El Castillo de Toba de Valdivielso, también reconocido como el Castillo de Malvecino, se encuentra situado en el término municipal de la localidad de Toba de Valdivielso, en la falda de la Sierra de Tesla, junto al río Ebro, en la provincia de Burgos (Castilla-León).
García
Sáinz de Baranda no da más detalles y hasta en ocasiones resulta
contradictorio en sus afirmaciones, atribuyéndolo unas veces a
“época de moros” y otras dando a entender que es posterior. El
topónimo “Malvecino” se documenta a mediados del siglo XIII.
Quizá la denominación popular del castillo roquero tuviera
antiguamente sentido peyorativo entre los numerosos pueblos de
behetría que le rodeaban.
En
punto relativamente céntrico del valle de Valdivielso, donde
adquiere su máxima anchura, y en lo alto de una difícil cumbre se
alza este lejano y romántico castillo. Domina de forma aplastante el
estrecho por donde discurre la vía más importante del valle, que
recorre la margen derecha del Ebro.
Su
plano es muy irregular por la adaptación a los bordes de la roca en
que se asienta. Sus lados (excepto al Norte) resultan verdaderamente
inaccesibles. La densa vegetación que rodea el castillo, y que
también cubre el interior, dificulta en gran manera las mediciones.
El espacio fortificado es muy alargado (unos 30 mts.) y estrecho. Los
lienzos no son tan gruesos como en otras fortalezas, pues apenas
alcanzan el metro de espesor.
Se
aprecian bien la planta baja y los mechinales de los dos pisos
superiores. Algunos vanos, muy semejantes en proporciones a saeteras,
se abren bajo arquillos góticos, tallados en un solo bloque de
piedra. Los materiales empleados, arrancados de su propia base,
consisten en mala mampostería con esquinas de rojiza toba de regular
calidad, todo relleno con piedra y cal.
Huidobro
y García Sáinz de Baranda añaden: “En la parte del Poniente, que
es la más alta, se ve alguna sillería y quedan algunas almenas
sencillas. Tenía su entrada al Norte, hoy desfigurada”. La
construcción del castillo podría atribuirse a mediados del siglo
XIV, ya que pocos años después aparece citado por primera vez.
Tanto por su tipología como por el hecho de que en los antiguos
documentos de Oña no aparezca para nada, demuestran que no puede
“remontarse a los primeros siglos de la reconquista”.
Fuente:
Castillos del Olvido
Galería:







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