El Castillo de Peralta, también llamado "La Atalaya", se encuentra situado sobre una pequeña loma que domina la localidad de Peralta en la Comunidad Foral de Navarra.
Las
primeras referencias documentales de esta fortificación datan del
siglo X. El castillo fue mandado derribar por orden del Cardenal
Cisneros en 1516. Según las crónicas, en el verano del año 924 un
fuerte ejército musulmán vino a Navarra al mando del propio emir de
Córdoba, Abd al-Rahman III, para infligir un severo castigo por las
incursiones de reconquista que el rey de Pamplona, Sancho I Garcés,
había llevado a cabo en el año 923 con ayuda del rey de León,
Ordoño II, en los territorios riojanos de Nájera y Viguera. Los
relatos de los cronistas musulmanes nos dicen que:
"De
ahí pasó al lugar llamado Peralta (Bitra Alta, PetraAlta,
PetraLata), en cuyos alrededores se encontraban castillos fuertemente
situados; los cristianos los evacuaron, pero dejando en la llanura
todos sus bienes y víveres, que no tuvieron tiempo de llevarse.
Algunos de ellos se refugiaron con sus mujeres e hijos en tres cuevas
situadas al extremo de una cortadura dominando el valle; pero
nuestros soldados no cesaron en sus ataques, y bien elevándose hasta
allí, bien bajando hacia ellos, acabaron, gracias a Dios, por
dominarlos; mataron a los hombres, redujeron a los niños a la
esclavitud y se apoderaron de lo que dejaron los vencidos,
encontrando allí el primer botín con que Dios les gratificó en el
curso de esta campaña. Los castillos de esta región fueron
destruidos y no se dejó una piedra en pié".
La
atalaya debió de tener un carácter defensivo cerca de la frontera
de los Banu Qasi (que debió de situarse entre Milagro y Funes por
donde actualmente baja la cañada al río Arga-Aragón) y en poder
cristiano se convirtió en una importante tenencia en la vigilancia
de la cercana frontera de la Taifa de Zaragoza hasta el derrumbe de
ésta en 1118-1119, tras la conquista por el rey de Aragón y de
Navarra, Alfonso I el Batallador (1073-1104-1134). Hoy se encuenrra
casi desaparecido y tan sólo quedan algunos vestigios.
Fuentes: castillos.net
Eduardo Argote (Fotos)
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