martes, 7 de enero de 2020

Castillo de Petrer (Alicante)


El Castillo de Petrer, o también Castillo de Petrel, se encuentra situado en un espolón rocoso al norte de la población de Petrer, en la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana). 

Sobre un cerro a 460 m. de altura, encontramos el Castillo de Petrer, dominando la cuenca media del río Vinalopó y el vial natural que, desde la costa, se adentra en el interior hacia Albacete y Valencia. Tiene un doble recinto amurallado, donde el inferior muestra un largo lienzo de muralla construido en tapial sobre un basamento de mampostería, reforzado por tres cubos en saliente, uno semicircular que actúa de borje-contrafuerte y otros dos, de planta cuadrangular, de los cuales, uno es completamente macizo y el otro está hueco en su interior haciendo de bestorre y cuya base fue reforzada en el siglo XIV con un cara vista de sillería labrada (Navarro Poveda, 2001). Ascendiendo unos cinco metros, encontramos el recinto superior de planta poligonal con una factura en mampostería y sillería encadenada en las esquinas, con su ingreso principal en altura ubicado en el frente este, con una puerta con arco de medio punto en sillería labrada, defendido por una ladronera que bate verticalmente cualquier intento de forzar la entrada. El castillo posee otro acceso, situado en el lado norte, que actúa más como poterna o puerta de la traición. 

En el interior, encontramos una gran sala con bóveda de medio cañón en mampostería irregular, dotada de tres aspilleras, dos en el frente sur y la tercera al noroeste. En ese mismo punto se levanta la gran torre de planta cuadrangular con fábrica de tapial y tres alturas, sin comunicación directa entre ellas, lo que es un excelente ejemplo de defensa compartimentada. La sala inferior actúa como aljibe de la fortificación y con la reforma que sufre el castillo en el siglo XIV, se le practica un acceso en el frente este, pasando a ser cárcel. Allí se conserva un excepcional conjunto de grafitos medievales que los presos dejaron en sus paredes. Se accede a las dos alturas siguientes a través del frente noroeste, en el caso de la segunda planta por una escalera volada y almenada. 

A pesar del agudo proceso de restauración que sufrió en la década de los setenta del siglo XX, los estudios realizados en estos últimos 25 años confirman el origen islámico de la fortaleza. La disposición de una gran torre de tapial dotada de aljibe, que podría actuar como torre almenara con un pequeño recinto, a modo de cortijo, su ubicación enriscada controlando el territorio y las vias de acceso, y las excavaciones arqueológica, dirigidas por la arqueóloga Concepción Navarro Poveda, han permitido descubrir en el espacio intermedio entre los dos recintos, un conjunto de 11 habitaciones con vanos, puertas y espacios de distribución, y un registro material de ataifores, candiles, marmitas y jarras pintadas en manganeso, así como dados, amuletos y objetos de bronce , que permiten confirmar que esta fortificación se construyó en época almohade, entre finales del siglo XII e inicios del siglo XIII. 

Con la conquista cristiana, el castillo queda en manos del reino de Castilla desde 1.258, en que Alfonso X el Sabio instituye un mayorazgo en favor de García Jofré de Loaysa, una familia de origen francés, vinculada a la Corona de Aragón, pero que pasan al servicio de Castilla por el casamiento del monarca con la hija de Jaime I, Doña Violante. La Sentencia de Torrellas-Elche en 1.305 permite a Jaime II obtener la plaza de Petrer, a pesar de la lealtad castellana de Jofré de Loaysa, quien acaba siendo ratificado como señor del castillo. Bajo este dominio aragonés se emprenderán las principales reformas estructurales que hoy se aprecian en la fortificación. A mediados del siglo XIV, con el conflicto castellano-aragonés de la Guerra de los dos Pedros, el castillo de Petrer adquiere un importante papel estratégico, por lo que sus defensas y pertrechos son mejorados. 

Al no tener descendencia directa Leonor de Loaysa, última baronesa de Petrer, el castillo pasa a manos de Ximén Pérez de Corella, Conde de Cocentaina y Señor de Elda, en el año 1.431. Bajo los Corella, la fortificación sufre nuevas reformas, abandonando el área doméstica del primer recinto, convirtiendo el aljibe antiguo en cárcel, construyendo una nueva cisterna y levantando una capilla dedicada a Santa Catalina. A finales del siglo XV, el castillo pierde su función, siendo abandonado a principios del siglo XVI. En el siglo XVIII, durante la Guerra de Sucesión, el castillo dio albergue al ejército francés de Felipe V. El Conde de Cervellón, heredero de las posesiones del Conde de Elda, mantuvo el señorío de Petrer hasta el siglo XIX en que fue decretada su abolición. 

Con posterioridad, la fortaleza pasó a manos del Obispado de Orihuela, el cual lo cede al Ayuntamiento de Petrer en el año 1.968. A partir de 1.974, se inician las sucesivas fases de restauración de la fortaleza, que finalizan en el año 1.983 con su declaración como Monumento Histórico-Artístico de interés nacional, al tiempo que pasa a ser Bien de Interés Cultural a petición del Excmo. Ayuntamiento de la villa. 

Fuentes: Wikipedia
               Castillos de Alicante
               Guardianes de piedra
               Ximo G. Rico (Fotos)

Galería:













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