La Torre de Foncea, también llamada Torre de la Mocha, se encuentra situada en las cercanías de la población de Foncea, en la Comunidad de La Rioja.
La
torre data entre los siglos XIV-XV, es de planta rectangular,
construida en piedra de sillería irregular, labrada a picón, mejor
trabajada en los esquinazos. El alzado actual es de unos 9 m. de
altura pero el original debió ser casi el doble o más, por lo que
el número de pisos sería de cuatro, sobre madera, al igual que la
torre gemela de Santurde. Una hilera de mechinales todavía puede
verse sobre la puerta de ingreso a la planta baja.
El
acceso original estaba orientado al sureste, a la altura del segundo
piso. Es una amplia puerta en arco apuntado al exterior y rebajado al
interior que todavía conserva los huecos para gorroneras y trancas.
Parece ser que en el siglo XVIII se abrió una puerta de medio punto
en el muro occidental. Los únicos vanos que posee esta torre son
estrechas aspilleras, derramadas al interior, que se abren en la
primera planta, una en cada uno de los muros excepto en el sureste que
tiene dos; y en la tercera planta, una al noreste y otra al sureste.
No
quedan vestigios de defensas exteriores aunque fue donada por Enrique
II a Pedro González de Mendoza en 1366, y después Madrazo,
comentaron la existencia de un foso, no creyendo el segundo como
decía el primero que fuese una atalaya romana. Madoz, sin embargo,
mantiene la opinión de Govantes y comenta su utilización como
cementerio a mediados del siglo XIX, donación que confirmaba en 1379
Juan I, por ello, a finales del siglo XV, sus armas se labraron en
las claves de las bóvedas de la iglesia parroquial de San Miguel.
Probablemente la fortaleza fuera labrada por ellos.
Se
trata de un prototipo de torre señorial, bajomedieval,
característico en estas tierras, construida entre los siglos XIV y
XV. A partir de entonces sólo se la menciona en la documentación
del XV cuando el lugar seguía siendo de los Mendoza, probables
artífices de la construcción de la torre.
En
la actualidad ha sido objeto de acondicionamiento así como de una
protección de las cabezas de sus muros, evitando la entrada de agua
directa por su parte superior. También el suelo interior está
acondicionado para evitar los remansos de agua. Su uso actual como
cementerio hace que el acceso al interior sea restringido.
Fuentes: Castillos del Olvido
Ayuntamiento de Foncea (La Rioja)
Galería:
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