sábado, 25 de enero de 2020

Torres de Serranos (Valencia, Valencia)


Las Torres de Serranos se encuentran situadas en el casco urbano de la ciudad de Valencia, capital provincial de la Comunidad Valenciana. 

Su antigüedad resulta difícilmente datable, pudiéndose fechar incluso su origen, en una pasarela romana. En las cercanías de las torres se han encontrado restos de sillares romanos que pertenecían a un antiguo puente que cruzaba el río Turia. 

El nombre de Serranos, le viene dado, tanto al puente como a las torres, por su situación geográfica, ya que esta puerta situada en la fachada norte de la ciudad, recogía la llegada de todos aquellos viajeros procedentes de la zona de la Serranía, comúnmente denominados "los serranos". El puente unía y une la ciudad con uno de los barrios más antiguos, el situado en torno a la calle Sagunto, siendo por todo ello que estas puertas llegaron a recoger hasta el 95% del acceso a la ciudad. 

Esta puerta se ha considerado siempre como el acceso principal a la ciudad mientras esta permaneció amurallada. Las Torres de Serranos son por tanto uno de los monumentos más importantes, y aunque la ciudad amurallada contaba con diversas puertas guardadas por torres, ésta, junto a las Torres del Quart son las únicas que subsisten en la actualidad, y que nos recuerdan el carácter amurallado de la ciudad de Valencia en época medieval. Es por tanto un emblema de la identidad urbana de Valencia desde que la Fábrica de Muros y Valladares (Fábrica de Murs e Valls), decidieron la construcción de una grandiosa puerta que fuera orgullo del poder económico y social que gozaba la ciudad. 

Las Torres de Serranos fueron el símbolo del poder de la ciudad de Valencia. No solo por la grandiosidad de su arquitectura y por su elaborada ornamentación, pues iba mucho más allá de una arquitectura utilitaria de mero carácter defensivo. Esta puerta formaba parte fundamental del programa de renovación urbana de la ciudad de Valencia, después de las revueltas de la Unión y la guerra con Castilla, que supuso la construcción de la nueva muralla cristiana en sustitución de la anterior musulmana. 

En el siglo XV las Torres de Serranos serán la puerta principal de entrada a la ciudad, situándose en ella un lugar de cobro de peaje para las mercancías que entraban y salían de la ciudad. Este tipo de peaje era uno de los impuestos propios de la Baja Edad Media, siendo una de las formas de fiscalidad municipal. La Puerta de Serranos con sus dos esbeltas torres, representaba en aquellos tiempos el poderío y la importancia de la ciudad de Valencia, "cap y casal del Reino". Su construcción tuvo lugar entre abril de 1392 en que comenzaron los preparativos de la obra y el 19 de marzo de 1398, día en que se dieron por finalizadas. La construcción fue encargo de los "jurats" (jurados) de Valencia. La construcción fue encargo de los "jurats" (jurados) de Valencia, siendo el arquitecto Pere Balaguer. 

Con una altura de 33 metros, su planta la forman dos torreones en forma poligonal y simétricos, rematados por almenas. Dispone de tres alturas con salas abovedados en cada una de las torres que se encuentran unidas por un cuerpo central formado por dos alturas y terraza. Las torres acaban pues en amplias terrazas almenadas. Todas las salas se cubren con bóvedas de crucería cuyos nervios apoyan en ménsulas decoradas con labor escultórica. A título de curiosidad podemos indicar que de las dos torres, la llamada Torre de Levante fue la primera en ser levantada. Exteriormente la separación entre el piso bajo y el primer piso se realiza a través de una imposta corrida con florones vegetales que rodea todo el perímetro del edificio, mientras que la separación entre este y el segundo lo realiza una barbacana almenada que protege tanto las torres como el cuerpo central. Partes de esta imposta y sus florones fueron restaurados en época reciente. 

La puerta de acceso a la ciudad se encuentra en el cuerpo central que une ambas torres. Se trata de un arco de medio punto ligeramente apuntado que aloja la puerta de madera en la que caben destacar las cerraduras de hierro con el escudo de la ciudad. 

Las torres están desprovistas de defensas por su parte posterior, que es lo que se llama de gola abierta. Esto obedece a tres motivos: el primero para el caso de que las torres fueran tomadas por el enemigo, que estos no pudieran hacerse fuertes en las mismas; otro motivo era para que los militares que las defendían no pudieran hacerlas servir contra la ciudad y el tercer motivo era que tal disposición hacia de balcón y mirador hacia el interior de la ciudad dando realce a las entradas de personajes importantes, principalmente reyes y reinas. 

Entre 1397 y 1398 se construyó la gran escalinata adosada a la fachada posterior que da acceso a la planta noble (primer piso), donde jurados y caballeros recibían a las visitas ilustres de la ciudad. Esta finaliza en una puerta formada por un arco de medio punto encuadrada por una moldura a modo de alfiz con decoración vegetal. Este acceso es en la actualidad la entrada turística al monumento y es una recreación neogótica moderna. La fábrica está realizada con bloques de sillería muy cuidada, para lo que se utilizó piedras de canteras cercanas como Alginet y Rocafort e incluso de Benidorm. Toda la parte recayente hacia el exterior de la ciudad tiene un remate de almenas y barbacana. El trozo decorativo por encima de la portada fue destruida y tuvo que ser repuesta a finales del siglo XIX en las obras de restauración que se efectuaron. 

En el paño central del cuerpo de unión de ambas torres encontramos el portal de entrada a la ciudad formado por un gran arco de medio punto ligeramente apuntado. Por encima del portal de entrada vemos diversos escudos , entre los que destaca uno con las armas del antiguo Reino de Valencia, así como algunos de la propia ciudad de Valencia. Este conjunto de escudos son réplicas modernas, ya que los originales, que se habían perdido, fueron realizados en 1394 y se encontraban policromados, siendo el pintor Marçal de Sax el autor de la policromía. 

El portal de entrada está formado por dos espacios: el primero de ellos dispone de dos acanaladuras en los laterales por donde se hacia bajar un rastrillo que impedía el acceso al enemigo, y además esta sección se encontraba protegida por una abertura en la parte superior a la altura del primer piso desde donde el enemigo podía ser acosado con toda clase de objetos contundentes o líquidos hirvientes. La segunda sección se cerraba por una puerta de madera reforzada con gruesos clavos que representaba un segundo obstáculo para el enemigo caso de haber superado el primero. 

La parte recayente al interior de la ciudad, muestra la misma estructura dividida en tres con la zona central más sobresaliente y las dos torres a los lados. El cuerpo central está formado por dos niveles más azotea, mientras que las torres se abren al interior de la ciudad a través de tres niveles que acaban en dos grandes terrazas. Las salas del nivel inferior de las torres se encuentran cerradas mientras que las dos restantes se abren al exterior. 

El primer piso lo forman tres grandes salas abovedadas abiertas al interior de la ciudad por tres grandes arcos apuntados apoyados en ménsulas con decoración vegetal. Estas salas forman un excelente mirador sobre la ciudad. Estos espacios quedan convertidos en tribuna para poder contemplar las entradas solemnes y otros festejos ciudadanos, hecho absolutamente desconocido en puertas con exclusiva función militar y defensiva, lo que le confiere un carácter que nos recuerda el del arco triunfal, monumental y simbólica entrada a la ciudad. El segundo piso sigue la misma disposición que el inferior, solo que en este caso la sala central está descubierta, al aire libre. Al igual que en el piso inferior las salas de las torres se abren al exterior por grandes arcos apuntados. 

Las salas ubicadas en el primer piso de las torres tienen una función defensiva, así en los muros podemos ver una serie de huecos que permiten divisar el exterior a través de saeteras y eventualmente disparar desde ellas. Las salas se cubren con bóvedas de crucería apoyadas en ménsulas decoradas. En las claves de bóveda encontramos el escudo con los colores de la ciudad pintados con policromía negra. En la decoración de las estancias interiores trabajaron insignes artistas de la época como los pintores Pere Nicolau y Marçal de Sax. Estos se encargaron de dorar y colocar las claves y los escudos que rematan las bóvedas. En algunas partes de la sillería y mampostería se pueden localizar algunos signos lapidarios que utilizaban los canteros para facilitar el recuento de los bloques que se iban utilizando en la construcción. 

Las Torres de Serranos albergarían desde fines del siglo XVI y hasta el siglo XIX una de las cárceles de la ciudad, lo que motivó el cerramiento de las salas hacia el interior de la ciudad, su subdivisión interior y otras obras de acondicionamiento para este fin, como sucesivos enrejados, que alteraron sustancialmente el conjunto, aunque también sirvieron en parte para conservar las torres cuando a partir de 1865 comenzó el derribo de la muralla de Valencia. 

Para la adecuación de las torres a su nueva función carcelaria, hubieron de acometerse obras de reforma y adaptación, estas fueron llevadas a cabo por el maestro Agustín Roca y consistieron fundamentalmente en tapiar las salas recayentes al interior de la ciudad y abrir ventanales allí donde nunca habían existido, llegando incluso al extremo de horadar la tracería gótica de la decoración de la fachada principal. 

Las salas recibieron nuevas denominaciones, así en la torre izquierda, la planta baja era la Sala de La Cañeta, la intermedia se dedicaba a Capilla bajo la advocación de San José y la sala superior recibía el nombre de El Peñón. En la torre derecha, sus nombres eran El Cubo, Los calabozos o Comuna y la sala superior de San Vicente. Las salas del cuerpo intermedio que unen ambas torres estaban utilizadas por los presos mas jóvenes, por lo que recibían el nombre de Los Chicos. El triste aspecto que ofrecían las magnificas torres convertidas en cárceles, las insalubres condiciones en que se hallaban los reclusos, movieron repetidamente la protesta de las gentes, con el deseo de liberar el histórico edificio de su cruel destino, trasladando a los reclusos a un local de mejores condiciones. 

La demolición de muros, escalerillas de servicio y otras paredes y barandas, fue seguida de la restauración, previo informe de la Real Academia de Bellas Artes de San Carlos. Se reestableció el foso en 1893, cegado desde 1871; se repuso el antepecho murado de la barbacana en 1896, con la previa consolidación de ménsulas y bovedillas; se arrancaron las rejas de hierro que estropeaban los muros de las torres; se restituyeron las escaleras primitivas de piedra que unían los distintos pisos y la arquería que adornaba el cuerpo central. 

En julio de 1889 una de las torres de la muralla, la conocida como la Torre del Águila, que todavía quedaba en pie junto a las Torres de Serranos, y había sido habilitada como asilo nocturno de mendicidad, fue definitivamente demolida las Torres de Serranos quedaron completamente exentas de cualquier resto murario de la ciudad. Las Torres de Serranos recogen ante todo, el espíritu de gobierno de la ciudad. Realizadas en estilo gótico, su construcción buscaba desde sus inicios arrebatar el control de las murallas de la ciudad a los elementos nobiliarios que controlaban determinados trozos de dichas murallas, siendo esta unas de las causas que llevará al Consell de la ciudad - controlado por el patriciado urbano- a encargar la realización de dicha obra. 

Fuentes: Wikipedia
               Castillos de la Comunidad Valenciana

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