Las Murallas de Estella se encuentran situadas en la población del mismo nombre en la Comunidad Foral de Navarra.
La
localidad fue en sus orígenes un pequeño poblado campesino llamado
Lizarra (fresno) que dependía del Rey de Navarra. A finales del
siglo XI se constituyó el Camino de Santiago Real, conformándose la
nueva ciudad de Estella-Lizarra, que facilitaba alojamiento a los
peregrinos para pernoctar en su viaje a Santiago.
En el año 1090 el rey
Sancho Ramírez otorgó a la ciudad el Fuero de Estella, copia del
fuero de Jaca, facilitando el asentamiento de comerciantes francos
(con el privilegio de no tener que pagar impuestos). El auge
económico de la ciudad animó la actividad constructora,
levantándose varias iglesias a lo largo del siglo XII.
En los
siglos XII y XIII el embrión de la actual Estella-Lizarra era la
iglesia fortificada de San Pedro de la Rúa, pero en la otra orilla
se fueron levantando nuevos edificios: tiendas, casas de cambio,
hospederías, hospitales, etc., que darían lugar a dos nuevos
barrios amurallados en torno a las iglesias de San Juan y de San
Miguel.
Estos
tres barrios amurallados estaban comunicados entre sí mediante
portales que conectaban directamente a través de sendos puentes.
Aunque los tres barrios eran administrados por un único Alcalde y
Regimiento, cada uno de ellos mantuvo sus límites territoriales y
privilegios históricos hasta el pasado siglo.
La fortificación de Estella estaba formada por tres recintos amurallados principales, defendidos por los castillos de Zalatambor, Belmecher y La Atalaya. Pueden verse bastantes tramos de murallas, y también algunas de sus puertas, como la Puerta de San Nicolás, llamada también Puerta de Castilla, y los restos de la Puerta de Santa María.
Fuentes: castillos.net
garcilanga (Fotos)
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