lunes, 2 de marzo de 2020

Atalaya de Venturada (Madrid)


La Atalaya de Venturada se halla situada en el término municipal de la localidad homónima de la Comunidad de Madrid. 

El conjunto de atalayas de la Sierra de Madrid forma parte de un sistema defensivo y organizador de un territorio determinado que conocemos por las fuentes como Marca media del Al-Andalus y que durante el emirato y califato cordobés se va a constituir como frontera entre árabes y cristianos. 

El grupo de atalayas de la Sierra Norte se agrupa sobre los pasos naturales entre Somosierra y Guadarrama controlando el acceso a Torrelaguna, Talamanca del Jarama y el Alto Valle del Manzanares en torno al paso de los Puertos de Navacerrada, Fuenfría y Alto de León, es decir, controlan los tres pasos del Sistema Central: la calzada romana de Talamanca del Jarama, la calzada del Puerto de Fuenfría – que aún hoy une Cercedilla y Segovia – y el paso a través de Somosierra, que según algunos autores, pudo ser utilizado por Tariq en el proceso de conquista del año 711. Existe una línea más al Sur formada por un grupo del que existen dos restos: la atalaya de Torrelodones y la de Hoyo de Manzanares. La segunda línea se sitúa algo más al Norte formando el grupo que mejor se ha conservado. 

Es una torre de planta circular, cuyos muros al exterior forman un perfil ligeramente escalonado en tres cuerpos. Su altura total se acerca a 9 metros; cabe destacar que, en todo el perímetro de la base hay un pequeño escalón a modo de zócalo. Es de mampostería concertada a base de alinear piedras irregulares extraídas en el entorno inmediato. El relleno de los muros está hecho a base de piedras y argamasa mezcladas. Es un sistema rápido y sencillo de edificar, que permite nivelar y mantener la verticalidad de la estructura sin muchas dificultades, aunque, para ello, se tengan que hacer algunas concesiones como la del excesivo grosor de los muros y la escasez de vanos. 

La elección de una estructura cilíndrica contribuye a simplificar la aplicación de esta técnica, así como disminuye las tensiones estructurales y mejora las cualidades defensivas de la zona. En la parte inferior la edificación aprovecha la roca original que aflora formando un promontorio natural, y que llega hasta el nivel de acceso de la torre. El grosor del muro es de 1.34 m., tiene 9,20 m. de altura y 5,7 m de diámetro. Se entraba a ella por una escalera de mano que se usaba también para subir a los dos pisos superiores. Llaman la atención dos estrechos túneles hechos en su interior, visibles desde el hueco de entrada y con salida al exterior. Probablemente sean resultado de la desaparición de antiguos travesaños de madera con sentido constructivo. 

Su base está formada por un zócalo relleno de cantos y tierra que no supera los tres metros de altura. Sobre él se eleva mediante un ligero retranqueo del muro la parte hueca de la estructura. Contenía tres estancias superpuestas. Las dos más altas tendrían un suelo de tablazón de madera sostenido por gruesas vigas transversales. De una planta a otra se pasaría por un hueco abierto en el suelo y en el que apoyaría una escalera de mano, posiblemente la misma utilizada para acceder a la atalaya desde el exterior. El acceso era cerrado por una puerta de madera de dos hojas.

Fuente: Castillos del Olvido

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