El Castillo de Zamora es una edificación militar que está situada en la ciudad de Zamora, capital provincial de la Comunidad de Castilla-León.
El origen del propio edificio plantea el primer problema. Según las crónicas fue mandado construir por el rey Alfonso II de Asturias, aunque los estudios realizados por diferentes historiadores afirman que probablemente estaría realizado por Fernando I de León. Por tanto el edificio dataría de mediados del siglo XI. En cualquier caso, de esta época quedan muy pocos restos.
La ciudad de Zamora constituía un pilar básico para los reinos cristianos en el proceso de la Reconquista. De hecho, la toma de la ciudad a los árabes es descrita en sus crónicas como un terrible varapalo. Es por ello que históricamente ha tenido importancia desde su edificación hasta siglos posteriores.
Bajo el reinado de Felipe V se le hicieron profundas reformas destinadas a adaptarlo a las nuevas técnicas de guerra, pues empezaba a usarse la potente artillería. Actualmente se conserva el perímetro del castillo rodeado de un profundo foso que se encuentra casi íntegro. Los muros de mayor importancia, el Patio de Armas y la Torre del Homenaje también han llegado en muy buenas condiciones hasta nuestros días.
Después de cuatro años de obras, en el año 2009 concluyeron los trabajos de recuperación, consolidación y puesta en valor de las estructuras defensivas y el castillo pudo abrirse al público para su visita, con una imagen totalmente renovada tanto de la fortaleza como de los jardines colindantes. Integrado en el recinto defensivo, y formando parte del conjunto y estructura, se ha instalado un espacio expositivo dedicado a la obra del escultor zamorano Baltasar Lobo.
El
castillo tiene una planta con forma de rombo. En ella destacan tres
torres (dos con cinco puntas y una con siete). Todo el edificio está
flanqueado por un foso de gran profundidad, que a su vez le da
seguridad el gran grosor de los muros —más de dos metros de
medio—. Para acceder a él hay un puente que antaño era levadizo y
que va a parar a una puerta con un arco apuntado.
Tal y como se ha apuntado anteriormente , de la base original apenas casi quedan vestigios. Además, tras las reformas acometidas buena parte de la estructura fue modificada, con la inclusión de un terraplén y algunos elementos más que lo adaptaban al contexto de la época.
Según
la descripción de declaración B.I.C. la fortificación está
formada por tres recintos:
El interior de planta romboidal con
siete torreones pentagonales y la torre del homenaje en el lienzo
este. El recinto exterior envuelve al primero con un trazado
irregular, formando parte de las murallas urbanas en sus lados oeste
y norte. En el lado occidental se abre la Puerta
de Santa Columba del
siglo XII. Un tercero al exterior del foso constituido por un
revellín.
Se
han identificado 600 marcas de cantero de 142 tipos distintos
situadas en el recinto medio y 155 marcas de 60 tipos diferentes en
el recinto exterior. Se trata de una de las obras más importantes
dentro del recinto amurallado de la propia ciudad, así como del
contexto castellano y leonés en general. Está ubicado sobre una
elevación natural que le daría más poderío defensivo si cabe.
Anexa
al castillo se encuentra una zona conocida como "Parque del
Castillo", formada por unos jardines y un mirador. Estas darían
cuenta de las reformas llevadas a cabo entre los siglos XVI y XVIII,
por lo que con un simple vistazo se puede observar una curiosa
conjugación entre propuestas arquitectónicas separadas en el tiempo
por varios siglos.
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