miércoles, 27 de mayo de 2020

Murallas Medievales de Pamplona (Navarra)


Las Murallas Medievales de Pamplona se encuentran discurriendo cada uno de los tres "burgos" que hoy, en conjunto, constituyen el núcleo del casco histórico de la ciudad de Pamplona, capital provincial y foral de Navarra. 

La Pamplona medieval estaba formada por tres núcleos urbanos diferenciados, independientes jurídica y socialmente. Cada uno contaba con sus propias autoridades, ordenanzas y murallas, y con su propia iglesia-fortaleza o castillo, último recurso defensivo donde protegerse en caso de ataque de alguno de los otros dos burgos. Esos tres barrios o burgos eran la ciudad de la Navarrería, el burgo de San Cernín (San Saturnino) y la población de San Nicolás. 

La Ciudad de la Navarrería era el mayor y más antiguo de los tres núcleos, ocupando la mitad este de la superficie total del conjunto. Constituía la primitiva Iruña, un asentamiento vascón romanizado conde se alojaban los pobladores autóctonos navarros, y contaba con un barrio judío. Su iglesia románica, la de Santa María la Real, fue levantada en el siglo XII sobre un templo anterior de la Pompaelo romana, en el punto más alto del cerro sobre el que se asentó Iruña, y sería la posterior catedral de Pamplona, donde se coronarían todos los Reyes de Navarra. En el tramo suroeste de la muralla de la ciudad había además un castillo, del actualmente no queda nada, y que corresponde su posición a la de la actual plaza del Castillo. 

El Burgo de San Cernín (San Saturnino en castellano), de forma de hexágono irregular, ocupaba el sector noroeste, correspondiéndose con las actuales calle Joaquín Jarauta y calle Mayor. Nació con el Camino de Santiago y en él se estableció un influyente grupo de francos burgueses, comerciantes y con privilegios. Su iglesia fortificada, localizada en el ángulo sureste del burgo. 

La Población de San Nicolás, con forma rectangular, ocupaba el sector suroeste. Nació también con el Camino de Santiago y es el espíritu de sus habitantes, de diferente procedencia y condición social, el que impulsará la creación de la futura Pamplona. Su iglesia fortificada se localiza en el centro del flanco sur de la muralla de la población. 

La convivencia de estos tres barrios o burgos se mantiene entre continuos conflictos durante los siglos XIII y XIV, frenando el desarrollo de una ciudad única. Cuando en 1328 sube al trono de Navarra la casa de Evreux comienza a partir de entonces una época de consolidación política y de desarrollo de todo tipo. En 1423 Carlos III el Noble, mediante la promulgación del Privilegio de la Unión, un tratado con los habitantes de los burgos, decreta la unión de los tres núcleos pamploneses como un único municipio bajo un mismo dueño y señor, el rey. 

Unificados los tres núcleos primitivos, los recintos amurallados de la Navarrería, el Burgo de San Cernín y la Población de San Nicolás quedan absorbidos por la fortificación exterior de la ciudad que se lleva a cabo. El Ayuntamiento se levanta en el punto central de la franja que dividía y separaba los tres burgos, convertida ya en una única plaza fuerte, cuyos cuatro frentes se dotan de torreones y en cuyos lienzos se abren puertas. 

Testimonio del nuevo periodo de paz y desarrollo es el conjunto arquitectónico de la catedral. Pero a medida que avanza el siglo XV, la crisis política sacude toda Navarra sumiéndola en un caos social. Esta situación de extrema debilidad es aprovechada por Castilla para invadir Navarra y poner sitio a la capital, y en 1512 Pamplona se rinde. 

Tras la conquista castellana, la capital del Reino de Navarra adquiere un gran valor estratégico por lo que a lo largo de los siglos posteriores se suceden continuas tareas destinadas a convertir Pamplona en una plaza fortificada inexpugnable. Ya en 1513, aprovechando piedras del castillo de la Navarrería (el Castillo Viejo), comienza a construirse sobre el Monasterio de Santiago, en el centro del ahora flanco sur de la ciudad (la zona menos protegida), un nuevo castillo: el Castillo de Santiago o de Fernando el Católico. (De este castillo tampoco queda nada en la actualidad; en su posición se encuentra actualmente la Diputación Foral de Navarra). 

Lo que quedaba de las viejas murallas que separaban los barrios desaparece y Pamplona queda dentro de un único recinto amurallado. Los ingenieros castellanos reconstruyen parte de los lienzos exteriores de la antigua muralla medieval en la Magdalena, el Redín y la Rochapea, suprimiendo algunas torres y levantando en los ángulos bastiones de poca elevación acorde a las técnicas defensivas de la época. 

Lo único que queda claramente perteneciente a los antiguos burgos son sus iglesias (la de Sta. María la Real de la Navarrería, ahora catedral de Pamplona, la iglesia-fortaleza de San Cernín y la iglesia-fortaleza de San Nicolás) y el Castillo Viejo que, en desuso, se habilita como cárcel y posteriormente, en 1540, termina por demolerse, dejando un espacio libre que dio paso a la actual plaza del Castillo. 

En 1542 el emperador Carlos V visita la ciudad y ordena ampliar y completar las defensas de Pamplona; comienza una febril etapa de fortificación: se construyen portales, lienzos, defensas, etc. En 1543, por cédula real, las zonas próximas a las murallas quedan exentas de construcciones. 

Sin embargo, con el advenimiento de la artillería las antiguas ciudades fortaleza se convierten en vulnerables; el reforzado recinto fortificado de Pamplona, incluido el pequeño y “nuevo” Castillo de Santiago, pocos años después de su construcción ha quedado anticuado para los avances militares de la época. Era necesario entonces, además de profesionalizar el ejército, disponer fortalezas alejadas de las ciudades y establecer como defensa de las ciudades baluartes a distintas alturas en los que instalar artillería más potente, en lugar de pequeños bastiones con poca elevación, y organizar los lienzos de los muros de forma que presentaran entrantes y salientes para batir de forma cruzada al enemigo. 

Dado que Pamplona es ahora una plaza militar muy importante para las guerras de España con Francia, se hace necesaria una gran fortaleza: en 1571 y por encargo de Felipe II se inicia la construcción de una gran fortificación, La Ciudadela, que sustituirá al Castillo de Fernando el Católico. 

En 1600 la fisiognomía de la ciudad ha cambiado notablemente respecto a la de apenas unas décadas antes: la construcción de la Ciudadela ha obligado a ampliar el recinto amurallado con la construcción de nuevos lienzos desde la nueva fortaleza hasta los ángulos noroeste y sureste de la antigua muralla, se han levantado nuevos baluartes y abierto nuevos portales. Lo que era el frente oeste y buena parte del frente sur del recinto medieval (reforzados entre 1542 y 1571) y el Castillo de Santiago (construido entre 1513 y 1520), tras quedar superados espacial y defensivamente por el nuevo trazado, terminan por desaparecer. 

Del trazado de las murallas medievales de Pamplona sólo pueden verse hoy día tres fragmentos, dos de ellos pertenecientes a la muralla medieval de la Ciudad de la Navarrería y un tercero al recinto amurallado del Burgo de San Cernín. 

El primer fragmento es un tramo del frente este de la muralla medieval de la Ciudad de la Navarrería, en la ronda del Obispo Barbazán, que forma parte hoy día de la pared trasera de la catedral. Se trata de una pared recta de sillares antiguos en la que se abren numerosas saeteras, que cuenta además con dos torreones defensivos. La torre más grande e importante forma parte actualmente de la parte trasera de la capilla Barbazana de la catedral. La torre más pequeña es de forma cuadrangular y cuenta con saeteras. 

Se desconoce cuándo pudo haber ser construído este lienzo, ya que Pamplona tuvo murallas desde la época de los romanos, pero quizá pueda tratarse de las murallas que destruyó Carlomagno en el siglo VIII, pues así lo hace pensar la presencia en este muro de un fragmento que fue destruído y vuelto a reconstruir al modo de opus spicatum (espina de pez), modo constructivo que se empleaba en aquella época. La Capilla Barbazana fue construída en el siglo XIV dentro de la catedral, esta torre de estilo gótico fue construida sobre una torre que ya existía anteriormente y que pertenecía a la antigua muralla medieval de Pamplona. 

El segundo fragmento es un lienzo de unos 12 metros con restos de un torreón, correspondientes al frente oeste de la muralla medieval de la Ciudad de la Navarrería, descubiertos en 2002 durante la construcción de un aparcamiento subterráneo en la plaza del Castillo, consolidados y conservados in situ. 

El tercer fragmento es una parte del frente este del recinto amurallado del Burgo de San Cernín, un conjunto formado por la torre de Johan Caritat, que protegía la zona de Portalapea, y una galería de arcos ojivales. Este tramo fue recuperado en 2010 y puede verse en la conocida como Escalerilla de San Cernín, que baja desde la calle de San Saturnino hacia la calle de Santo Domingo, frente a la iglesia de San Cernin, al lado del recorrido del Encierro, cerca del Ayuntamiento, cerca del palacio del Condestable y en pleno trayecto del Camino de Santiago. 

El fragmento de la ronda del Obispo Barbazán se encuentra en buen estado de conservación, el estado del tramo de la plaza del Castillo es de ruina consolidada, y el tramo de la Escalerilla de San Cernín ha sido consolidado y se conserva también en buen estado. Otros restos fueron catalogados sin interes, algunos de ellos se encuentran enterrados en los jardines del Soto de Lezcairu, un barrio de nueva construcción. 

Fuentes: castillos.net
                Eduardo Argote (Fotos)

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