Las Torres de Serranos se encuentran situadas en el casco urbano de la ciudad de Valencia, capital provincial de la Comunidad Valenciana.
Su
antigüedad resulta difícilmente datable, pudiéndose fechar incluso
su origen, en una pasarela romana. En las cercanías de las torres se
han encontrado restos de sillares romanos que pertenecían a un
antiguo puente que cruzaba el río Turia.
El
nombre de Serranos, le viene dado, tanto al puente como a las torres,
por su situación geográfica, ya que esta puerta situada en la
fachada norte de la ciudad, recogía la llegada de todos aquellos
viajeros procedentes de la zona de la Serranía, comúnmente
denominados "los serranos". El puente unía y une la ciudad
con uno de los barrios más antiguos, el situado en torno a la calle
Sagunto, siendo por todo ello que estas puertas llegaron a recoger
hasta el 95% del acceso a la ciudad.
Esta
puerta se ha considerado siempre como el acceso principal a la ciudad
mientras esta permaneció amurallada. Las Torres de Serranos son por
tanto uno de los monumentos más importantes, y aunque la ciudad
amurallada contaba con diversas puertas guardadas por torres, ésta,
junto a las Torres del Quart son las únicas que subsisten en la
actualidad, y que nos recuerdan el carácter amurallado de la ciudad
de Valencia en época medieval. Es por tanto un emblema de la
identidad urbana de Valencia desde que la Fábrica de Muros y
Valladares (Fábrica de Murs e Valls), decidieron la construcción de
una grandiosa puerta que fuera orgullo del poder económico y social
que gozaba la ciudad.
Las
Torres de Serranos fueron el símbolo del poder de la ciudad de
Valencia. No solo por la grandiosidad de su arquitectura y por su
elaborada ornamentación, pues iba mucho más allá de una
arquitectura utilitaria de mero carácter defensivo. Esta puerta
formaba parte fundamental del programa de renovación urbana de la
ciudad de Valencia, después de las revueltas de la Unión y la
guerra con Castilla, que supuso la construcción de la nueva muralla
cristiana en sustitución de la anterior musulmana.
En
el siglo XV las Torres de Serranos serán la puerta principal de
entrada a la ciudad, situándose en ella un lugar de cobro de peaje
para las mercancías que entraban y salían de la ciudad. Este tipo
de peaje era uno de los impuestos propios de la Baja Edad Media,
siendo una de las formas de fiscalidad municipal. La Puerta de
Serranos con sus dos esbeltas torres, representaba en aquellos
tiempos el poderío y la importancia de la ciudad de Valencia, "cap
y casal del Reino". Su construcción tuvo lugar entre abril de
1392 en que comenzaron los preparativos de la obra y el 19 de marzo
de 1398, día en que se dieron por finalizadas. La construcción fue
encargo de los "jurats" (jurados) de Valencia.
La
construcción fue encargo de los "jurats" (jurados) de
Valencia, siendo el arquitecto Pere Balaguer.
Con
una altura de 33 metros, su planta la forman dos torreones en forma
poligonal y simétricos, rematados por almenas. Dispone de tres
alturas con salas abovedados en cada una de las torres que se
encuentran unidas por un cuerpo central formado por dos alturas y
terraza. Las torres acaban pues en amplias terrazas almenadas. Todas
las salas se cubren con bóvedas de crucería cuyos nervios apoyan en
ménsulas decoradas con labor escultórica. A título de curiosidad
podemos indicar que de las dos torres, la llamada Torre de Levante
fue la primera en ser levantada. Exteriormente la separación entre
el piso bajo y el primer piso se realiza a través de una imposta
corrida con florones vegetales que rodea todo el perímetro del
edificio, mientras que la separación entre este y el segundo lo
realiza una barbacana almenada que protege tanto las torres como el
cuerpo central. Partes de esta imposta y sus florones fueron
restaurados en época reciente.
La
puerta de acceso a la ciudad se encuentra en el cuerpo central que
une ambas torres. Se trata de un arco de medio punto ligeramente
apuntado que aloja la puerta de madera en la que caben destacar las
cerraduras de hierro con el escudo de la ciudad.
Las torres
están desprovistas de defensas por su parte posterior, que es lo que
se llama de gola abierta. Esto obedece a tres motivos: el primero
para el caso de que las torres fueran tomadas por el enemigo, que
estos no pudieran hacerse fuertes en las mismas; otro motivo era para
que los militares que las defendían no pudieran hacerlas servir
contra la ciudad y el tercer motivo era que tal disposición hacia de
balcón y mirador hacia el interior de la ciudad dando realce a las
entradas de personajes importantes, principalmente reyes y
reinas.
Entre 1397 y 1398 se construyó la gran escalinata
adosada a la fachada posterior que da acceso a la planta noble
(primer piso), donde jurados y caballeros recibían a las visitas
ilustres de la ciudad. Esta finaliza en una puerta formada por un
arco de medio punto encuadrada por una moldura a modo de alfiz con
decoración vegetal. Este acceso es en la actualidad la entrada
turística al monumento y es una recreación neogótica moderna. La
fábrica está realizada con bloques de sillería muy cuidada, para
lo que se utilizó piedras de canteras cercanas como Alginet y
Rocafort e incluso de Benidorm. Toda la parte recayente hacia el
exterior de la ciudad tiene un remate de almenas y barbacana. El
trozo decorativo por encima de la portada fue destruida y tuvo que
ser repuesta a finales del siglo XIX en las obras de restauración
que se efectuaron.
En el paño central del cuerpo de unión de
ambas torres encontramos el portal de entrada a la ciudad formado por
un gran arco de medio punto ligeramente apuntado. Por encima del
portal de entrada vemos diversos escudos , entre los que destaca uno
con las armas del antiguo Reino de Valencia, así como algunos de la
propia ciudad de Valencia. Este conjunto de escudos son réplicas
modernas, ya que los originales, que se habían perdido, fueron
realizados en 1394 y se encontraban policromados, siendo el pintor
Marçal de Sax el autor de la policromía.
El
portal de entrada está formado por dos espacios: el primero de ellos
dispone de dos acanaladuras en los laterales por donde se hacia bajar
un rastrillo que impedía el acceso al enemigo, y además esta
sección se encontraba protegida por una abertura en la parte
superior a la altura del primer piso desde donde el enemigo podía
ser acosado con toda clase de objetos contundentes o líquidos
hirvientes. La segunda sección se cerraba por una puerta de madera
reforzada con gruesos clavos que representaba un segundo obstáculo
para el enemigo caso de haber superado el primero.
La
parte recayente al interior de la ciudad, muestra la misma estructura
dividida en tres con la zona central más sobresaliente y las dos
torres a los lados. El cuerpo central está formado por dos niveles
más azotea, mientras que las torres se abren al interior de la
ciudad a través de tres niveles que acaban en dos grandes terrazas.
Las salas del nivel inferior de las torres se encuentran cerradas
mientras que las dos restantes se abren al exterior.
El
primer piso lo forman tres grandes salas abovedadas abiertas al
interior de la ciudad por tres grandes arcos apuntados apoyados en
ménsulas con decoración vegetal. Estas salas forman un excelente
mirador sobre la ciudad. Estos espacios quedan convertidos en tribuna
para poder contemplar las entradas solemnes y otros festejos
ciudadanos, hecho absolutamente desconocido en puertas con exclusiva
función militar y defensiva, lo que le confiere un carácter que nos
recuerda el del arco triunfal, monumental y simbólica entrada a la
ciudad. El segundo piso sigue la misma disposición que el inferior,
solo que en este caso la sala central está descubierta, al aire
libre. Al igual que en el piso inferior las salas de las torres se
abren al exterior por grandes arcos apuntados.
Las
salas ubicadas en el primer piso de las torres tienen una función
defensiva, así en los muros podemos ver una serie de huecos que
permiten divisar el exterior a través de saeteras y eventualmente
disparar desde ellas. Las salas se cubren con bóvedas de crucería
apoyadas en ménsulas decoradas. En las claves de bóveda encontramos
el escudo con los colores de la ciudad pintados con policromía
negra. En la decoración de las estancias interiores trabajaron
insignes artistas de la época como los pintores Pere Nicolau y
Marçal de Sax. Estos se encargaron de dorar y colocar las claves y
los escudos que rematan las bóvedas. En algunas partes de la
sillería y mampostería se pueden localizar algunos signos
lapidarios que utilizaban los canteros para facilitar el recuento de
los bloques que se iban utilizando en la construcción.
Las
Torres de Serranos albergarían desde fines del siglo XVI y hasta el
siglo XIX una de las cárceles de la ciudad, lo que motivó el
cerramiento de las salas hacia el interior de la ciudad, su
subdivisión interior y otras obras de acondicionamiento para este
fin, como sucesivos enrejados, que alteraron sustancialmente el
conjunto, aunque también sirvieron en parte para conservar las
torres cuando a partir de 1865 comenzó el derribo de la muralla de
Valencia.
Para
la adecuación de las torres a su nueva función carcelaria, hubieron
de acometerse obras de reforma y adaptación, estas fueron llevadas a
cabo por el maestro Agustín Roca y consistieron fundamentalmente en
tapiar las salas recayentes al interior de la ciudad y abrir
ventanales allí donde nunca habían existido, llegando incluso al
extremo de horadar la tracería gótica de la decoración de la
fachada principal.
Las salas recibieron nuevas denominaciones,
así en la torre izquierda, la planta baja era la Sala de La Cañeta,
la intermedia se dedicaba a Capilla bajo la advocación de San José
y la sala superior recibía el nombre de El Peñón. En la torre
derecha, sus nombres eran El Cubo, Los calabozos o Comuna y la sala
superior de San Vicente. Las salas del cuerpo intermedio que unen
ambas torres estaban utilizadas por los presos mas jóvenes, por lo
que recibían el nombre de Los Chicos. El triste aspecto que ofrecían
las magnificas torres convertidas en cárceles, las insalubres
condiciones en que se hallaban los reclusos, movieron repetidamente
la protesta de las gentes, con el deseo de liberar el histórico
edificio de su cruel destino, trasladando a los reclusos a un local
de mejores condiciones.
La
demolición de muros, escalerillas de servicio y otras paredes y
barandas, fue seguida de la restauración, previo informe de la Real
Academia de Bellas Artes de San Carlos. Se reestableció el foso en
1893, cegado desde 1871; se repuso el antepecho murado de la
barbacana en 1896, con la previa consolidación de ménsulas y
bovedillas; se arrancaron las rejas de hierro que estropeaban los
muros de las torres; se restituyeron las escaleras primitivas de
piedra que unían los distintos pisos y la arquería que adornaba el
cuerpo central.
En
julio de 1889 una de las torres de la muralla, la conocida como la
Torre del Águila, que todavía quedaba en pie junto a las Torres de
Serranos, y había sido habilitada como asilo nocturno de mendicidad,
fue definitivamente demolida las Torres de Serranos quedaron
completamente exentas de cualquier resto murario de la ciudad. Las
Torres de Serranos recogen ante todo, el espíritu de gobierno de la
ciudad. Realizadas en estilo gótico, su construcción buscaba desde
sus inicios arrebatar el control de las murallas de la ciudad a los
elementos nobiliarios que controlaban determinados trozos de dichas
murallas, siendo esta unas de las causas que llevará al Consell de
la ciudad - controlado por el patriciado urbano- a encargar la
realización de dicha obra.
Fuentes: Wikipedia
Castillos de la Comunidad Valenciana
Galería:
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