miércoles, 8 de enero de 2020

Castillo de Santa Pola (Alicante)


El Castillo-Fortín de Santa Pola se encuentra ubicado en el centro urbano de la bella localidad marinera de Santa Pola, en la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana). 

El Reino de Valencia realizó, entre los siglos XVI y XVII, un esfuerzo de los más vigorosos de España para fortificar la costa alicantina frente a los corsarios argelinos, piratas berberiscos, moros de Marruecos y, más tarde, franceses e ingleses, tanto en acciones pirátidas como de guerra. Siempre se mantuvo reticente respecto a la voluntad y la capacidad de nobles, electos o reyes para defender el litoral. El pueblo acusó en la guerra de las Germanías a los nobles por no defender el reino y favorecer a los moriscos y cristianos nuevos, sus vasallos, sospechosos de connivencias y alianzas con los turcos y los piratas berberiscos. Las quejas a Carlos I y Felipe II sobre esa indefensión son constantes. 

Las excelentes condiciones naturales que presenta la bahía de Santa Pola para las embarcaciones, explican que a pesar de no contar el fondeadero con obras de ingeniería portuaria hasta mediados del siglo XIX, éste fuese utilizado por los navíos y adquiriesen cada vez más importancia las actividades mercantiles y pesqueras. El castillo está emplazado junto a la línea de costa y al espacio utilizado como fondeadero, y fué construido sobre los restos de una antigua torre vigia de costa, la Torre del Cap de L´Aljub, de época posiblemente almohade del siglo XIII a tenor de las excavaciones producidas en el cuadrante sureste del actúal Patio de Armas de la fortaleza en el año 2.003, en respuesta a las contínuas incursiones de los corsarios berberiscos a la costa levantina durante el siglo XVI. 

En el año 1.554, el duque de Maqueda realizó un plan defensivo que completase el dispositivo de vigía de la costa, y en tan sólo doce años se construyeron las actuales torres vigía del Pinet, Tamarit , Escaletes y Atalayola, derribándose la torre del Cap de L´Aljub para levantar en su lugar el castillo-fortaleza. Ésta complementaba el dispositivo y fue concebida como una ciudad fortificada cercana al mar, completándose su construcción en 3 años, finalizando las obras en el año 1.557, con un coste de 23.000 ducados, sufragados en su totalidad por el virrey de Valencia, Bernardino de Cárdenas y Pacheco, duque de Maqueda. 

La fortaleza tiene forma cuadrada, con 46 metros de lado por 9 metros de altura y una superficie total de 2.116 metros cuadrados. El material utilizado es piedra caliza de la sierra de Santa Pola y de algunas edificaciones de época romana del “Portus Ilicitanus”. Presenta su planta dos baluartes en los ángulos noroeste y sudeste, llamados Baluarte del Rey y Baluarte del Duque de Arcos, respectivamente, así como dos torreones en los otros dos ángulos de la edificación, dejando un amplísimo patio de armas en su interior. El torreón noroeste se utilizó como palacio del Duque hasta el siglo XVIII. 

Los muros de las cortinas están realizados en mampostería, inclinados hasta dos tercios de su altura y con moldura de medio bocel a un tercio de la parte superior. Al igual que los baluartes y torreones, los muros de las cortinas no están terraplenados y en su interior se hallaban las viviendas para los soldados, abiertas al patio de armas. El acceso principal se abre en el centro de la muralla oeste, frente al camino de conexión con Elche, acceso en doble “L” o acodado, clásico de la ingeniería militar. El control y vigilancia se ejercía desde el interior del patio de armas a través de una aspillera enfrentada al exterior, y desde el cuerpo de guardia, situado a la izquierda de la entrada. 

Aparte de la puerta principal, el único acceso al exterior era la puerta de socorro, de sillería encadenada de jambas y dovelas, emplazada en el ala norte, junto al torreón de palacio, recuperada en los trabajos de rehabilitación del castillo. El patio de armas es cuadrado, de 40 x 40 metros, y en torno a él se organizan las viviendas de tres alturas en los lados norte y este y de dos alturas en los lados oeste y sur. Los ángulos del patio de armas presentan un ingreso de medio punto en sillería y rematado por un óculo. El aljibe se halla en diagonal hacia el patio y recogía el agua de lluvia para el abastecimiento de las viviendas, siendo muy probable que se trate del aljibe de la torre inicial de L´Aljub, integrada en la fortaleza (Beviá, Camarero, 1980). 

Un elemento arquitectónico de interés es la escalera que accede a la cubierta, resuelta en sus ángulos con pilastras de tradición gótica. En la parte superior se hallaban los comunes, espacio formado por tres retretes rodeados de un pequeño muro con una puerta de acceso. Los lienzos de la terraza se rematan con antepechos de tapial, ordenados para la artillería en el lado sur. Como elementos defensivos hay que destacar las cañoneras, situadas a media altura en las juntas de los baluartes de las cortinas, con las que se podía barrer en paralelo los muros de la fortaleza. Además había cuatro garitas circulares en las esquinas de la cubierta, desde las que se hacía la guardia. 

A finalizar las obras se colocó la artillería en los baluartes, prefiriéndose la ligera, de más fácil desplazamiento y precisión de tiro. Los cañones constituían la defensa ante un eventual ataque de barcos corsarios. Con la construcción de la fortaleza, la función defensiva del fondeadero experimentó un gran auge, ya que la artillería garantizaba su funcionamiento como puerto mercantil, pesquero y militar. Veinte años más tarde, Felipe II, a instancias de Vespasiano Gonzaga, virrey de Valencia, mandó el reforzamiento de las fortificaciones costeras, incrementando los efectivos militares de acuerdo copn las nuevas necesidades. En el año 1.578, al finalizar el mandato del virrey Gonzaga, el dispositivo de defensa costero ilicitano quedaba finalizado con el castillo-fortaleza y las cuatro torres vigía, además de la fortificada isla de Tabarca. 

Una vez finalizada la función defensiva, el recinto ha sido utilizado para el desempeño de funciones diversas siendo la más importante la administrativa, al albergar en sus dependencias el Ayuntamiento y Juzgado de Paz de la población, y en la década de los 70 del siglo XX, dado el progresivo deterioro del edificio, se inician las obras de rehabilitación hasta dejar el castillo-fortaleza en las condiciones actuales en su estado inicial, según los planos de Deretz y el estudio arqueológico de la edificación, especialmente el baluarte del Duque, ya que había sido demolido en el año 1.872. Hoy en día el castillo contempla diversos usos en sus dependencias, como una Capilla, el Museo del Mar, el Museo de la Pesca y una Sala de Exposiciones, desarrollándose en su patio de armas diversas actividades culturales (teatro, conciertos, mercadillo medieval, actos institucionales, etc.).

Fuentes: Wikipedia
               Castillos de Alicante
               Guardianes de piedra
               Ximo G. Rico (Fotos)

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