Las Murallas de Laguardia se encuentran situadas en el casco histórica de la población del mismo nombre en la provincia de Álava (País Vasco).
Laguardia
está situada al sur del territorio histórico de Álava y ocupa un
lugar privilegiado dentro de Rioja Alavesa. Su ubicación en el
centro de esta comarca responde al talante guerrero de su fundador y
la misión defensiva que los reyes de Navarra encargaron a la villa,
denominándola inicialmente con el nombre de “La Guarda de
Navarra”.
Cuenta
la tradición que el rey navarro Sancho Abarca levantó a comienzos
del siglo X en el lugar un castillo para guardar y defender el sur
del Reino de Navarra. Sancho VI, el Sabio, otorgó en 1164 a
Laguardia el fuero y elevó la población al rango de villa, lo que
atrajo a comerciantes, artesanos y labradores que se concentraron en
el cerro al amparo del castillo militar. Sancho VII, el Fuerte,
fortificó en el siglo XIII la villa con una gran muralla que, a
pesar de los daños sufridos durante las guerras de la Independencia
y Carlistas en el siglo XIX, se conserva todavía perfectamente
restaurada.
A
lo largo de toda la Edad Media y como consecuencia de las luchas
entre castellanos y navarros, Laguardia cambió repetidamente de
dueño hasta que en el año 1461 pasó definitivamente a poder de
Castilla. Fue en 1486 cuando Laguardia y sus aldeas se incorporaron a
la provincia de Álava y sus Hermandades.
Laguardia
conserva su trazado medieval, compuesto por tres calles principales,
estrechas y alargadas que se unen entre sí por plazas y callejas, y
todo el conjunto queda ceñido por la “vieja” muralla que aún
mantiene varios torreones y las cinco puertas de acceso al pueblo.
Sobre este urbanismo medieval se han ido construyendo en diferentes
épocas y estilos las casas del municipio.
Su
casco histórico se halla cercado por un cinturón amurallado,
rehecho en gran parte, pero que aún guarda en algunos tramos un
fuerte sabor medieval. El aparejo es desigual. Presenta sillar y
sillarejo combinado con otros materiales. El lienzo de muralla se
mantiene sobre todo en la zona este, donde presenta dos alturas y un
cuerpo superior que remata en un matacán corrido a veces dotado de
almenas.
En
esta parte la muralla ha pasado a formar parte integrante de las
viviendas. En los costados norte, sur y oeste el cerco tiene una
altura menor o es inapreciable al haber sido sustituido por una
alineación de casas. El encintado cuenta con ocho cubos o
torreones, casi todos de planta rectangular, y dos torres
fortificadas: la torre abacial junto a la iglesia de Santa María y
el campanario de San Juan.
Esta
última, en su parte inferior, es una bella puerta gótica de
entrada a la villa con arco apuntado. Además de la nombrada,
existen otras cuatro entradas: Carnicerías (o del Carmen), Santa
Engracia, Páganos y Mercadal. La puerta de las carnicerías se
abrió en una etapa posterior a las demás, data del siglo XV o XVI.
Excepto la puerta de San Juan, que mantiene su aspecto medieval, el
resto han sido modificadas: son arcos escarzanos, algunos con escudo
de la villa en la parte superior y remate escalonado, que al
interior presentan la hornacina del santo patrón. Aparte de los
cubos, conserva algunos elementos defensivos: abundan las saeteras,
el adarve en el lienzo este y un matacán. En la muralla al suroeste
destaca una ventana geminada trilobulada cegada, junto a un cubón.
Fuente: Wikipedia
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