El Castillo de Casasola se encuentra situado a las afueras de la localidad de Chinchón, en la Comunidad de Madrid.
La
planta del castillo es aproximadamente triangular, con dos torreones
circulares en los vértices de su fachada principal. Ocupa un espolón
yesoso, por sus lados norte y sur lo circundan dos torrenteras de
precipitado caudal, que aumenta considerablemente sus defensas y cuyo
único lado accesible es un puente, que une un profundo y amplio
foso, cortado a pico delante de su frente principal, única entrada
que protege la Torre del Homenaje.
Pero
lo más importante de esta casi arruinada fortaleza, es el gran pozo
excavado en plena roca arcillosa, cuya boca inicial se abre en la
parte más baja de la Plaza de Armas, y cuya salida imposible de
precisar, por estar cegada en parte, supone una salida al valle,
posiblemente a través de las muchas hendiduras de tajo o precipicio.
Se
ingresa por un puente de piedra que atraviesa el foso formado por dos
arcos, cuyos cimientos son parte de la misma roca. Es este foso
medieval el mejor conservado de los existentes en la provincia. La
puerta se halla situada junto a la torre derecha y protegida a su vez
por la Torre del Homenaje. Esta construida de sillarejo del mismo
material del terreno, es decir, yeso.
Si
se llega la patio, donde sus propietarios construyeron dos
dependencias modernas para poder habitarlo, ya que su estado es
francamente ruinoso y donde lo más destacado es un pozo excavado en
la roca, que puede considerarse una obra gigante por estar labrado en
la roca, aumentando su interés, por tener una rampa labrada que
desciende en torno al pozo en forma de caracol, a la que se cree que
sería una salida a la base del peñasco. En las paredes de la
derecha, existen varios socavones a modo de hornacinas o alacenas,
que debieron de servir para guardar determinados utensilios. Se puede
bajar hasta trece tramos de esta rampa, estando el resto cegado.
Podría tener varias funciones; toma de agua, bodega y salida.
La
Torre del Homenaje es de planta cuadrada con sus esquinas
redondeadas. Se pueden apreciar dos pisos. A la altura del primero se
ven dos arranques de una bóveda de piedra. Desde esta torre, un
pasadizo conduce al interior de la torre derecha, desde la que se
domina el foso. En el muro noreste quedan dos saeteras y restos de un
torreón. Al estar desmochado, no presenta ningún tipo de almenaje.
Desde
el castillo se divisa un amplio territorio del valle del Tajuña, así
como otros emplazamientos de otros castillos, como Valderradela y
Heza. Perteneció Casasola al sexmo de Valdemoro, que era parte de la
comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia, hasta el siglo XV, en que
Don Juan de Contreras llamado el viejo adquiere estas propiedades y
edifica el castillo, hijodalgo segoviano, con el intento de crear un
dominio señorial, dándose cuenta del gran valor estratégico y no
conformándose solo con el cobro pacifico de su nueva posesión, ya
que tuvo varios pleitos con el Concejo de Chinchón sobre derechos de
aprovechamiento de leña y pastos. Después paso a propiedad de
los Arias Dávila, Condes de Puñoenrostro en 1583, concediéndoles
en 1684 el titulo de Marqueses de Casasola.
No
figura Casasola en las Relaciones Topográficas de Felipe II
realizadas en el siglo XVI. En el Famoso Diccionario de Madoz,
VII-336, lo sitúa dentro de Chinchón otro castillo o fortaleza
titulado Casasola que da título al marquesado del mismo nombre.
Federico Carlos Sainz de Robles, nos proporciona el dato en su libro
Crónica y Guía de la Provincia de Madrid referente a que sirvió de
alojamiento secreto a los políticos y militares de Madrid que
trataron de la proclamación de Alfonso XII de Borbón.
Este
castillo roquero, obra datada en el siglo XV, como hemos visto, es un
claro ejemplo de propiedad feudal que se levanta como símbolo de
posesión de señorío y unas tierras a las que defiende y no contra
el tradicional enemigo musulmán del sur. De ahí la cuestión de
pleito con los habitantes de Chinchón, que tenían también su
castillo. Casasola no ha participado en ningún hecho bélico
importante, por ser un castillo tardío, castillo-residencia, aunque
bien fortificada, pero no castillo real donde puede alojarse parte de
un ejército, como lo fuera el de Fuentidueña de Tajo. Hoy, en
propiedad particular.
Fuente: Castillos del Olvido
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