Las Murallas de Santo Domingo de la Calzada se encuentran situadas en el casco antiguo de la ciudad del mismo nombre en la Comunidad de La Rioja.
La
villa surgió al lado de lo que en inicialmente era un camino.
Primero fue el Barrio Viejo, luego se le añadió el Barrio Nuevo,
como prolongación del anterior. Este esbozo inicial, al que estaban
unidos el arrabal de La Puebla y el de Margubete, dio lugar a lo que
desde el principio fue un pequeño burgo o burguete y
a medida que crecía más burguete, nombre que
actualmente se conserva en el Barrio de Margubete.
Desde
sus primeros tiempos (siglo XIII, 1264), el burgo de Santo Domingo
(nombre del fundador), contó con una rudimentaria defensa, que
amparaba y protegía su situación de paso y frontera dentro de los
reinos cristianos, y protegía al peregrino en camino a Santiago de
Compostela.
Por aquellos tiempos la villa estaba situada en
los territorios objeto de litigio entre los monarcas castellanos y
navarros, pero fue Pedro I (llamado el Cruel por unos, y el
Justiciero por otros), fortificó todo su perímetro con unas
murallas dignas de una ciudad que debía proteger el legado
imborrable de aquel Santo fundador, con un permanente cinturón
amurallado en piedra de sillería. El levantamiento de la actual
muralla data de 1367, finalizando sus obras en 1369 en un prodigio de
rapidez para aquellos tiempos.
Como toda obra defensiva de
este tipo, el resultado es el trabajo de varios siglos, remontándose
la parte más antigua al gótico del siglo XIV. La muralla que
rodeaba la ciudad tenía una longitud de 1.670 metros y un grosor
medio de 2 metros. Disponía de 38 elegantes torreones de 12 metros
de altura, y contaba con un foso provisto de agua alimentado por
distintas canalizaciones. La estructura del muro se divide en dos
partes de sillar que emparedan un hueco relleno a base de
mampostería, tipología constructiva militar propia de la época.
En
sus muros se abrían siete puertas, dos de ellas al norte (Calle del
Cristo/A Margubete y Ayuntamiento/Carretera de Haro/Paseo de la
Carrera), otras dos al este (Calle Mayor/Camino de Santiago y Calle
Pinar), dos más al oeste (Calle Mayor/Camino de Santiago y Calle
Pinar/San Francisco/Puente sobre el Río Oja) y una al sur (arrabal
de La Puebla/Bolas/Espolón).
En varias zonas de la ciudad
pueden verse lienzos de la muralla, de mayor o menor longitud y
altura. Destaca el lienzo situado en Avenida de Burgos, con unos 120
metros de longitud y cinco torreones con vanos asaetados y ojivales.
Otros tramos destacables, aunque de de menor tamaño, son el que se
encuentra frente a la plaza de San Francisco y el situado al final de
la avenida de la Calahorra. Se conservan también varios torreones
del siglo XIII, uno en la Calle San Roque, otro en la Avenida de
Burgos y otro en la Calle Sor María de Leiva, este último con foso.
La
muralla, que rodeaba la ciudad en todo su contorno, tenía
originalmente una longitud de 1670 metros, y un grosor medio de 2
metros. Disponía de 38 elegantes torreones de 12 metros de altura, 7
puertas de entrada a la ciudad y contaba con un foso provisto de agua
alimentado por distintas canalizaciones.
Las
murallas tenían como relleno, una argamasa de cal y canto. El estado
de conservación de la muralla varía sensiblemente según la zona.
Algunas partes han sido consolidadas, otras absorbidas con mayor o
menor fortuna por edificios posteriores, mientras que otras necesitan
urgentes intervenciones restauradoras.
Fuentes: castillos.net
lariojaturismo.org
Wikipedia
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