El Castillo de Arinzano, también llamado Torre de Arinzano, se encuentra situado en la localidad del mismo nombre perteneciente al municipio de Aberín, en la Comunidad Foral de Navarra.
El
edificio exento muestra planta rectangular alargada, muros de
mampostería, cuatro alturas con concentración de saeteras en la
tercera de ellas, y tejado a pie plano. El acceso se practica
mediante un arco apuntado de nueve dovelas a nivel del suelo. En la
terraza se puede ver un adarve almenado con pináculos piramidales, y
en dos de sus esquinas un par de esculturas que rematan los ángulos.
Su
posición ventajosa, cerca de la iglesia, pero no tan próxima como
para que pudiera ser aprovechada como "padrastro" en un
ataque contra la propia torre, es una disposición mil veces repetida
en lugares de implantación señorial, como vemos en Góngora, Oriz,
Ayanz, Equísoain o Arce, y, por supuesto, que se corresponde con la
ubicación de una residencia nobiliaria.
Por
otro lado, es bien sabido que el uso residencial e incluso la función
defensiva de una torre era bien compatible con la existencia de
palomares, que constituían un importante recurso económico, a la
par que una fuente de proteínas nada desdeñable en la Edad Media.
La
torre pertenece a un modelo de edificio defensivo muy extendido en
una amplia zona de la Navarra media occidental, con epicentro en
Etxauri, en cuyo casco urbano encontramos cuatro torres similares.
Otras del mismo modelo son las de Elío, Artázcoz, Ibero, Munárriz,
Aizpún o Arteta, con las que comparte planta, morfología cerrada y
tratamiento de muros y vanos.
En
cuanto a la datación, de finales del siglo XIV, se encuentra lejos de los edificios propios
del XVI, donde precisamente una de las características más
destacadas es la de la apertura de amplios vanos, como correspondía
a un nuevo concepto de la habitabilidad y del confort, derivado
además de las nuevas condiciones de seguridad, tras el fin del ciclo
banderizo y la subsiguiente conquista de Navarra.
Se considera, en
suma, que se trata de un modelo de torre perteneciente a una
generación anterior a las de Yárnoz, Liberri o Ayanz, que se
plantearon con plantas cuadradas pero con mayor desarrollo en
superficie, y dotadas de adarve amatacanado, surgidas hacia el cambio
de siglo.
Fuente: castillos.net
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