El Castillo de Perputxent se encuentra localizado en las cercanías de la población de Lorcha, al norte de la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana).
Los
orígenes de la población de Lorcha son muy remotos e incluso
algunos investigadores han querido ver en ella una antigua ciudad
romana. Sin embargo, este extremo no ha podido ser corroborado en las
actuaciones arqueológicas efectuadas en la zona.
El
nombre de Lorcha, es la castellanización de su verdadero
nombre, L´Orxa, que aparece tras la reconquista cristiana de
estas tierras, en el que el monarca Jaime I el Conquistador dona los
restos del hisn islámico de Perputxent, conocido como Burbudjan
en el siglo XII, a D. Gil Garcés de Azagra en el año 1.260,
siendo cedido posteriormente a D. Arnaldo de Romani.
Se
trata de una imponente fortificación de planta poligonal, con una
superficie aproximada de 3.000 metros cuadrados. Se accede al
interior a partir de un largo antemural ubicado en el frente sur,
construido con fábrica de tapial de mampostería de grandes
dimensiones – 1,40 metros de longitud x 0,80 metros de altura x
0,80 metros de anchura -, presentando varias aspilleras con deriva
interna y lanceras de sección oblicua a lo largo de su recorrido, lo
que permitía hostigar al atacante desde la liza (Bazzana, Guichard
1.982).
Para
traspasar en antemural, se dispone un acceso en recodo en el frente
sur, defendido por un cubo en saliente. El acceso desemboca en la
barbacana a través de otro lienzo de muralla construido con la misma
fábrica que el anterior. De este punto, se accede a otra apertura
defendida por un torreón con aspilleras que da pie a la entrada al
albacar interno de la fortificación. Este segundo lienzo está
construido con fábrica de tapial de mampostería y es defendido por
aspilleras y una muralla con cuatro torres en cremallera y cubos de
planta rectangular en saliente, dispuestos de manera rectilínea y a
intervalos proporcionales.
Posiblemente
este sistema corresponda con el acceso original de época almohade –
finales del siglo XII o primera mitad del siglo XIII -, de conocida
complejidad y muy similar a otros que se encuentran en la comarca,
como el de Planes o el Castell d´Ambra en la cercana localidad de
Pego (Azuar Ruiz, 1995). Hay un quinto torreón, emplazado en el
frente noroeste del recinto, en cuyo lado se abre una poterna o
puerta de la traición, un pequeño acceso, al abrigo de la escarpada
subida, que permite acceder al albacar sin necesidad de traspasar los
accesos principales. El recinto, además, presenta una tercera
entrada, ubicada en la torre más occidental, a la que habitualmente
se la ha llamado Torre del Homenaje, y que está formado por un arco
ojival de clara cronología cristiana. Acceder a esta puerta
obligaría a los atacantes a realizar un largo recorrido por una
estrecha barbacana plagada de aspilleras hasta alcanzar dicho acceso.
En
su interior, se distinguen dos partes: en primer lugar, el área
oriental, identificado como el segundo albacar, tratándose de una
amplia extensión del terreno aterrazado, en el que encontramos los
restos de un gran aljibe y abundantes huellas de estancias y
habitaciones correspondientes al momento de ocupación almohade de la
fortificación. En segundo lugar, encontramos el área occidental,
dominada por una gran "domus" o edificio palatino, de
planta ligeramente triangular organizada a través de un patio
central donde se halla un gran aljibe, cubierto con bóveda de medio
cañón, que está delimitado por tres torres de planta cuadrangular
y tres plantas en altura (Bazzana, Guichard,1982; Azuar Ruiz,1995).
Debido a su excelente estado de conservación, destaca entre ellas
una torre con alzado aproximado de 20 metros, cuya planta baja se
encuentra dividida en dos pequeñas habitaciones de las cuales parece
arrancar una bóveda de cañón de medio punto, que sustentaba el
suelo de la primera planta. En esta torre se encuentran algunos
interesantes grafittis que muestran los replanteos de la
construcción, previo a su levantamiento.
Entre
la torre descrita anteriormente y la torre sur existe una amplia
habitación rectangular de gran profundidad. Sus muros se encuentran
construidos en tapial de mampostería muy irregular, excepto el que
da a la zona este. En el interior se aprecian las ménsulas que
soportaban el entablamiento de madera que tendría el piso superior.
Al norte, enfrente de esta estancia encontramos un muro en
disposición diagonal de suroeste a noroeste, que aún conserva
intacto parte de su almenado, donde se observan los orificios de los
manteletes que protegían a la tropa de los impactos que les llegaran
del exterior. Es uno de los pocos recintos fortificados de la
provincia que conserva dicho elemento.
Los
estudios arqueológicos realizados hasta la fecha confirman que los
restos mas antiguos corresponden al "hïsn" islámico de
"Barbuyan", que aparece citado en el texto del Pacto de
Alcalá, firmado el 16 de abril de 1,244, entre el sublevado Al-Azraq
y el infante don Alfonso, hijo del rey Jaime I, más conocido en la
historia bibliográfica como el Pacto del Pouet (Azuar Ruiz,1995).
Posteriormente,
el castillo es nuevamente recuperado entre los años 1.248 y 1.258 en
una primera revuelta dirigida por el mismo belicoso caudillo
montañés. Tras la derrota de éste, el castillo aparece bajo
control real en el año 1,259, custodiado por Guillem de Plana,
alcaide del castillo por el que recibía 2.377 sueldos más rentas
del término castral. Un año más tarde, en 1,260, el castillo
abandona su condición de villa de realengo y es cedido al noble
aragonés Don Gil Garcés de Azagra, a cambio del castillo de Planes.
Fue Garcés de Azagra quien se estableció como primer señor del
Señorío de Perputxent hasta el año 1.273, dividiendo las heredades
en 58 términos tal y como establece la carta puebla del año 1.285
(Guinot Rodríguez, 1986).
Después
de sucesivas disputas territoriales con los vecinos, el castillo y
villa son sacados a subasta, siendo su comprador Ramón de Ruisec,
por el que pagó 70.000 sueldos. Posteriormente el castillo es
traspasado a otro noble, Arnau de Romaní, a cambio del señorío de
Ribarroja, y su hijo concede carta puebla a los musulmanes que
habitaban las alquerías de Lorcha y Alquinencia, cuando decidió
ingresar en la Orden del Hospital de San Juan de Jerusalén, en
Valencia, como voto de pobreza y obediencia.
A
partir de ese momento, el castillo pasa a convertirse en plaza
militar y sede de la Orden hasta que en el año 1.319 es traspasado a
la recién creada Orden de Montesa, por mandato del rey Jeime II de
Aragón y ratificado por el Gran Maestre de la Orden, Fray Arnau de
Soler, el 7 de abril de 1.321. A partir de ese momento y hasta que la
Orden entra en crisis, el castillo se convierte en su sede más
meridional en el Reino de Valencia, siendo cabeza y enseña de
Montesa a partir de ese momento.
Bajo
su dominio, se transformó en el actual castillo, dotándole de área
palatina, siendo abandonado definitivamente en el siglo XV. En la
actualidad es propiedad de la Diputación de Alicante, la cual ha
emprendido recientemente acciones de limpieza y mantenimiento de las
estructuras más dañadas, mientras está redactándose un nuevo Plan
Director de Rehabilitación que acometer en un futuro próximo que
permita su puesta en valor y permita visitar esta fortaleza en todo
su esplendor, ya que sin duda se trata de una verdadera joya de la
castellología alicantina.
Fuentes: Wikipedia
Castillos de Alicante
Guardianes de Piedra
Ximo G. Rico (Fotos)
Galería:
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