El Castillo de Ribarroja de Turia se encuentra situado en el núcleo urbano de la población homónima en la provincia de Valencia (Comunidad Valenciana).
En
tiempos de la ocupación romana el territorio de Ribarroja ya era
usado intensamente para la agricultura, de forma que el promontorio
sobre la confluencia del barranco de los Moros y el río Turia
ofrecía la posibilidad de controlar un extenso terreno cultivado,
situado entre las dos ciudades más importantes en aquel momento en
el bajo valle del Turia, Edeta y Valentia. Es por este motivo que ya
en esa época se desarrolló un pequeño enclave amurallado en la
villa.
Los visigodos continuaron la explotación agrícola de la zona, como puede verse en el Pla de Nadal, pero estas explotaciones desaparecerían en el siglo VIII con la llegada de los árabes. Tras ésta, desapareció la aristocracia visigoda y las explotaciones agrícolas pasaron a ser pequeñas alquerías musulmanas. Al tiempo, el antiguo asentamiento militar romano fur transformado en un poblamiento rural que, merced a su singular emplazamiento, dominaba la amplia zona agrícola junto al río Turia.
La enorme inestabilidad política de este periodo hizo necesario el mantenimiento de sus defensas. Para ello se reedificaron y ampliaron las antiguas murallas romanas y se construyó en un extremo del recinto, aprovechando los cimientos romanos, el castillo, así como la construcción de una pequeña mezquita y de un cementerio extramuros, todo ello para que el representante de las autoridades musulmanas se encargara del cobro de los impuestos.
Tras la rendición de Ribarroja al rey Jaime I el Conquistador en el año 1238, ésta pasó a formar parte del señorío territorial de su hijo Pedro Fernández de Azagra, quien inmediatamente designó a sus representantes, agentes militares y fiscales que quedaron al frente de la explotación de sus tierras, manteniendo el orden y racaudando impuestos. Como la población creció poco, el recinto urbano pudo mantenerse en torno a la actual Calle de la Cisterna, con la mezquita en un extremo y el antiguo castillo, que pasaba a ser residencia del representante del señor, en el otro.
Tras la Guerra de la Unión en el año 1348 entre los unionistas valencianos y los realistas, el nuevo señor de la villa Ramón de Riusech y Moraida, decidió la ampliación y consolidación del recinto amurallado, aumentando su capacidad defensiva. Durante los siglos XIV y XV comienza a consolidarse la nueva trama urbana con la construcción de viviendas en las inmediaciones del viejo núcleo, dando lugar a calles como Cisterna, Reloj Viejo y Horno Viejo, permaneciendo la mezquita en su ubicación original y eliminándose un lienzo de la muralla, con lo que volcaba su fachada a la Plaza Nueva así conseguida. Como la población era morisca, la expulsión de este grupo ordenada por Felipe III en el año 1609 produjo un enorme decaimiento demográfico y económico, con lo que su castillo perdió relevancia, si bien siguió siendo sede de la baronía de Ribarroja hasta su supresión a principios del siglo XIX.
En cuanto al castillo, se
trata de una construcción de gran volumen formada por la
yuxtaposición de diferentes edificaciones. Ello le confiere una gran
complejidad de planta. Está realizada en mampostería y fábrica de
ladrillo y tapial. Se compone de dos cuerpos diferenciados, principal
y caballerizas, conectados por un patio interior.
El
cuerpo principal posee cuatro alturas con diversas estancias y
departamentos. Se accede por la planta baja y por la primera planta
desde el patio, en este último caso ascendiendo por el terreno
natural o desde la calle Benedito por un acceso secundario. La parte
inferior no se encuentra comunicada con el resto de las plantas.
Las
caballerizas son un edificio longitudinal, independiente del
principal y que se encuentra al otro lado del patio. Tiene dos
plantas, conectadas por una escalera situada en el centro. Forma
medianera con el edificio vecino por lo que su cubierta es a una sola
agua recayente al patio. A diferencia del otro cuerpo, no está
dividido en numerosas estancias, pues sólo separa cada planta en dos
zonas. Se trata de un edificio sencillo de construcción muy
posterior al cuerpo principal.
Destacan las ventanas geminadas de estilo gótico tardío y algún arco interior carpanel de tres centros. Los sucesivos acondicionamientos del edificio han reformado la imagen de palacio al haber sido utilizado como almacén durante los años previos a su adquisición por el Ayuntamiento y su posterior rehabilitación y puesta en valor del mismo.
Fuentes: Wikipedia
Castillos de la Comunidad Valenciana
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