El Castillo de los Poyos de Celda es una fortificación árabe que se encuentra situada en el término municipal de la ciudad de Caravaca de la Cruz en la Región de Murcia.
La fortificación se encuentra enclavada en la pedanía de Los Royos, cerca de las Casas de La Capellanía, en el flanco sur del cerro del castillo. Desde aquí el acceso a la fortificación se realiza a pie.
Los
orígenes del castillo se han de remontar a época islámica, al
igual que un relevante poblamiento asociado a la fortificación, que
se sitúa en la fachada oeste del cerro. Incluso algunos autores han
identificado estos restos monumentales con el Castillo de Yayttilla,
mencionado por el geógrafo musulmán al-Udri a mediados del siglo
XI. No obstante, es ya en época cristiana, a partir de la segunda
mitad del siglo XIII, cuando las noticias referentes al castillo
comienzan a ser más reveladoras. Gracias a ellas sabemos su final
dependencia de la Orden de Santiago y su probable abandono y
destrucción hacia el siglo XVI.
En la actualidad, podemos contemplar las ruinas de una fortificación adaptada a la cumbre del cerro, con planta casi rectangular y torreada, en cuyo interior se conservan aún varios aljibes. Hacia la ladera oriental se situó el poblamiento, cuyos restos son apenas perceptibles.
Los restos cerámicos que se encuentran en torno al yacimiento, demuestran una ocupación del lugar durante los siglos XI al XIII, por lo que hay que relacionarlo con la importancia estratégica de Celda, como centro de comunicaciones entre Lorca y Caravaca de la Cruz con el norte del reino murciano y el de Granada, y como cabeza visible de las explotaciones agropecuarias que se hubieron de dar en torno al yacimiento de agua proveniente de acuíferos cercanos, como la Fuente de la Capellanía. Fue quizás en este periodo cuando surgiría un enclave de poblamiento compuesto por una fortificación y una población media asociada, que también centralizaría las relaciones comerciales y administrativas del campo circundante.
Sin embargo, es en época cristiana cuando comienzan a aparecer noticias del castillo en las fuentes documentales. Al parecer, en el año 1277, el lugar fue donado por el rey Alfonso X el Sabio al Concejo de Lorca, por lo que parece para evitar la despoblación que se estaría dando en el lugar, en una tónica generalizada en todo el Reino de Murcia. En el año 1285, Sancho IV concedería el castillo y su término en señorío a Nicolás Pérez de Valdebarraz, el heroico alcaide castellano de Alicante, quien acabaría siendo ejecutado por orden de Jaime II de Aragón por su enconada defensa de la fortaleza alicantina durante el asedio de 1296.
Tras la reorganización administrativa producida con la ocupación aragonesa del Reino de Murcia (1296-1304), Celda aparece, junto a Coy y Canara, bajo el poder señorial de Ruy Pérez de Canara, a cuyos descendientes quedaría ligado el lugar hasta el año 1340, cuando junto a Coy fue vendida al marqués de Villena, Don Sancho Manuel. Y a pesar de los intentos de Lorca por hacerse con su jurisdicción, Celda sería finalmente anexionada a los señoríos que la Orden de Santiago poseyó en el Reino de Murcia, y pasó a depender de la Encomienda de Caravaca de la Cruz a partir del año 1381, en cuyo término municipal aparece en nuestros días.
Al parecer, a finales del siglo XV la alquería fue puesta en explotación con diversos regadíos protegidos por la fortaleza, que probablemente había resistido como atalaya y punto de control del territorio, defendiendo el diluido espacio fronterizo con el Reino de Granada. Sin embargo, en el siglo XVI el castillo fue demolido para evitar que pudiese ser ocupado por bandoleros o salteadores de caminos.
Los
restos del castillo parecen demostrar que en su día dispuso de una
planta trapezoidal, adaptada a la cumbre del cerro donde se enclava,
con unas dimensiones medias de unos 55 m. en sentido norte sur y 20
m. de este a oeste.
Este
recinto se encuentra flanqueado mediante seis torreones bien
distribuidos y adosados a sus lados mayores; los situados al oeste
son los peores conservados, apenas perceptibles bajo sus propios
escombros. Excavado un pequeño sector exterior en la mitad
meridional, los muros relevaron estar enlucidos y surgió un pequeño
acceso en parte tallado en la roca. En su interior, hacia el sector
sureste, se encuentran varios aljibes, de los cuales uno aún
conserva bien su bóveda de medio cañón. Mientras, por el norte,
parece que hacia el exterior, se le adosó otro recinto fortificado,
de mucha menor entidad, que quizá sirviese como redil o pequeño
albacar.
Los
muros de la fortaleza fueron construidos mediante tapiales,
utilizando, junto a la argamasa de cal, piedras de gruesa factura, lo
que ha contribuido también al mal estado de conservación que
presenta en la actualidad.
Fuentes: Wikipedia
regmurcia.com
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