El Fuerte de San Martín se encuentra situado en la bahía de entrada a la localidad de Santoña, en la Comunidad de Cantabria.
El
fuerte se sitúa en el promontorio de San Martín, en la falda del
monte Buciero, controlando el canal de acceso a Santoña, en segunda
línea defensiva. Ocupa una superficie en planta de 2700 m2, y su
planta presenta forma de herradura o de V redondeada, orientando su
vértice hacia el sur, tiene dos pisos y la cubierta plana que se
usa también en la defensa.
La
configuración del edificio aprovecha el desnivel del promontorio
para desarrollar el cuerpo principal en tres niveles, con una anchura
de crujía de 13 metros y una longitud exterior de 125m. que tiene
funciones defensivas contra ataques navales. La primera planta
acasamatada ocupa una superficie de 700 m2, y en ella se sitúan 13
casamatas y el almacén de pólvora en el extremo noroeste. La
segunda planta ocupa una superficie de 800 m2, y alberga 15
casamatas.
En
la cubierta se emplazaban otras 15 disposiciones para cañones u
obuses en barbeta, que en origen se protegían con parapetos de
tierra. Todas las plantas están conectadas por una escalera de
caracol alojada en un cuerpo cilíndrico adosado en la parte sur del
ala este, además de las rampas que dan acceso a la planta baja y
primera desde el patio. En el noroeste, se remata el edificio con un
muro alto acabado en 14 aspilleras, para proteger el edificio con
fusiles frente a un ataque desde el monte o la entrada.
En
el patio, al norte, se sitúa un edificio exento de dos planta y
dimensiones 14×8,5m., la “Casa de Oficiales”, destinado a almacén
y aljibe su planta inferior, y la principal servía para alojar al
cuerpo de guardia, formado por 25 hombres. La construcción del
edificio principal se realiza con muros de sillería de caliza y
arenisca a doble cara, con relleno de mampostería desconcertada.
Las bóvedas interiores son de ladrillo.
Construido
a comienzos del siglo XVII sobre un promontorio donde existia
previamente una ermita dedicada a San Martín, aunque en 1614
constase tan sólo de una plataforma con cuatro piezas de hierro. A
lo largo de los dos siglos posteriores sufrió numerosas
rehabilitaciones hasta su configuración actual. En 1684 comienzan
las obras para la construcción del “castillo”. En 1701, con
motivo de la Guerra de Sucesión se reconstruye, armándolo con
ocho piezas de artillería.
En
1726 San Martín era una estructura de cerca de 650 m2 de
superficie, las dependencias se disponían al norte, y la batería
a barbeta al sur. Por su deterioro, en 1763 se realizan pequeñas
reparaciones, pero debido a la escasez de medios se abandona en favor
del Fuerte de San Carlos. En 1805, con motivo del apoyo a Napoleón
en su guerra con Gran Bretaña, se realizan varias obras de mejora,
que no varían esencialmente el fuerte. En 1810, durante la Guerra
de la Independencia, el ejército napoleónico mejora
sustancialmente las defensas y se construye un cuartel para tropa.
En
1855, reinando Isabel II y ante el fuerte descontento político que
daría lugar a la revolución de 1868, se presenta un proyecto de
nueva planta con la configuración que encontramos hoy, demoliendo
la antigua batería. Las obras se acabaron en 1863 con tres plantas
y disposición para 43 cañones, pero el fuerte ya resultó
obsoleto para guerras. En 1876, debido a problemas de humedad, se
sustituyeron los parapetos de tierra en la cubierta por piedra.
Fuente: Castillos del Olvido
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