El Castillo de Pliego es una fortaleza que se encuentra en la localidad homónima de la Región de Murcia.
Su
emplazamiento, en un alto risco donde abundan los cortados y las
pendientes verticales, fue cuidadosamente elegido, buscando unas
defensas naturales que ayudasen a su inexpugnabilidad. Desde esta
construcción se domina perfectamente toda la cuenca del río Pliego,
la población actual y el antiguo despoblado de la Mota.
La
fortaleza de Pliego se sitúa en un estratégico lugar desde el que
se domina la población actual, el antiguo poblado fortificado de La
Mota, llamado también Castillo de Las Paleras, y el cauce hídrico
del río Pliego. Se trata de un impresionante elemento de control del
territorio. Pero sus orígenes no parecen estar muy claros. Algunos
autores remontan su construcción al siglo XII, y afirman que su
construcción en época islámica responde a la intención de dar
refugio a los pobladores de La Mota. No obstante, cabe la posibilidad
de una edificación posterior, ya en época cristiana y bajo el
dominio señorial de la Orden de Santiago.
Su
estado de conservación, relativamente bueno y restaurado en algunas
zonas hace unos años, permite contemplar una obra defensiva
totalmente construida con un excelente tapial de argamasa, con unos
elementos en los que aún es posible distinguir alzados completos con
sus pasos de ronda y almenas.
El enclave del castillo fue elegido por sus constructores no por casualidad. Desde lo alto del cerro, que por su arriscada configuración se presta ya a su fácil defensa, se controla perfectamente el camino que comunica el valle del río Mula con la llanura del río Guadalentín. De esta manera, cumplió perfectamente una labor estratégica de control del territorio circundante, de pastos,regadíos, caminos, gentes y ganados. Los arqueólogos Sánchez Pravia y García Blánquez fechan la obra en el siglo XII. El castillo respondería así a una labor de refortificación generalizada que se estaba dando en todo el reino musulmán de Murcia en aquella época, tanto en el periodo mardasaní como durante la dominación almohade.
Sin
embargo, la existencia del cercano castillo de las Paleras, apenas a
500 m de éste, y claramente abandonado, destruido y arruinado desde
época bajomedieval, podría incidir en la hipótesis de que la
fortaleza de Pliego hubiera sido construida en una fecha algo
posterior, quién sabe si en época cristiana. Lo que sí parece
estar claro es que el castillo de Pliego asumió las labores de
elemento fortificado en el sector que había tenido el castillo de La
Mota.
Con
la incorporación del reino de Murcia a la corona de Castilla, a
mediados del siglo XIII, la fortaleza de Pliego (cualquiera que
estuviese activa), iba a ser ocupada por las tropas castellanas, como
consecuencia del tratado que firmó el rey de Castilla con el de
Murcia en Alcaraz (1243). Al parecer, el lugar de Pliego, habitado
aún por población de origen musulmán, fue comprado por la Orden de
Santiago hacia los primeros años del siglo XIV, pasando a formar
parte de los extensos señoríos que la orden poseyó en el reino de
Murcia; en concreto, entró a formar parte de la encomienda que los
monjes centralizaban en Aledo.
El
castillo de Pliego se convirtió en parte integrante de la poderosa y
extensa red de fortificaciones que los caballeros de Uclés mantenían
en el territorio que lindaba con las tierras del rey de Granada.
Surgió entonces como un castillo frontera, que mantendría su
carácter hasta la lenta disolución de ésta. El fin de la vida
fronteriza, con el constante estado bélico y la frecuente sensación
de peligrosidad, se prolongaría, aunque decayendo de forma
progresiva, hasta el siglo XVII.
La
fortificación presenta dos sectores claramente diferenciados: la
fortaleza y la barrera.
La
fortaleza es el elemento principal, y está inscrita en una planta
ligeramente triangular, con sus muros jalonados por siete torres
medianas y un torreón de grandes proporciones que flanqueó la
puerta de acceso a la fortaleza. El otro sector, llamado en los
documentos antiguos de los visitadores de la Orden de Santiago la
barrera, se extiende hacia el levante, mediodía y poniente de la
fortaleza, como una antemuralla, semicerrada y probablemente con un
interior inhabitado. Fue levantada en una sola fase constructiva,
utilizando masivamente tapiales de argamasa en todas las estructuras,
y se le dotó de una antemuralla en ciertas zonas.
El
acceso al interior estuvo situado en el costado del mediodía, y como
tal zona débil de la fortificación fue flanqueado por dos grandes
torres que defendían perfectamente la puerta. En su interior, que
estuvo dotado una vez de diferentes dependencias, se sitúa un aljibe
cimbrado y guarnecido por un lienzo de muralla que arranca desde el
castillo. Destaca en esta zona la torre principal de la
fortificación, que fue restaurada hace unos años, y que es una
impresionante construcción de tapial que aún conserva su altura
original y sus almenas.
El
muro perimetral, o barrera, también está levantado con tapiales de
magnífica calidad, conservando aún en algunas zonas el camino de
ronda, pretil y almenas. Probablemente, en su día sirvió para
refugio de la población y sus ganados frente a ataques enemigos.
Fuentes: Wikipedia
regmurcia.com
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