Lugrís, para la inmediata victoria sobre los
franceses en la batalla de Ponte Sampaio.
Fuente: Wikipedia
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