El lugar en que se encuentra el Castillo del Collado es denominado también "monte del Castillo" por los lugareños, y se sitúa en el término municipal de la localidad de Camargo en la Comunidad de Cantabria.
El
castillo puede encuadrarse cronológicamente en la Alta Edad Media
(siglos VIII al XII d. C.). Los dos análisis del carbono 14
realizados, enmarca el yacimiento entre los años 760 y 1020 de
nuestra era. La primera datación de las realizadas es de la base de
la estratigrafía y la segunda de la parte superior, por lo que estas
dos fechas podrían relacionarse con la fundación y abandono del
castillo. Su estratégica ubicación de la cima del monte del Collado
hace que el lugar posea un gran dominio sobre el paso natural entre
la Bahía de Santander y valle del Pas, y sobre buena parte del valle
de Camargo.
Sus
características constructivas no difieren en gran medida de otros
castillos altomedievales de la región. Se trata de un edificio de
unos 40 m. de largo por unos 25 de anchura, lo que da una extensión
de casi 1000 metros cuadrados de superficie. Posee una muralla de
planta rectangular, el alzado se realiza en mampostería. En el
extremo sureste se encuentra la torre, de planta cuadrangular, con
una base maciza de grandes bloques de caliza y alzado probablemente
en sillería de arenisca. Interiormente, el castillo conserva los
vestigios de las habitaciones, tal y como se pudo determinar en
algunas de las áreas de las excavaciones de los años 80.
Los
materiales más abundantes en este yacimiento son las cerámicas:
Ollas lisas, estriadas y pintadas, y también las jarras de boca
trilobulada. Respecto al ajuar metálico, los elementos más
característicos, y frecuente, son las puntas de saeta con enmangue
en tubo, como cabría esperar en un emplazamiento de tipo militar.
Los materiales recuperados en las excavaciones realizadas son muy
abundantes. De hecho, es el yacimiento medieval más rico de la
región, especialmente en cerámicas y restos de fauna, destacando
entre los materiales, un importante lote de armas (fundamentalmente
puntas de dardo), una estatuilla de terracota y un aplique o bocado
de bronce, chapado en oro. Además, ofreció restos de antropología,
morteros, etc., por lo que hoy en día sigue siendo uno de los
yacimientos medievales mejor conocidos de la Comunidad.
El
hecho de que la estructura del castillo se presente completa,
incluido sus derrumbes de muralla, lo convierten en uno de los mejor
conservados del conjunto de castillos alto-medievales conocidos en la
región. El yacimiento conserva un potente registro arqueológico,
ofreciendo unas buenas posibilidades de estudio de la arquitectura
militar medieval en nuestra comunidad autónoma, lo que hace de este
enclave un punto de elevado interés científico.
En
la actualidad, y tras las labores de rehabilitación realizadas entre
los años 2000 y 2001, el aspecto general del yacimiento es el de una
ruina consolidada que permite observar y hacerse una idea precisa de
cómo fue en origen la estructura militar.
Fuente: Castillos del Olvido
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