viernes, 10 de abril de 2020

Castillo de Piedrabuena (San Vicente de Alcántara, Badajoz)


El Castillo de Piedrabuena es una edificación defensiva cuyos orígenes se remontan al último tercio del siglo XIII. Se encuentra en el término municipal de la localidad de San Vicente de Alcántara, a unos 50 km. de la capital Badajoz, en la provincia homónima de la Comunidad de Extremadura. 

Los castillos de la Orden de Alcántara se perdieron como consecuencia de la pérdida de la Batalla de Alarcos en el año 1195 por las fuerzas cristianas y pasaron a dominio musulmán. Cuando los cristianos se desplazaron hacia Sierra Morena para combatir a los árabes, los vencieron en la Batalla de las Navas de Tolosa en el año 1212 y recuperaron los castillos para la cristiandad, entre ellos el de Piedrabuena. Constituía junto a los castillos de Alburquerque, Azagala, Mayorga, Santibáñez y Portezuelo una línea defensiva de protección y seguridad para la zona comprendida entre los ríos Guadiana y Tajo, la cual se encuentra muy próxima a la frontera portuguesa. 

Desde finales del siglo XIII figuraba como una cabeza de la encomienda de la Orden de Alcántara y tuvo una gran importancia, sobre todo en los últimos años del siglo XV y principios del XVI, época en que era Comendador de la orden Fray Antonio Bravo de Jerez, que, además, fue Gobernador del Partido de Alcántara. Durante su mandato se realizaron un gran número de obras en el castillo, tanto defensivas como de habitabilidad y confort de los que vivían en su interior. 

La parte más antigua que tiene la edificación es de finales del siglo XIV y principios del XV. A comienzos del siglo XVI se construyeron las caballerizas, la llamada Torre Hueca y otras dependencias para el personal del castillo. En el año 1547, Pedro de Ybarra, probablemente hijo de Juan de Álava, arquitecto nacido a principios del siglo XVI (sobre 1510) en la localidad cacereña de Alcántara, construyó el baluarte de la muralla exterior. 

En uno de los cubos cilíndricos hay un gran escudo heráldico labrado en piedra con las armas del emperador Carlos V, las de la Orden de San Julián de Pereiro y las del comendador Bravo de Jerez, diseñador este último de las torres cilíndricas del recinto exterior y que en aquella época Maestre de la orden. A mediados y finales del siglo XVI también se acometieron obras importantes en el palacio y fue el Comendador Pedro Manuel de la Cerda el principal promotor de ellas, que consistieron en la panera, la tahona sobre cuya puerta colocó su escudo de armas, y las caballerizas. 

El castillo consta de dos recintos: uno exterior o barbacana de planta aproximadamente cuadrada, con pequeñas torres cilíndricas en las esquinas que tienen el escudo del Comendador Francisco Enríquez en cada una de ellas, y otro interior, constituido por cuatro crujías alrededor del patio central o de Armas. En una esquina se alza la Torre del Homenaje. 

En el ángulo noroccidental está la llamada Torre del Rey, semicilíndrica y albarrana, es decir, una torre que formaba parte del recinto fortificado con el que está comunicado, aunque generalmente exenta de la muralla pero unida a ella mediante un puente o pasadizo fácil de destruir en el caso de que el enemigo tomase esta torre albarrana. Esta torre aún es transitable por su parte inferior. La torre del ángulo noroeste, llamada Torre de la Cárcel, y la del ángulo suroriental, llamada Torre del Horno, han recuperado recientemente el pasadizo inferior, dando acceso a ellas y aprovechándolas para habitaciones de este complejo hotelero en que se ha convertido el castillo. 

Las cuatro torres tienen matacanes en la parte superior, pero con el tiempo y con el nuevo destino del castillo, ha desaparecido el estilo militar de la fortaleza para ir asemejándose a un edificio habitacional hotelero. Durante el siglo XVI también promovieron obras importantes otros comendadores de la Orden de Alcántara, como Sebastián de Aguirre, Gaspar López y Alonso Durán. Ya desde entonces las obras eran más palaciegas que militares. Esto mismo le sucedió a la Torre del Homenaje, cuyo aljibe se utiliza en la actualidad como un almacén. 

Las plantas superiores de esta torre fueron recientemente acondicionadas para uso habitacional hotelero. Igualmente ocurrió con las galerías recientemente abiertas al exterior en sus flancos meridional y oriental. El núcleo central del palacio es, probablemente, la zona donde más se nota su carácter residencial, en su patio claustrado, con las restauraciones acometidas en el siglo XX, especialmente en la galería superior que tenía arcos lanceolados, capiteles y balaustradas labradas que se imitaron con un estilo más parecido al neogótico que al gótico puro. 

De todo ello deducimos que las restauraciones efectuadas para su conversión actual en un recinto hotelero y de eventos sociales (bodas, convenciones, etc.) han desvirtuado sus fábricas originales en detrimento de una excelente conservación del edificio. Sin embargo, el castillo en la actualidad está a la venta. 

Fuente: www.badajoz.com

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