El Castillo de Navidad, también denominado Fuerte de Navidad, se halla situado en la ciudad departamental de Cartagena, en la Región de Murcia.
Tiene una gran
importancia por su situación estratégica dentro del sistema
defensivo de la bahía de Cartagena. Se sitúa al suroeste de esta,
ocupando una posición dominante, cercano al nivel del mar con el fin
de vigilar y flanquear con facilidad la bocana del puerto.
El edificio
tiene forma angular, como si de las caras de un baluarte se tratara,
con el vértice curvo mirando al mar. El Fuerte de Navidad es una
construcción "acasamatada". Una casamata es un espacio
abovedado muy resistente que permite la instalación de una o varias
piezas de artillería. Las ocho casamatas del Fuerte de Navidad se
encuentran comunicadas entre sí a través de un muro de carga. La
comunicación con el exterior se hace a través de vanos alternos. En
el paso interior de comunicación entre una casamata y otra se
encuentran enfrentados dos nichos para contener, en uno, una carga
mínima de pólvora, y en otro, las balas para el uso inmediato de
las piezas.
Estas casamatas
están diseñadas para conseguir una rápida desaparición de los
humos que producían los disparos del cañón que se ubicaba en cada
una de ellas: son amplias y están bien ventiladas por retaguardia,
con espaciosos vanos y ventanas dobles. Para proteger las casamatas
del impacto de los proyectiles, se disponían sobre sus bóvedas un
relleno de tierra de más de dos metros de espesor.
Las casamatas se
desarrollaron desde el uso generalizado de la artillería a partir
del siglo XV, pero quedaron en un segundo plano frente a la
plataforma artillera por lo costoso y complejo de su construcción.
En el siglo XIX fue necesario aplicar una serie de modificaciones
para aumentar su resistencia y adaptarlas a las piezas de artillería
del momento. Por ello, se emplearon nuevos materiales, ensayados
previamente, que ofrecieron mayores resistencias a los proyectiles;
se propuso el empleo de hormigón de plomo, blindajes de las
cañoneras con hierro, plomo o bronce y grandes masas de tierra sobre
las cubiertas o los muros del frente de las casamatas.
La fortaleza se
construyó para defender el interior del puerto de Cartagena, la
ciudad y, sobre todo, el Arsenal, del ataque de una flota enemiga. Su
relativo buen estado de conservación, nos permite que hoy se pueda
contemplar un excelente ejemplo de una batería costera construida en
la década de 1860. Fue diseñada por ingenieros militares españoles
con un sobrio estilo neoclásico y unas sólidas líneas
constructivas que resaltan su imagen de poder, su amenazante
presencia, a los buques que entran por la bocana cartagenera.
Se encuentra
enclavado en una de las puntas que delimitan la entrada al puerto de
Cartagena. El lugar donde se erige, en el margen oeste de los accesos
a la dársena, a unos 15 m sobre el nivel del mar, le convierten en
un punto estratégico en el control del tráfico marítimo portuario.
La visita a la
fortificación es fácil, pues se puede llegar a su pie en automóvil:
desde la cartagenera calle Real, en dirección al barrio de la
Concepción, se toma la carretera de La Algameca hasta la puerta de
Santa Rosalía, que da acceso a los astilleros de Navantia. Es allí
donde hay que coger el camino del Despalmador que nos llevará al
antiguo fuerte.
El edificio, construido en sólida sillería, se inscribe en una planta rectangular que quiebra hacia la mitad, por lo que presenta al exterior dos caras que se levantan sobre un primer cuerpo ataluzado a modo de pedestal. Así, un flanco mira hacia Escombreras, mientras que el otro vigila la estrechez del acceso a la dársena del puerto cartagenero.
El exterior está
dominado por la verticalidad de sus altos muros, horadados por las
ocho cañoneras y elevados sobre un potente basamento también de
sillería unida con argamasa de cal. El acceso a su interior se
efectúa por su fachada terrestre, a través de una puerta casi
monumental, adintelada, que aún conserva muy deterioradas sus
gruesas hojas de madera.
El interior se organiza en torno a un patio corredor en el que se abren armoniosamente las estancias abovedadas que albergan los cañones de mayor calibre, ocho en total, a través de grandes vanos en cuya parte superior se dispone una ventana que amplía el área de ventilación del humo de las pólvoras utilizadas al disparar las piezas artilleras. Cada una de estas estancias, comunicadas entre sí de cuatro en cuatro, están cubiertas con bóvedas a prueba de bombas.
En la terraza
del edificio, a la que se accede a través de dos escaleras de
caracol situadas en ambos extremos de la fortificación, se situaron
los cañones de menor calibre. Los muros que cierran el fuerte por la
parte de atrás están aspillerados para poder emplazar fuego de
fusilería, y defenderse así de un ataque por tierra.
En cada una de
estas caras o flancos se abren cuatro troneras por las que podían
disparar las ocho piezas de artillería que alojaba el interior de la
fortificación. El poder ofensivo se completaba con otras nueve
piezas que se situaban en un plano superior del edificio, tras el
parapeto de la terraza.
Fuentes: Wikipedia
regmurcia.com
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