Las Murallas de Talavera de la Reina se encuentran situadas en el casco urbano de la población del mismo nombre en la provincia de Toledo (Castilla-La Mancha).
Según
una leyenda, el fundador de Talavera fue Brigo, hijo de Tubal y nieto
del Noé bíblico. Según esta leyenda, Brigo fue rey de ciertos
territorios de la península, siendo Talavera uno de ellos, a la que
dio el nombre de Caesarobriga.
De
la Talavera visigoda, Élbora o Ébora, destacan el
regalo que Liuva II hizo a Talavera de una imagen de la Virgen del
Prado en el año 602, así como que la fiesta en honor de la diosa
Ceres, las populares y ancestrales Mondas, se cristianizaran y el
cortejo se encaminara desde entonces hasta nuestros días en alabanza
a la Virgen del Prado. La Fiesta de las Mondas, declarada de interés
turístico, tiene lugar cada año durante la semana de Pascua, con
estas fiestas los talaveranos celebran las cosechas del año en esta
comarca agrícola y ganadera, cruzada por cañadas.
Con
la dominación musulmana, desde el verano del año 713 hasta la
conquista cristiana por Alfonso VI en 1083, Talavera (Talabayra)
conoció momentos de gran esplendor, representados por la
construcción del primero de los tres recintos amurallados que tuvo a
lo largo de su historia, y de su alcázar, construidos ambos en su
mayor parte en el siglo X, y mejorados en los siglos XIII y XIV una
vez reconquistada la ciudad.
Los
otros dos recintos fueron construidos en el siglo XII, uno para
proteger un nuevo arrabal, habitado por repobladores cristianos de
variada procedencia, que tomaron la ciudad en 1083 liderados por
Alfonso VI, y el otro para proteger un arrabal de origen más
antiguo.
Las
murallas estuvieron formadas por tres recintos o murallas,
conservándose parte del primer recinto, y algunos restos de los
otros dos. El primer recinto amurallado o Muralla de la Villa está
construido con sillares y mampostería procedente de construcciones
romanas y visigodas, y ha sido el que ha subsistido en su mayor
parte, quedando nada o prácticamente nada de los otros dos, entre
otros motivos por la menor calidad de su construcción.
Mandado
construir por Abderramán III en el siglo IX-X, fue levantado
probablemente siguiendo el trazado de una muralla romana o visigoda
anterior. La finalidad de su construcción fue la de formar, junto a
la alcazaba, un conjunto defensivo que convirtiera la ciudad de
Talabira en una de las numerosas plazas fuertes y fortificaciones que
protegían la frontera de los dominios musulmanes durante el siglo X.
Este recinto está delimitado por el río Tajo y el paseo de Ronda,
siendo en la parte más cercana al río donde únicamente aparece una
cierta ortogonalidad, ya que el resto es más laberíntica. Está
representado en el centro del escudo de Talavera.
El
material utilizado principalmente en este primer recinto son sillares
de piedra, muchos de ellos reaprovechados de construcciones romanas
(hay incluso lápidas de esta época usadas como material) y piedras
sin labrar unidas con argamasa. Su planta es rectangular y sus muros
alcanzan los 14 metros de altura y 4 de espesor. A lo largo de su
trazado se puede constatar la existencia de un buen número de torres
de planta cuadrada, y otras semicirculares que constituyen el
elemento más antiguo de la fortaleza (siglo IX). Además, la muralla
está reforzada y protegida por torres albarranas que se construyeron
ya en época cristiana, en los siglos XIII-XIV.
Los
abundantes vestigios de este primer recinto se conservan actualmente
en las calles Carnicerías, Corredera del Cristo, Charcón,
Entretorres y Ronda del Cañillo. Han llegado hasta nuestros días
ocho de las 17 torres albarranas. De las cinco puertas que llegó a
tener, se conservan los restos de uno de los torreones semicirculares
de la Puerta de Mérida, mientras que las cuatro restantes (Puerta de
Pescaderías, Puerta de las Cebollas o Puerta Nueva, Puerta de San
Pedro y Puerta del Río) se han perdido completamente.
El
Segundo recinto amurallado o Muralla de los Arrabales Mayores o
Nuevos, fue construido para cercar y proteger los Arrabales Mayores,
un nuevo arrabal habitado por repobladores cristianos de variada
procedencia que tomaron la ciudad en 1083 liderados por Alfonso VI.
Este nuevo recinto fue construido en tapiería (tapial de barro), y
sufrió durante siglos ampliaciones e incorporaciones, llegando a
tener numerosas puertas. Sin embargo, la falta de mantenimiento tras
perder su función defensiva y los derribos del siglo XIX llevaron a
su casi total desaparición.
Del
segundo recinto se conserva su arranque junto a la alcazaba, en la
calle de Carnicerías, así como la Puerta de Sevilla (abierta en el
muro por el cardenal Quiroga en 1579 para facilitar la entrada de
mercaderes, ante la insuficiencia de la puerta del Río perteneciente
al primer recinto) y parte de la Puerta de Zamora. Del resto de
puertas, Puerta del Sol, Puerta de Toledo, Puerta de las
Alcantarillas, Puerta del Pópulo y Puerta de la Miel, no queda nada
en pie. También se conservan la Torre del Polvorín y un torreón en
la plaza de San Miguel (posteriormente reutilizado como campanario de
la iglesia del mismo nombre).
El
Tercer recinto amurallado o muralla de los Arrabales Viejos, fue
construido para cercar un arrabal de la ciudad, en este caso los
Arrabales Viejos, un arrabal de origen más antiguo que el arrabal
Nuevo. Como el anterior, este tercer recinto también fue construido
con tapiería (tapial de barro), y sufrió durante siglos
ampliaciones e incorporaciones, llegando a tener numerosas puertas.
Sin embargo, la falta de mantenimiento tras perder su función
defensiva y los derribos del siglo XIX llevaron a su casi total
desaparición. De las puertas del tercer recinto, Puerta de Cuartos y
Puerta de la Villa, únicamente se conservan varios escudos de la
Puerta de Cuartos y algunos vestigios de sus cimientos que se han
descubierto en los últimos años.
Fuente. Castillos del Olvido
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