El Castillo de Cabezo de Torres está situado en la pedanía de este nombre, dentro de su casco urbano, a unos 3 km. de Murcia, capital de la Región de Murcia. Se encuentra rodeado de casas y sobre uno de los tres cerros que circundan la localidad.
No se conocen restos que permitan pensar en una ocupación anterior a la construcción de esta fortificación, que más parece una torre defensiva. Tampoco hay indicios que nos permitan deducir una ocupación o utilización por parte cristiana más allá del siglo XV, aunque todos estos datos son provisionales teniendo en cuenta que la presión urbanística de la zona ha impedido una mejor investigación del suelo.
Se encuentra dentro de una zona de construcciones y fortificaciones defensivas más amplia, en la que destacan otras importantes edificaciones de época islámica, tal y como son el Castillo de Monteagudo, el Castillo de El Castillejo y el Castillo de Larache, lo que demuestra que ésta fue una zona de importancia considerable dentro de la Murcia islámica, sobre todo a partir del reinado de Ibn Mardanís, "el Rey Lobo".
Se trata de una construcción de planta cuadrada de unos 30 m. de lado. A pesar de su pésimo estado de conservación, aún puede observarse parte de su zócalo, construido en tapial de cal y canto, es decir, lo que comparándolo con los materiales actuales, se podría considerar a una especie de hormigón aplicado en cajones.
En sus cuatro
ángulos irían situadas cuatro torres interiores de las que aún
queda también un pequeño alzado. Además contaría con cuatro
crujías laterales que vendrían a conformar un patio central, centro
de la vida de la vivienda.
La construcción
tendría una función de residencia fortificada al igual que sucede
en Larache o en el Castillejo. A corroborar esta tesis ayuda la
escasa elevación con la que cuenta el cerro que le hace tener un
escaso valor estratégico y el hallazgo de un estanque en sus
inmediaciones, remodelado en época moderna, que parece ser coetáneo
a esta residencia.
No son pocos los
problemas con los que han contado los investigadores a la hora de
datar el edificio ya que la escasez de materiales junto con su estado
de conservación lo hacía casi imposible. A partir del análisis de
la técnica constructiva, el tapial, y los paralelos con otras
construcciones cercanas se dató sin reserva alguna en época
islámica, quizás en la segunda mitad del siglo XII.
Fuentes: castillos.net
regmurcia.com
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