El Castillo de Ubierna se encuentra situado en las cercanías de la población del mismo nombre en la provincia de Burgos (Castilla-León).
El
castillo medieval fue una fortaleza de grandes dimensiones.
Actualmente quedan algunos restos, pues muchas de sus piedras fueron
reutilizadas en el siglo XX, en otras construcciones. Está el
castillo un tanto separado del pueblo en el sitio llamado “el
Castro”. Se alza sobre una colina defendida al suroeste por las
rocas cortadas a pico. Tiene forma alargada , no regular por
adaptarse sus cimientos a las líneas sinuosas del cerro (una de las
características más habituales de los castillos enriscados que dio
tipos de planos muy variados).
Es
de grandes dimensiones: unos 47 metros por 13 de anchura media. Los
muros miden 1,55 metros de grosor. En el frente sur quedan algunos
restos que pertenecieron a un elemento defensivo (prolongación del
castillo) de dimensiones parecidas a éste, pero más irregular.
Alrededor del cerro pueden apreciarse diferentes trabajos hechos en
el terreno.
Es
muy poco lo que se mantiene en pie, sólo escasos trozos de lienzo,
todos de mampostería con relleno de piedra y canto rodado mezclado
con cal. La piedra que pertenecía al castillo fue comprada y
utilizada por una familia del pueblo para realizar un construcción
privada. A mediados del siglo XVIII se describía como casa
fortaleza con sus cercos y muros , sita en la cuesta de la Barresas,
la cual por hallarse medio arruinada y sin puertas ni tejado, no hay
quien de a renta por ella cosa alguna.
Este
castillo fue muy disputado entre las tropas navarras y castellanas,
en el siglo XI. Según las noticias más generalizadas, este
castillo, y el del cerro de Burgos, fueron erigidos en el siglo IX
por el conde D. Diego Rodríguez Porcelos, y, algunos años después,
a principios del siglo X, tanto el uno como el otro, tuvieron que
afrontar severos ataques de grandes contingentes moros, cuando parece
que les ocuparon y destruyeron, ensañándose en su venganza.
Siguiendo la relación histórica que rodea a esta fortaleza, llegó
a figurar entre las propiedades de D. Diego Lainez, padre del Cid,
por donación hecha por el rey Fernando I, al conquistarla para la
corona de Castilla a raíz de la batalla de Atapuerca.
Hasta
el primer tercio del siglo XI el castillo de Ubierna continuó en el
poder de los Condes de Satilla , a causa de haberse apoderado Sancho
el Mayor de Navarra de tierras castellanas, desde las inmediaciones
de Santander hasta cerca de Burgos. Después dividió su reino entre
sus hijos, tocándole Navarra a D. García , y por lo tanto la
referida fortaleza; por enemistad con su hermano Fernando , rey ya de
Castilla, desde el 1035, le declaró la guerra y llegó con sus
tropas hasta Atapuerca donde el 1 de Septiembre de 1054 perdió la
batalla y la vida.
Se
supone que el Cid asistió a ella cuando tenía según unos, once
años, porque le hacen nacer en 1042, pero según otros, como más
probabilidades de acierto 28 , a tenor de la inscripción que hay en
el monumento de su solar en Burgos y del testimonio de la inmensa
mayoría de los historiadores que marcan su nacimiento en el año
1026.
El
padre del Cid, el Infanzón Diego Laínez (casado con Teresa Álvarez,
hija de Don Rodrigo Álvarez de Asturias conquistador del Castillo de
Ubierna), que aunque no figuraba en la corte ni aparece su firma en
los documentos públicos y rara vez en los particulares, tenía un
fuerte “mesnado” donde se agrupaban sus parientes, sus criados,
sus vasallos propios y a veces ajenos, se aprovechó de la derrota de
los navarros en Atapuerca, y con consentimiento de D. Fernando
recobró por entonces de su poder el castillo de Ubierna (1055).
Fuente: Castillos del Olvido
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