El Castillo de Tamayo se encuentra situado en la localidad del mismo nombre de la provincia de Burgos (Castilla-León).
Una
leyenda atribuye a don Gómez, noble caballero de la corte del Rey
Alfonso II “el casto”, que, siendo ya anciano, edificó, junto al
lugar de Oña, su casa solar y dos torres, llamadas las Torres de
Tamayo, en cuyas inmediaciones fue fundada siglos después la hoy
villa burgalesa de Tamayo.
El
castillo fue la primera construcción que se realizó en el lugar que
actualmente ocupa el pueblo de Tamayo. Su ubicación fue la idónea
estratégicamente por estar en un punto vital entre la costa y la
meseta, un paso de acceso y de defensa hacia o para los pueblos
habitantes del norte, tales como autrigones, vascones.
Según
estudiosos del lugar, de un antiguo castillo incluido en la línea
defensiva de la Reconquista, se entregan los restos a la familia de
los Salazar a finales del siglo XII-XIII, quienes lo reconstruyen y
alrededor de él crean un Señorío. Varios documentos apoyan esta
teoría, cuando en la Colección Dip. S.S. de Oña se hace referencia
a Tamayo y a una serie de personajes como “caballeros”,
“infanzonez”, o cuando posteriormente se habla en un apeo del
siglo XVI, de los “Señor Lope de Salazar”, como “Señor de las
Torres de Tamayo”.
Los
restos no hablan de personajes, ni de historia, pues no existe ni
escudo ni fecha patente. Los elementos materiales que lo conformaban
fueron retirados hace mucho tiempo para arreglar otras
construcciones. Las Torres o castillo se hallan en el punto más alto
del pueblo, desde donde se divisan los accesos, cercanías, terrenos,
construcciones e incluso el pueblo de Oña. Están ubicadas en una
atalaya, tal y como corresponde a este tipo de construcciones.
Tiene
una planta semi-rectangular, de 37 x 17 m. orientada de Norte a Sur,,
siendo su lado Sur circular debido a la necesidad de adaptarse al
terreno (“Catalogo de fortificaciones medievales de la Bureba, de
Ricardo Cuesta Juarrero, 2005). “Se levanta sobre un paralelogramo
alargado hacia el noroeste con una esquina, la del sureste,
redondeada debido a la adaptación al montículo rocoso en el que se
apoyó. Mide 45 metros de largo por unos 20 de ancho. Los muros no
llegan al metro de grosor. La puerta se abrió al oeste por ser el
único lado accesible a la fortaleza, Al pie de las torres mana una
fuente en el interior de una cueva, en la que se asegura que hizo
penitencia durante muchos años San Iñigo”.
“El
qual edificio muestra su mucha calidad, en ellas ay dos salones y los
quartones del maderaje de una parte y uno y otro quarton una tarjeta
con trece estrellas y con las mismas divisas está toda la iglesia de
Tamayo en lo alto de la bóveda y claves… Toca a esta casa la mited
de la Yglesia con su sacristía y al lado del evangelio sumptuoso
entierro y en él unos bultos de los Patronos y Señores y en medio
de la Capilla mayor Carnero o bóveda….”.
Las
torres se levantaron a fines del siglo XIV, ya que entraron a formar
parte del mayorazgo, y no se acabaron hasta 1423, año en que el
monasterio de Oña denunció ante el rey la obra que alli había
hecho María Alfonso y su hijo, “...Dixo que los dichos domna Maria
Alfonso e Garcia de Salazar eseyendo Ynfanzones e personas poderosas
podía auer ocho años poco más o menos e después acá en diuersos
tienpos e vezes…. comenzaron a edificar e hedeficaron…. un
edifizio de fortaleza e casa fuerte de cal e de canto en los términos
e dentro de los términos del dicho monasterio…. en el dicho lugar
de tamayo….e que lo fezieran e fazian fazer e eddeficar faziendo
nueuo edefizio en vunas casas de los dichos doña María Alfonso e
Garzia de Salazar fazian su morada...".
Del
mayorazgo dependían también unos torrejones en las afueras de
Tamayo de los que no queda nada: “...y añadiendo fuerza y vigor a
ella fue las casas de Valderrama que sólo tienen y son unos
torrejones de tierra antiguos que dijeron ser anejos y deszernientes
de las dichas torres y mayorazgo que tienen por linderos al concejo
de Tamayo….” (“Arquitectura fortificada en la Provincia de
Burgos, de Inocencio Cardiñanos Bardeci).
La
entrada quedaría al Norte, dónde hay dos saeteras dirigidas hacia
ella en un muro de 8 m. de largo y 1,5 m. de alto, que hace esquina
con otro de 5m. de largo. El lienzo de mayor altura de unos 11 m. de
alto y 9 m. de largo que se conserva, se localiza al Oeste y
pertenece a una de las torres. Se aprecia una ventana y los restos de
otras dos.
Hace
ángulo recto con otro de 3m. de largo. A unos 5 m. y en su
perpendicular queda un muro de más de 4 m. y varios trozos más
diseminados. En el lado Este quedan varios restos de pared de 3,5 m.
hasta 5 m. de largo. Existe un pozo oculto por la maleza en el
interior del recinto, cerca de la entrada. La fábrica es de
mampostería de cal y canto.
Actualmente
está en ruinas. Lo más completo que queda es un trozo de muro de la
cara sur de unos ocho metros de altura, de un espesor entre 90 y 120
cm. según zonas. Sus medidas perimétricas son amplias, de 37 x 21
m, lo que hace un cómputo de 777 metros cuadrados.
Fuente: Castillos del Olvido
Galería:







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