El Castillo de Nájera, llamado asimismo Castillo de la Mota, es una fortificación militar que se encuentra situado en el término municipal de la población del mismo nombre en la Comunidad de La Rioja.
Se
alza sobre el Cerro de la Mota, del que toma el nombre, que protege a la ciudad por su flanco
meridional. Desde esta prominencia del terreno de escarpadas laderas
que facilitan la defensa, se divisa todo el valle bajo del río Najerilla. Está cercano al Alcázar de Nájera.
Esta importante fortaleza medieval es hoy una triste reliquia de la
que apenas queda huella. Fue el principal bastión de Al-Andalus
durante el siglo IX y comienzos del X, frente a la amenaza de
asturianos y pamploneses que acabaron conquistándola en el año 925,
en una acción combinada de Orduño II y Sancho Garcés I.
La
caída en manos cristianas no menoscabó la importancia de Nájera
porque sus nuevos dueños, los reyes pamploneses, la convertirán en
la segunda capital del reino, prefiriéndola algunos de ellos a
Pamplona, como Sancho III y su hijo García, cuando en 1076 La Rioja
fue incorporada al reino de Castilla por Alfonso VI.
Nájera,
aunque perdió el rango de corte, continuó siendo plaza importante y
residencia eventual de reyes e infantes. Parece, en general,
funcionar como cabeza de un amplio territorio, en el que reside el
tenente superior, que gobierna desde Calahorra a Grañón. Es el caso
de don García Ordóñez, casado con Dª. Urraca, hermana del difunto
rey Sancho, y también el caso de los condes de época de Alfonso
VII, de ciertos miembros de la familia López de Haro y del sistema
utilizado a partir del siglo XIII. Como capital del reino se comportó
al alzar como rey a García Ramírez.
En
los siglos XI, XII y XIII hay una extensa relación de señores de
Nájera que firman como testigos en numerosos documentos de la época.
En el texto del fuero concedido por Sancho III el Mayor y confirmado
por los reyes castellanos, se hace mención de la exención del
tributo de castellería a los habitantes de la ciudad, pero no así a
los vecinos de Tricio, Arenzana, Huércanos y demás villas
pertenecientes al alfoz de Nájera.
En
1176 Alfonso VIII de Castilla ponía en fieldad de Sancho VI de
Navarra, en prenda de sumisión al fallo de Enrique II de Inglaterra,
árbitro de sus diferencias, los castillos de cristianos y judíos de
Nájera. La separación amurallada entre los núcleos cristiano y
judío de Nájera se cita ya en 1052. En las cuestiones por la
sucesión de Enrique I, Nájera fue tomada a don Alfonso Núñez de
Lara por don Lope Díaz de Haro, partidario de Fernando III. En 1296
Juan Alfonso de Haro recupera el castillo de los judíos, ocupado por
tropas navarras y partidarios de don Juan Núñez de Lara. Fernando
IV concedería a Nájera el castillo de los judíos para reparos del
puente y les agradecería la defensa del castillo de cristianos en
1299 y 1505.
En
el siglo XIV el castillo de Nájera volvió a ser testigo mudo y
protagonista de las contiendas entre Pedro I el Cruel y su
hermanastro Enrique II de Trastamara. En 1560 Diego Pérez Sarmentó
entregó al conde don Enrique y sus hermanos los castillos de Nájera,
y estos mataron a los judíos que libraron en estas tierras dos
sangrientas batallas en las que triunfó Pedro, acogiéndose don
Enrique al castillo de los judíos de Nájera.
Por
una carta del obispo de Burgos, don Pascual de Fuensalida, a Fernando
el Católico, sabemos que dicho duque estaba dispuesto a entregar la
fortaleza al duque de Alba de Tomes, don Fadrique de Toledo II, para
que las poseyera en nombre de los reyes.
Enrique
Cook, viajero del siglo XVI, habla del castillo de la Mota o
fortaleza del duque y dice que tenía alguna artillería. Dos siglos
después, Jovellanos en su descripción de Nájera menciona el
antiguo castillo y sus derruidos torreones.
En la cima del cerro se conservan algunos trozos de muro en sillería pertenecientes a un recinto rectangular que tiene en su interior una cámara abovedada que podría ser el aljibe cubierto de la fortificación. Del ángulo sureste de este recinto parte un largo muro que termina en una torre cilñindrica.
Por
último, quedan huellas de una barrera exterior en los flancos E. y
S., mientras en el flanco W. sólo se conserva el arranque. En la
vertiente septentrional, la más vulnerable, había un profundo foso
que todavía hoy es perceptible.
Fuentes: Wikipedia
lariojaturismo.org
castillos.net
Galería:
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