jueves, 23 de abril de 2020

Fuerte de San Martín (Santoña, Cantabria)


El Fuerte de San Martín se encuentra situado en la bahía de entrada a la localidad de Santoña, en la Comunidad de Cantabria. 

El fuerte se sitúa en el promontorio de San Martín, en la falda del monte Buciero, controlando el canal de acceso a Santoña, en segunda línea defensiva. Ocupa una superficie en planta de 2700 m2, y su planta presenta forma de herradura o de V redondeada, orientando su vértice hacia el sur, tiene dos pisos y la cubierta plana que se usa también en la defensa. 

La configuración del edificio aprovecha el desnivel del promontorio para desarrollar el cuerpo principal en tres niveles, con una anchura de crujía de 13 metros y una longitud exterior de 125m. que tiene funciones defensivas contra ataques navales. La primera planta acasamatada ocupa una superficie de 700 m2, y en ella se sitúan 13 casamatas y el almacén de pólvora en el extremo noroeste. La segunda planta ocupa una superficie de 800 m2, y alberga 15 casamatas. 

En la cubierta se emplazaban otras 15 disposiciones para cañones u obuses en barbeta, que en origen se protegían con parapetos de tierra. Todas las plantas están conectadas por una escalera de caracol alojada en un cuerpo cilíndrico adosado en la parte sur del ala este, además de las rampas que dan acceso a la planta baja y primera desde el patio. En el noroeste, se remata el edificio con un muro alto acabado en 14 aspilleras, para proteger el edificio con fusiles frente a un ataque desde el monte o la entrada. 

En el patio, al norte, se sitúa un edificio exento de dos planta y dimensiones 14×8,5m., la “Casa de Oficiales”, destinado a almacén y aljibe su planta inferior, y la principal servía para alojar al cuerpo de guardia, formado por 25 hombres. La construcción del edificio principal se realiza con muros de sillería de caliza y arenisca a doble cara, con relleno de mampostería desconcertada. Las bóvedas interiores son de ladrillo. 

Construido a comienzos del siglo XVII sobre un promontorio donde existia previamente una ermita dedicada a San Martín, aunque en 1614 constase tan sólo de una plataforma con cuatro piezas de hierro. A lo largo de los dos siglos posteriores sufrió numerosas rehabilitaciones hasta su configuración actual. En 1684 comienzan las obras para la construcción del “castillo”. En 1701, con motivo de la Guerra de Sucesión se reconstruye, armándolo con ocho piezas de artillería. 

En 1726 San Martín era una estructura de cerca de 650 m2 de superficie, las dependencias se disponían al norte, y la batería a barbeta al sur. Por su deterioro, en 1763 se realizan pequeñas reparaciones, pero debido a la escasez de medios se abandona en favor del Fuerte de San Carlos. En 1805, con motivo del apoyo a Napoleón en su guerra con Gran Bretaña, se realizan varias obras de mejora, que no varían esencialmente el fuerte. En 1810, durante la Guerra de la Independencia, el ejército napoleónico mejora sustancialmente las defensas y se construye un cuartel para tropa. 

En 1855, reinando Isabel II y ante el fuerte descontento político que daría lugar a la revolución de 1868, se presenta un proyecto de nueva planta con la configuración que encontramos hoy, demoliendo la antigua batería. Las obras se acabaron en 1863 con tres plantas y disposición para 43 cañones, pero el fuerte ya resultó obsoleto para guerras. En 1876, debido a problemas de humedad, se sustituyeron los parapetos de tierra en la cubierta por piedra. 

Fuente: Castillos del Olvido

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