El Castillo de Ondara se encuentra localizado en la localidad homónima de la provincia de Alicante (Comunidad Valenciana).
Sus
restos están ubicados en el interior de la población, muy cercanos
a lo que actualmente es el Mercado Central Municipal, en el centro de
la población, por lo que no es nada difícil llegar hasta él. Está
situado en la Plaza Mayor de la villa.
Será
bajo la dominación musulmana cuando Ondara tendría gran relevancia.
Con la protección de una pequeña elevación y el recurso del agua
del Barranco de la Alberca, se construiría una torre vigía árabe
que perduraría durante siglos, ocupando la parte alta del pueblo.
Queda como testigo una de las cuatro torres, la actual Torre del
Reloj., perteneciente a la posterior construcción cristiana
post-reconquista.Con independencia del Califato de Córdoba, en el
año 1.012 entra a formar parte del reino taifa de Denia.
Existe
documentación fehaciente de que el Cid Campeador ocupó
temporalmente la mencionada torre durante el invierno del año 1.090
al 1.091, periodo en que la construcción sería refortificada y
desde donde se exigiera tributo al rey de Denia. La dominación árabe
de Ondara le reportó un importante sistema de riego musulmán, que
en la actualidad aún perdura.
Jaime
I conquistó la plaza de Ondara a los árabes el 6 de Junio de 1.244,
quedando tras la toma una población mayoritariamente islámica,
siendo un territorio fronterizo e inestable. Durante bastante tiempo
perteneció tanto a reyes como a particulares, como es el caso de
Berenguer de Palau, Arzobispo de Barcelona, y en el año 1.323 se
entregó la población por el rey Jaime II a su hijo Pere, infante de
Aragón.
En
1.472 se tienen noticias de una importante actividad en el cultivo de
pasas (uvas secas dulces) realizada por los habitantes moriscos de
Ondara. En estos momentos la población cristiana rondaba sobre el
20% del total de habitantes, siendo éstos en número de unos 500.
Uno
de los apellidos más importantes de la nobleza catalana, los
Cardona, se harán cargo del Señorío de Ondara, donde residirán
hasta finales del siglo XVIII en la casa señorial que hoy conocemos
como la Casa del Mayorazgo de Ondara. El miembro más importante fue
Antoni Cardona y Borja, marqués de Guadalest a la sazón.
En
el año 1.574, el rey Felipe II consiguió del Papa Gregorio XIII el
título de Vicaría para la población, al tiempo que la declaraba
Villa Real. En el año 1.609, con la expulsión de los moriscos (
alrededor de 900 habitantes), Ondara quedó prácticamente
despoblada, y hasta 1.611 no comenzaría su repoblación,
especialmente de cristianos viejos mallorquines.
En
la Guerra de Sucesión estuvo a favor del Archiduque Carlos de
Austria y, tras su derrota, las tropas borbónicas, en señal de
venganza, saquearon e incendiaron la población de Ondara. Durante
la Guerra de la Independencia, un ilustre hijo de Ondara, Diego
Grustán, se erigió en caudillo de la guerrilla contra las tropas
napoleónicas.
Como
hemos dicho, los actuales restos del casi extinto castillo de época
cristiana de Ondara se encuentran ubicados en el centro de la ciudad,
quedando solamente una de las tres o cuatro torres que se incluían
en él, actualmente adosada a una vivienda.
Presenta
sillería en su vano, aunque ha sido remozada en muchas ocasiones y
en la actualidad está totalmente encalada. El remate de la terraza
de esta torre está adornada por un templete, posiblemente añadido
en su última remodelación, a finales del siglo XVIII. También se
le adosó un reloj en la cara que da a la plaza donde se ubica, y de
este hecho, los restos de la torre son conocidos localmente como la
Torre del Reloj.
Una
excavación reciente efectuada por los arqueólogos Josep Ahuir y Carles Juan
en una casa del siglo XX ubicada en la Plaza Mayor de Ondara ha
podido al fin documentar la existencia del Castillo-Palacio de esta
población, del que hasta la fecha solo se tenían "algunos
indicios pero pocos restos materiales, ya que la construcción de
numerosas casas posteriores no habían dejado prácticamente
evidencias de él".
El
mérito del estudio de Ahuir y Juan, que será divulgado en el
transcurso de las II Jornadas de Patrimonio e Historia de Ondara que
se celebrarán os próximos días 19 y 20 de Enero bajo el título
"Descubriendo el Palacio Castillo de Ondara: el mundo feudal en
la Marina Alta", es que ha podido confirmar en un trabajo a pie
de campo las tesis que ya habían adelantado otros investigadores,
como el arquitecto de Denia Josep Ivars.
Este
último descartó en su día el origen andalusí del palacio
fortificado de Ondara y estableció que el mismo fue construido
después de la conquista de Jaime I, a finales del siglo XIII o
principios del siglo XIV. Ivars señaló, además, que este doble uso
- tanto de defensa militar como residencial como centro de poder del
señor feudal- permitía establecer paralelismos entre la edificación
de Ondara y otras plazas de la comarca de esa misma época, como el
Castillo de Olocayba en Pedreguer o el Castillo de Forna en Adsubia.
Pues
bien, los elementos constructivos que ahora han localizado Ahuir y
Juan permiten confirmar las hipótesis cronológicas de Ivars y
recomponer aquel castillo perdido. De especial valor son la aparición
de los únicos vestigios a los accesos a la Torre Norte que han
llegado a la actualidad: dos arcos de piedra en muy buenas
condiciones, especialmente la del piso inferior, de medio punto y con
dovelas de piedra picada de tosca de Jávea. En los dos arcos existen
marcas de cantero, que Ivars ya aludía a uno de los arcos, si bien
del otro no se tenía hasta ahora noticia alguna.
También
se ha documentado el interior de un gran muro medianero donde se
integraban los dos arcos y que se podría datar en el siglo XIV, esto
es, prácticamente de la primera época del palacio. Mientras, los
dos arcos serían aberturas posteriores, de los siglos XV o XVI.
Además, se ha redescubierto en la fachada norte la barbacana del
castillo, como gran ejemplo de su misión defensiva, y que también
fue nombrada por Ivars. Por otro lado, y según la investigación
efectuada, existen restos constructivos que fueron reutilizados para
edificar la vieja casa del siglo XX, como el ábaco de un capitel
gótico y una moldura de piedra tosca.
El
palacio-castillo de Ondara sufrió pronto un proceso de degradación
según describe también Ivars y es posible que ya estuviera en
ruinas o parcialmente demolido en la segunda mitad del siglo XVIII.
Eso pudo deberse a un largo periodo de abandono pero también por los
hechos ocurridos durente la Guerra de Sucesión, en los primeros años
del siglo XVIII. De cualquier modo, existen indicios de que en
siguiente gran conflicto bélico que afectó a la comarca, la Guerra
del Francés en la centuria siguiente, el palacio, si áun existía,
ya no era útil no defensiva ni residencialmente. En la actualidad,
de las presumiblemente cuatro torres con las que contaba la
fortificación, sólo queda en pie la Torre Sur.
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