El Castillo-Fortín de Santa Pola se encuentra ubicado en el centro urbano de la bella localidad marinera de Santa Pola, en la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana).
El Reino de Valencia realizó, entre los siglos XVI y XVII, un esfuerzo
de los más vigorosos de España para fortificar la costa alicantina
frente a los corsarios argelinos, piratas berberiscos, moros de
Marruecos y, más tarde, franceses e ingleses, tanto en acciones
pirátidas como de guerra. Siempre se mantuvo reticente respecto a la
voluntad y la capacidad de nobles, electos o reyes para defender el
litoral. El pueblo acusó en la guerra de las Germanías a los nobles
por no defender el reino y favorecer a los moriscos y cristianos
nuevos, sus vasallos, sospechosos de connivencias y alianzas con los
turcos y los piratas berberiscos. Las quejas a Carlos I y Felipe II
sobre esa indefensión son constantes.
Las
excelentes condiciones naturales que presenta la bahía de Santa Pola
para las embarcaciones, explican que a pesar de no contar el
fondeadero con obras de ingeniería portuaria hasta mediados del
siglo XIX, éste fuese utilizado por los navíos y adquiriesen cada
vez más importancia las actividades mercantiles y pesqueras. El
castillo está emplazado junto a la línea de costa y al espacio
utilizado como fondeadero, y fué construido sobre los restos de una
antigua torre vigia de costa, la Torre del Cap de L´Aljub, de época
posiblemente almohade del siglo XIII a tenor de las excavaciones
producidas en el cuadrante sureste del actúal Patio de Armas de la
fortaleza en el año 2.003, en respuesta a las contínuas incursiones
de los corsarios berberiscos a la costa levantina durante el siglo
XVI.
En
el año 1.554, el duque de Maqueda realizó un plan defensivo que
completase el dispositivo de vigía de la costa, y en tan sólo doce
años se construyeron las actuales torres vigía del Pinet, Tamarit ,
Escaletes y Atalayola, derribándose la torre del Cap de L´Aljub
para levantar en su lugar el castillo-fortaleza. Ésta complementaba
el dispositivo y fue concebida como una ciudad fortificada cercana al
mar, completándose su construcción en 3 años, finalizando las
obras en el año 1.557, con un coste de 23.000 ducados, sufragados en
su totalidad por el virrey de Valencia, Bernardino de Cárdenas y
Pacheco, duque de Maqueda.
La
fortaleza tiene forma cuadrada, con 46 metros de lado por 9 metros de
altura y una superficie total de 2.116 metros cuadrados. El material
utilizado es piedra caliza de la sierra de Santa Pola y de algunas
edificaciones de época romana del “Portus Ilicitanus”. Presenta
su planta dos baluartes en los ángulos noroeste y sudeste, llamados
Baluarte del Rey y Baluarte del Duque de Arcos, respectivamente, así
como dos torreones en los otros dos ángulos de la edificación,
dejando un amplísimo patio de armas en su interior. El torreón
noroeste se utilizó como palacio del Duque hasta el siglo XVIII.
Los
muros de las cortinas están realizados en mampostería, inclinados
hasta dos tercios de su altura y con moldura de medio bocel a un
tercio de la parte superior. Al igual que los baluartes y torreones,
los muros de las cortinas no están terraplenados y en su interior se
hallaban las viviendas para los soldados, abiertas al patio de armas.
El acceso principal se abre en el centro de la muralla oeste, frente
al camino de conexión con Elche, acceso en doble “L” o acodado,
clásico de la ingeniería militar. El control y vigilancia se
ejercía desde el interior del patio de armas a través de una
aspillera enfrentada al exterior, y desde el cuerpo de guardia,
situado a la izquierda de la entrada.
Aparte
de la puerta principal, el único acceso al exterior era la puerta de
socorro, de sillería encadenada de jambas y dovelas, emplazada en el
ala norte, junto al torreón de palacio, recuperada en los trabajos
de rehabilitación del castillo. El patio de armas es cuadrado, de 40
x 40 metros, y en torno a él se organizan las viviendas de tres
alturas en los lados norte y este y de dos alturas en los lados oeste
y sur. Los ángulos del patio de armas presentan un ingreso de medio
punto en sillería y rematado por un óculo. El aljibe se halla en
diagonal hacia el patio y recogía el agua de lluvia para el
abastecimiento de las viviendas, siendo muy probable que se trate del
aljibe de la torre inicial de L´Aljub, integrada en la fortaleza
(Beviá, Camarero, 1980).
Un
elemento arquitectónico de interés es la escalera que accede a la
cubierta, resuelta en sus ángulos con pilastras de tradición
gótica. En la parte superior se hallaban los comunes, espacio
formado por tres retretes rodeados de un pequeño muro con una puerta
de acceso. Los lienzos de la terraza se rematan con antepechos de
tapial, ordenados para la artillería en el lado sur. Como elementos
defensivos hay que destacar las cañoneras, situadas a media altura
en las juntas de los baluartes de las cortinas, con las que se podía
barrer en paralelo los muros de la fortaleza. Además había cuatro
garitas circulares en las esquinas de la cubierta, desde las que se
hacía la guardia.
A
finalizar las obras se colocó la artillería en los baluartes,
prefiriéndose la ligera, de más fácil desplazamiento y precisión
de tiro. Los cañones constituían la defensa ante un eventual ataque
de barcos corsarios. Con la construcción de la fortaleza, la función
defensiva del fondeadero experimentó un gran auge, ya que la
artillería garantizaba su funcionamiento como puerto mercantil,
pesquero y militar. Veinte años más tarde, Felipe II, a instancias
de Vespasiano Gonzaga, virrey de Valencia, mandó el reforzamiento de
las fortificaciones costeras, incrementando los efectivos militares
de acuerdo copn las nuevas necesidades. En el año 1.578, al
finalizar el mandato del virrey Gonzaga, el dispositivo de defensa
costero ilicitano quedaba finalizado con el castillo-fortaleza y las
cuatro torres vigía, además de la fortificada isla de Tabarca.
Una
vez finalizada la función defensiva, el recinto ha sido utilizado
para el desempeño de funciones diversas siendo la más importante la
administrativa, al albergar en sus dependencias el Ayuntamiento y
Juzgado de Paz de la población, y en la década de los 70 del siglo
XX, dado el progresivo deterioro del edificio, se inician las obras
de rehabilitación hasta dejar el castillo-fortaleza en las
condiciones actuales en su estado inicial, según los planos de
Deretz y el estudio arqueológico de la edificación, especialmente
el baluarte del Duque, ya que había sido demolido en el año 1.872.
Hoy en día el castillo contempla diversos usos en sus dependencias,
como una Capilla, el Museo del Mar, el Museo de la Pesca y una Sala
de Exposiciones, desarrollándose en su patio de armas diversas
actividades culturales (teatro, conciertos, mercadillo medieval,
actos institucionales, etc.).
Fuentes: Wikipedia
Castillos de Alicante
Guardianes de piedra
Ximo G. Rico (Fotos)
Galería:
No hay comentarios:
Publicar un comentario