El Castillo de Gorgojí, conocido también como Castillo de Povedilla o Torre de Gorgogí, se encuentra situado en el término municipal de la ciudad de Alcaraz, en la provincia de Albacete (Castilla-La Mancha).
“La
Muy Noble y Leal ciudad de Alcaraz” ha tenido un papel muy
importante en la historia. Todas las civilizaciones que han existido,
han pasado también por esta ciudad, mágica y esplendorosa. Desde el
Neolítico, iberos, romanos y visigodos han acompañado a esta
ciudad. Pero fueron los musulmanes los que dejaron mayor legado,
desde su nombre “Alcaraz”, que significa lo consagrado o el
cerezo, el castillo, en la actualidad en ruinas y que fue el antiguo
paso hacia los Reinos de Granada y, sobretodo, el arte de
confeccionar una alfombra, que llevan el mismo nombre que la ciudad
“Las alfombras de Alcaraz de Nudo Español" y que en la actualidad
se siguen confeccionando con el mismo mimo y entusiasmo que antaño.
El Alcaraz actual se construyó entre los siglos X y XI, en época
califal.
Posteriormente
se fueron ampliando las murallas en el siglo XIII, en la época
almohade, reformándose el entorno defensivo. Un ejemplo de este
entorno defensivo se encuentra en el Castillo de Gorgojí, que más parece una torre defensiva muy bien
conservada.
En
1213, Alfonso VIII, conquistó la ciudad tras diferentes intentos,
consiguiendo entrar en la ciudad el 23 de Mayo por la puerta de
Granada. Pero no sería hasta 1429 cuando Juan II le concediera el
título de ciudad, que teniendo una situación geográfica
estratégica, llegó a tener más de 60.00 habitantes. Una ciudad no
podía tener ese mismo título a no ser que no tuviera este número
de habitantes.
Posteriormente
fueron los Reyes Católicos en el año 1475 cuando le
concedieron a la ciudad de Alcaraz el título de “La Muy Noble y
Leal”, dotando este título por posicionarse la población a favor
de los Reyes Católicos en su lucha contra el marqués de
Villena, don Juan Pacheco. Pestes y epidemias asolarían la ciudad posteriormente y no
sería hasta el siglo XVI cuando Alcaraz volvería a recuperarse.
Los
árabes, cuando poseyeron la ciudad en el año 712 cambiaron su
ubicación al Cerro de San Cristóbal y transformaron su nombre en al- Karaz, cuya traducción del árabe es “el cerezo”, aunque
según otra grafía, al-Karas, significaría “lo consagrado”.
Tampoco falta la sabiduría popular que relaciona Alcaraz con
alcarraza o vasija de barro.
Tras
la caída del califato en 1.031, el hisn al-Karas (fortaleza de
Alcaraz) pasa a formar parte del reino de taifa de Toledo, y tras su
toma por parte de los cristianos en 1086 se engloba en el reino de
Sevilla. En 1.091 se incorpora, como el resto de los territorios de
Al-Andalus, al imperio almorávide y sobre 1.172 se produce una gran
inestabilidad en todo el territorio colindante que depende de la cora
de Jaén , hasta que llega definitivamente su conquista por Alfonso
VIII.
Durante estos siglos de su dominación se recibió de
ellos una gran influencia que en algunos aspectos todavía perdura en
nuestros días, riego por medio de acequias, vocabulario, etc..,
otros han desaparecido en su producción, alfombras, cerámica,
brocales de pozos, quedando restos de los mismos, y las ruinas de su
alcazaba, pero sobre todo, lo que deja la marca de los árabes para
siglos posteriores es la elaboración artesanal de alfombras que
daría gran fama y prestigio a Alcaraz.
De
esta época son los restos del Castillo de Gorgojí, que fue
levantado en los últimos momentos de dominación musulmana Ningún
otro resto queda en Alcaraz que nos de idea de la presencia árabe en
Alcaraz, aunque hasta el momento tampoco se ha hecho un trabajo
mínimamente serio de investigación y excavaciones que nos lleve a
localizar claros vestigios de asentamientos y tal vez su cementerio.
En
realidad el castillo es una antigua torre señorial, situada en un
paraje largamente disputado por la Orden de Santiago y el Concejo de
Alcaraz. La sentencia dictada por Fernando III el Santo en el año
1243 puso fin a este pleito pero no solucionó el problema, por lo
que hubieron intervenciones reales en tiempos posteriores para
alcanzar la concordia.
Conserva
el recinto exterior almenado, que rodea a la edificación a modo de
camisa, más amplio en los lados este y oeste, estando la Torre del
Homenaje completa hasta las almenas. Inmediatamente debajo del
coronamiento hay un cinturón de restos de maderos que nos recuerdan
las antiguas buhardas de madera que coronaban las torres medievales,
permitiendo a sus defensores proteger la base de las mismas. Tras el
coronamiento almenado se aprecia la cubierta de teja que la remata, y
que por tanto no tenía terraza sino solamente un adarve defensivo.
Destacan
grandes ventanales apuntados, de factura más moderna, en cada frente
de la torre. Sus muros son de mampuesto tosco, enlucido en algún
frente. La entrada original se aprecia al sur, sobre la entrada
actual, y sobre ella la ventana. En su entorno existe un grupo de
antiguas casas que nos recuerda que tuvo puebla, y están en parte
construidas con las piedras del antiguo cercado de la edificación.
Fuentes: Wikipedia
Turismo Castilla-La Mancha
Ximo G. Rico (Fotos)
Galería:
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