lunes, 6 de enero de 2020

Castillo de Gorgojí (Alcaraz, Albacete)


El Castillo de Gorgojí, conocido también como Castillo de Povedilla o Torre de Gorgogí, se encuentra situado en el término municipal de la ciudad de Alcaraz, en la provincia de Albacete (Castilla-La Mancha). 

La Muy Noble y Leal ciudad de Alcaraz” ha tenido un papel muy importante en la historia. Todas las civilizaciones que han existido, han pasado también por esta ciudad, mágica y esplendorosa. Desde el Neolítico, iberos, romanos y visigodos han acompañado a esta ciudad. Pero fueron los musulmanes los que dejaron mayor legado, desde su nombre “Alcaraz”, que significa lo consagrado o el cerezo, el castillo, en la actualidad en ruinas y que fue el antiguo paso hacia los Reinos de Granada y, sobretodo, el arte de confeccionar una alfombra, que llevan el mismo nombre que la ciudad “Las alfombras de Alcaraz de Nudo Español" y que en la actualidad se siguen confeccionando con el mismo mimo y entusiasmo que antaño. El Alcaraz actual se construyó entre los siglos X y XI, en época califal. 

Posteriormente se fueron ampliando las murallas en el siglo XIII, en la época almohade, reformándose el entorno defensivo. Un ejemplo de este entorno defensivo se encuentra en el Castillo de Gorgojí, que más parece una torre defensiva muy bien conservada. 

En 1213, Alfonso VIII, conquistó la ciudad tras diferentes intentos, consiguiendo entrar en la ciudad el 23 de Mayo por la puerta de Granada. Pero no sería hasta 1429 cuando Juan II le concediera el título de ciudad, que teniendo una situación geográfica estratégica, llegó a tener más de 60.00 habitantes. Una ciudad no podía tener ese mismo título a no ser que no tuviera este número de habitantes. 

Posteriormente fueron los Reyes Católicos en el año 1475 cuando le concedieron a la ciudad de Alcaraz el título de “La Muy Noble y Leal”, dotando este título por posicionarse la población a favor de los Reyes Católicos en su lucha contra el marqués de Villena, don Juan Pacheco. Pestes y epidemias asolarían la ciudad posteriormente y no sería hasta el siglo XVI cuando Alcaraz volvería a recuperarse. 

Los árabes, cuando poseyeron la ciudad en el año 712 cambiaron su ubicación al Cerro de San Cristóbal y transformaron su nombre en al- Karaz, cuya traducción del árabe es “el cerezo”, aunque según otra grafía, al-Karas, significaría “lo consagrado”. Tampoco falta la sabiduría popular que relaciona Alcaraz con alcarraza o vasija de barro. 

Tras la caída del califato en 1.031, el hisn al-Karas (fortaleza de Alcaraz) pasa a formar parte del reino de taifa de Toledo, y tras su toma por parte de los cristianos en 1086 se engloba en el reino de Sevilla. En 1.091 se incorpora, como el resto de los territorios de Al-Andalus, al imperio almorávide y sobre 1.172 se produce una gran inestabilidad en todo el territorio colindante que depende de la cora de Jaén , hasta que llega definitivamente su conquista por Alfonso VIII. 

Durante estos siglos de su dominación se recibió de ellos una gran influencia que en algunos aspectos todavía perdura en nuestros días, riego por medio de acequias, vocabulario, etc.., otros han desaparecido en su producción, alfombras, cerámica, brocales de pozos, quedando restos de los mismos, y las ruinas de su alcazaba, pero sobre todo, lo que deja la marca de los árabes para siglos posteriores es la elaboración artesanal de alfombras que daría gran fama y prestigio a Alcaraz. 

De esta época son los restos del Castillo de Gorgojí, que fue levantado en los últimos momentos de dominación musulmana Ningún otro resto queda en Alcaraz que nos de idea de la presencia árabe en Alcaraz, aunque hasta el momento tampoco se ha hecho un trabajo mínimamente serio de investigación y excavaciones que nos lleve a localizar claros vestigios de asentamientos y tal vez su cementerio. 

En realidad el castillo es una antigua torre señorial, situada en un paraje largamente disputado por la Orden de Santiago y el Concejo de Alcaraz. La sentencia dictada por Fernando III el Santo en el año 1243 puso fin a este pleito pero no solucionó el problema, por lo que hubieron intervenciones reales en tiempos posteriores para alcanzar la concordia. 

Conserva el recinto exterior almenado, que rodea a la edificación a modo de camisa, más amplio en los lados este y oeste, estando la Torre del Homenaje completa hasta las almenas. Inmediatamente debajo del coronamiento hay un cinturón de restos de maderos que nos recuerdan las antiguas buhardas de madera que coronaban las torres medievales, permitiendo a sus defensores proteger la base de las mismas. Tras el coronamiento almenado se aprecia la cubierta de teja que la remata, y que por tanto no tenía terraza sino solamente un adarve defensivo. 

Destacan grandes ventanales apuntados, de factura más moderna, en cada frente de la torre. Sus muros son de mampuesto tosco, enlucido en algún frente. La entrada original se aprecia al sur, sobre la entrada actual, y sobre ella la ventana. En su entorno existe un grupo de antiguas casas que nos recuerda que tuvo puebla, y están en parte construidas con las piedras del antiguo cercado de la edificación.

Fuentes: Wikipedia
               Turismo Castilla-La Mancha
               Ximo G. Rico (Fotos)

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